Bonos Argentina en Dólar: ¿Es Hora de Cambiar Globales por Bonares y Maximizar Ganancias?
El reciente triunfo electoral de Javier Milei ha inyectado una dosis de optimismo en los mercados financieros argentinos, especialmente en el sector de la deuda en dólares. Este renovado sentimiento ha impulsado el ascenso de los bonos, pero no de manera uniforme. Una brecha de precios persiste entre los bonos con legislación local (Bonares) y los bonos con legislación estadounidense (Globales), abriendo una ventana de oportunidad para inversores astutos. Este artículo explora las razones detrás de esta disparidad, las estrategias para capitalizarla y las perspectivas futuras del mercado de bonos argentino.
- El Ascenso de la Deuda Argentina en Dólares: Un Nuevo Escenario
- Bonares vs. Globales: Entendiendo la Disparidad de Precios
- La Estrategia de Rotación: De Globales a Bonares
- Ventajas de la Rotación: Más Nominales por el Mismo Monto
- La Brecha en Diferentes Vencimientos: Oportunidades Diversificadas
- Flujos de Inversión y Perspectivas Alcistas
El Ascenso de la Deuda Argentina en Dólares: Un Nuevo Escenario
Tras años de incertidumbre y volatilidad, la deuda argentina en dólares experimenta un repunte significativo. El contundente resultado electoral de Javier Milei, percibido por el mercado como un catalizador de reformas pro-mercado, ha generado expectativas positivas. Los inversores, antes reacios a exponerse al riesgo argentino, ahora muestran un mayor apetito por los activos locales. Este cambio de percepción se traduce en un aumento de la demanda de bonos, lo que a su vez impulsa sus precios al alza. Sin embargo, este ascenso no es homogéneo, y la distinción entre Bonares y Globales se ha vuelto crucial.
La confianza renovada no implica una eliminación instantánea del riesgo. La situación económica argentina sigue siendo desafiante, con reservas limitadas y dificultades para acceder al financiamiento internacional. No obstante, la disponibilidad del swap con Estados Unidos, por hasta u$s20.000 millones, proporciona un colchón de seguridad para afrontar los próximos vencimientos de deuda. Este factor, combinado con la expectativa de reformas estructurales, ha contribuido a mejorar el clima financiero y a reducir la percepción de riesgo.
Bonares vs. Globales: Entendiendo la Disparidad de Precios
La principal diferencia entre los Bonares y los Globales radica en la legislación que los rige. Los Globales, al estar sujetos a las leyes estadounidenses, ofrecen mayor protección a los inversores en caso de incumplimiento por parte del emisor (el gobierno argentino). Los tenedores de Globales pueden recurrir a los tribunales de Estados Unidos para reclamar sus derechos, mientras que los Bonares están sujetos a la justicia local. Esta diferencia en la protección legal se refleja en los precios, con los Globales cotizando históricamente a un precio superior.
Antes de las elecciones, esta brecha de precios era una constante. Sin embargo, el triunfo de Milei y las expectativas de un cambio de rumbo económico deberían haber reducido esta diferencia. La lógica indica que, a medida que mejora la confianza en la capacidad de pago del gobierno argentino, la necesidad de la protección adicional que ofrecen los Globales disminuye, lo que debería llevar a una convergencia de precios. No obstante, dos semanas después de las elecciones, la brecha persiste, presentando una oportunidad para inversores.
La Estrategia de Rotación: De Globales a Bonares
La persistencia de la brecha de precios entre Bonares y Globales sugiere una estrategia de inversión atractiva: la rotación de bonos. Esta estrategia implica vender bonos Globales y adquirir bonos Bonares con características similares (mismo vencimiento, por ejemplo). La premisa es que la brecha se reducirá a medida que el mercado internalice las mejoras en las perspectivas económicas y políticas, lo que beneficiará a los Bonares. Al comprar Bonares, el inversor se posiciona para capturar esta corrección de precios.
La consultora 1816 ha identificado que los bonos de menor duración, como los que vencen en 2030, exhiben un spread excesivo. Esto significa que la diferencia de precios entre los Globales 2030 y los Bonares 2030 es mayor de lo que justificarían las condiciones financieras actuales. Por lo tanto, recomiendan a los tenedores de Globales 2030 venderlos y adquirir sus pares de legislación local. Al cierre del viernes, la brecha entre ambos títulos era de alrededor del 4,5%, lo que representa una oportunidad de ganancia potencial.
Ventajas de la Rotación: Más Nominales por el Mismo Monto
Además de la potencial ganancia por la reducción de la brecha, la rotación de bonos ofrece otra ventaja: la posibilidad de obtener más nominales por el mismo monto invertido. Al vender Globales, que cotizan a un precio más alto, y comprar Bonares, que cotizan a un precio más bajo, el inversor puede adquirir una mayor cantidad de deuda en términos nominales. Esto significa que, en caso de una recuperación total del capital, el inversor recibirá un pago mayor.
En esencia, el inversor se desprende de bonos con un "sobrecosto" asociado a la mayor protección legal, que en un contexto de mayor confianza resulta menos necesario. A cambio, obtiene más nominales de un título con características similares, excepto la legislación. Esta maniobra, aunque no promete ganancias exorbitantes, ofrece un rédito atractivo en dólares y se considera una oportunidad por el potencial de reducción del spread de legislación.
La Brecha en Diferentes Vencimientos: Oportunidades Diversificadas
La brecha de precios por legislación no se limita a los bonos que vencen en 2030. Se observa una disparidad similar en otros tramos de la curva de vencimientos. Al cierre del viernes, la diferencia entre los Globales 2029 y los Bonares 2029 era del 5,2%, mientras que para los Globales 2035 y los Bonares 2035 era del 3,5%. Incluso los Globales 2038 y los Bonares 2038 presentaban una brecha del 3,5%. La diferencia era menor entre los Globales 2041 y los Bonares 2041, situándose en "apenas" el 2%.
Esta diversificación de la brecha ofrece a los inversores una gama más amplia de opciones para implementar la estrategia de rotación. Pueden elegir los bonos que consideren más atractivos en función de su perfil de riesgo y sus expectativas sobre la velocidad de la convergencia de precios. La clave es identificar aquellos tramos de la curva de vencimientos donde la brecha sea más pronunciada y, por lo tanto, el potencial de ganancia sea mayor.
Flujos de Inversión y Perspectivas Alcistas
Además de la estrategia de rotación, los operadores consideran que los nuevos flujos de inversión que ingresen a la renta fija argentina en dólares tienen más sentido que se posicionen en los Bonares que en los Globales. Esto se debe a que los Bonares ofrecen un mayor potencial de apreciación a medida que la brecha de precios se reduce. La expectativa es que, a medida que la confianza en la economía argentina siga mejorando, la demanda de Bonares aumente, lo que impulsará sus precios al alza.
En general, los activos financieros argentinos aún exhiben buenas perspectivas alcistas. A pesar de las posibles correcciones bajistas a corto plazo, tras el rally histórico impulsado por la celebración electoral, los analistas del mercado estiman que los bonos en dólares, al igual que las acciones, aún tienen margen para seguir avanzando en el mediano y largo plazo. El nuevo gobierno, con su enfoque en la estabilidad económica y las reformas pro-mercado, ha generado un clima de optimismo que podría sostener esta tendencia alcista.



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