Austríacos encuentran su hogar en pueblo español abandonado: Una historia de amor por la vida rural
Descubre la inspiradora historia de Florián y Verena, un matrimonio austriaco que dejó la vida urbana para abrazar la tranquilidad de un pueblo fantasma en Salamanca.
Un amor inquebrantable por Salamanca
Florián, un austriaco que estudió en Salamanca, desarrolló un profundo afecto por la ciudad, que transmitió a su esposa Verena y sus hijos. Sus frecuentes visitas durante los veranos los llevaron a conocer la región, lo que despertó su deseo de echar raíces en ella.
Tras apadrinar un árbol en Salamanca y quedar fascinados por la gastronomía local, surgió la idea de comprar una casa. Su búsqueda en Idealista los llevó a Carrasco, un pequeño pueblo con solo 17 habitantes.
Una nueva vida en Carrasco
La pareja adquirió una casa y se embarcó en renovaciones que aún continúan. Sin embargo, la belleza del entorno y la paz de la zona compensan cualquier inconveniente. "Ahora, cuando llegan las vacaciones, tenemos una casa donde ir y desde donde viajar. Para nosotros, es algo muy positivo", expresa Florián.
Aunque todavía no se consideran vecinos de pleno derecho, están integrados en la comunidad. "Ahora estamos a medio camino entre ser turistas y vecinos del pueblo, pero no tenemos prisa", señala Florián. La presencia de otros extranjeros en la zona y la facilidad del idioma facilitan su adaptación.
Colaboración y desafíos
Florián trabaja activamente con los vecinos de Carrasco. "Cualquier trabajo se hace en compañía", afirma. El matrimonio lamenta el abandono de las zonas rurales, pero reconocen que es una realidad a la que se han acostumbrado.
El futuro es incierto
"El futuro es incierto", señala Verena. Sin embargo, ambos están comprometidos con la revitalización de Carrasco y esperan que pueda atraer a más personas.
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