Ben Gvir exige ocupación total de Gaza y tensiones en Al Aqsa: Últimas noticias.
La escalada de tensiones en Oriente Medio continúa siendo una fuente constante de preocupación global. El reciente llamado del ministro de Seguridad israelí, Itamar Ben Gvir, a la "ocupación total de la Franja de Gaza" y sus provocadoras visitas a la Explanada de las Mezquitas, han exacerbado aún más un conflicto ya de por sí complejo. Este artículo analiza en profundidad las implicaciones de estas acciones, las reacciones internacionales y el contexto histórico que subyace a esta crisis, explorando las perspectivas de Israel, Palestina, Jordania, Arabia Saudí y Hamás.
El Llamado a la Ocupación Total y la Soberanía en Gaza
La declaración de Itamar Ben Gvir, un político de extrema derecha conocido por sus posturas anti-palestinas, de que Israel debe declarar su soberanía sobre la Franja de Gaza, ha generado una fuerte condena internacional. Ben Gvir argumenta que la ocupación total es necesaria para garantizar la seguridad de Israel, traer de vuelta a los rehenes capturados por Hamás durante los ataques del 7 de octubre de 2023 y "ganar la guerra". Esta postura representa un cambio significativo en la política israelí, que tradicionalmente ha mantenido una postura ambigua sobre el futuro de Gaza, aunque controlando sus fronteras y espacio aéreo. La idea de una anexión formal de Gaza plantea serias implicaciones legales y políticas, ya que violaría las resoluciones de la ONU y complicaría aún más las perspectivas de una solución de dos estados.
La justificación de Ben Gvir se basa en la idea de que la soberanía israelí en Gaza es la única forma de garantizar la seguridad a largo plazo. Sin embargo, los críticos argumentan que esta política solo perpetuará el ciclo de violencia y radicalización. La ocupación total de Gaza implicaría un control militar y administrativo completo sobre la vida de los más de dos millones de palestinos que residen en el enclave, lo que podría generar una resistencia aún mayor y una crisis humanitaria aún más grave. Además, la anexión de Gaza podría socavar la legitimidad internacional de Israel y aislarlo aún más en la comunidad internacional.
La Explanada de las Mezquitas: Un Foco de Tensión
Las visitas de Itamar Ben Gvir a la Explanada de las Mezquitas, un lugar sagrado para los musulmanes conocido como Haram al-Sharif, han provocado fuertes protestas y condenas. Para los musulmanes, la Explanada es el tercer lugar más sagrado del Islam, y las visitas de figuras judías, especialmente aquellas con posturas provocadoras, son consideradas una profanación. Ben Gvir ha realizado varias visitas al lugar desde que asumió el cargo de ministro de Seguridad, y en una de ellas incluso dirigió una oración, lo que exacerbó aún más las tensiones. Estas visitas son vistas por los palestinos y muchos países árabes como un intento de cambiar el statu quo en la Explanada y de imponer un control judío sobre el lugar.
El "statu quo" en la Explanada de las Mezquitas, establecido en 1967, permite a los musulmanes orar en el lugar, mientras que a los judíos se les permite visitarlo, pero no orar. Israel ha mantenido este acuerdo, pero las visitas de políticos y activistas judíos que desafían este statu quo han generado repetidamente tensiones y enfrentamientos. La Autoridad Palestina, Hamás y Jordania, que actúa como custodio de los lugares sagrados islámicos en Jerusalén, han condenado enérgicamente las visitas de Ben Gvir y han advertido sobre las consecuencias de una escalada de la violencia. La comunidad internacional también ha expresado su preocupación por estas acciones, instando a Israel a respetar el statu quo y a evitar medidas que puedan inflamar aún más el conflicto.
Reacciones Internacionales: Condena y Preocupación
La visita de Ben Gvir a la Explanada de las Mezquitas y su llamado a la ocupación total de Gaza han provocado una ola de condenas y preocupación a nivel internacional. La Autoridad Palestina ha calificado las acciones de Ben Gvir como una "política gubernamental oficial destinada a liquidar la causa palestina y los derechos de nuestro pueblo". Hamás ha denunciado las incursiones en la Explanada como una "agresión continua contra nuestro pueblo palestino, su tierra y sus lugares sagrados". Jordania, como custodio de los lugares sagrados islámicos en Jerusalén, ha criticado las visitas de Ben Gvir como una "flagrante violación del 'statu quo' histórico y legal" y ha advertido sobre las consecuencias de estas violaciones. Arabia Saudí también ha condenado las "reiteradas prácticas provocadoras" de funcionarios israelíes contra la Mezquita de Al Aqsa.
La comunidad internacional, en general, ha expresado su preocupación por la escalada de tensiones en la región y ha instado a Israel y Palestina a ejercer la moderación y a evitar medidas que puedan socavar las perspectivas de una solución pacífica. Estados Unidos, el principal aliado de Israel, ha expresado su preocupación por las visitas de Ben Gvir a la Explanada de las Mezquitas y ha instado a Israel a respetar el statu quo. La Unión Europea también ha condenado las acciones de Ben Gvir y ha instado a Israel a evitar medidas que puedan inflamar aún más el conflicto. Sin embargo, las condenas internacionales no han logrado disuadir a Ben Gvir de seguir adelante con sus políticas provocadoras, lo que plantea serias dudas sobre la eficacia de la presión internacional.
El Contexto Histórico del Conflicto
El conflicto entre Israel y Palestina tiene raíces profundas en la historia, que se remontan a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. El movimiento sionista, que buscaba establecer un hogar nacional para los judíos en Palestina, chocó con las aspiraciones nacionales de los árabes palestinos que ya residían en la región. Tras la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña obtuvo el mandato sobre Palestina, y la inmigración judía a la región aumentó significativamente. Esto generó tensiones y enfrentamientos entre judíos y árabes, que culminaron en la guerra civil de 1947-1948.
En 1948, Israel declaró su independencia, lo que provocó la primera guerra árabe-israelí. La guerra resultó en la derrota de los árabes y la creación del Estado de Israel. Sin embargo, la guerra también provocó el desplazamiento de cientos de miles de palestinos, que se convirtieron en refugiados. Desde entonces, el conflicto entre Israel y Palestina ha continuado, con varias guerras y enfrentamientos a lo largo de los años. La ocupación israelí de Cisjordania y la Franja de Gaza, iniciada en 1967, ha sido un factor clave en el conflicto. Los palestinos buscan establecer un estado independiente en Cisjordania y la Franja de Gaza, con Jerusalén Oriental como su capital. Sin embargo, las negociaciones de paz entre Israel y Palestina han fracasado repetidamente, y el conflicto sigue sin resolverse.
Las Perspectivas de los Actores Clave
Israel: La perspectiva israelí se centra en la seguridad y la protección de sus ciudadanos. El gobierno israelí considera a Hamás como una organización terrorista y justifica sus acciones en Gaza como una respuesta a los ataques de Hamás. Israel también considera que tiene derecho a mantener el control sobre la Explanada de las Mezquitas, aunque respete el statu quo. La política de Ben Gvir refleja una postura más dura hacia los palestinos y un mayor énfasis en la seguridad israelí.
Palestina: La perspectiva palestina se centra en la autodeterminación y el establecimiento de un estado independiente. Los palestinos consideran la ocupación israelí como una violación de sus derechos y exigen el fin de la ocupación y el establecimiento de un estado palestino viable. Hamás, que controla la Franja de Gaza, se opone a la existencia de Israel y aboga por la resistencia armada. La Autoridad Palestina, que gobierna Cisjordania, busca una solución de dos estados a través de negociaciones con Israel.
Jordania: Jordania, como custodio de los lugares sagrados islámicos en Jerusalén, tiene un interés particular en la preservación del statu quo en la Explanada de las Mezquitas. Jordania considera que las acciones de Ben Gvir son una amenaza para la estabilidad regional y ha instado a Israel a respetar el statu quo. Jordania también apoya una solución de dos estados al conflicto israelí-palestino.
Arabia Saudí: Arabia Saudí, un importante actor en la región, ha condenado las acciones de Ben Gvir y ha instado a Israel a evitar medidas que puedan inflamar aún más el conflicto. Arabia Saudí también apoya una solución de dos estados al conflicto israelí-palestino y ha estado trabajando para facilitar las negociaciones entre Israel y Palestina.
Hamás: Hamás considera las acciones de Israel como una agresión continua contra el pueblo palestino y sus lugares sagrados. Hamás aboga por la resistencia armada y se opone a cualquier concesión a Israel. Hamás también considera que la ocupación israelí de Gaza es ilegal y exige el fin de la ocupación.
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