Calor extremo en España: Más de 5800 muertes anuales y el impacto del cambio climático en la salud.
España se enfrenta a una crisis de salud pública silenciosa, exacerbada por el cambio climático y la contaminación atmosférica. Un reciente informe revela un aumento alarmante en las muertes atribuibles a factores ambientales, con cifras que superan con creces las de décadas pasadas. Este artículo profundiza en los datos concretos, las causas subyacentes y las implicaciones para la salud y la economía del país, basándose en la novena edición del informe sobre cambio climático y salud.
- El Impacto Devastador del Calor Extremo en España
- Contaminación Atmosférica: Un Asesino Silencioso
- Incendios Forestales y su Impacto en la Salud
- Sequías Extensas y su Efecto en la Seguridad Alimentaria
- Dietas Insalubres y su Contribución a la Mortalidad
- Preparación y Adaptación al Cambio Climático
- Reducción de Emisiones y Transición Energética
El Impacto Devastador del Calor Extremo en España
El calor extremo se ha convertido en una de las principales amenazas para la salud en España. Entre 2012 y 2021, el país registró un promedio anual de 5.800 muertes relacionadas con el calor, una cifra que duplica la media observada entre 1990 y 1999. Este aumento dramático es una clara indicación de cómo el cambio climático está intensificando las olas de calor y prolongando su duración, exponiendo a la población a riesgos cada vez mayores. Las personas mayores de 65 años son particularmente vulnerables, y las pérdidas económicas asociadas a la mortalidad relacionada con el calor alcanzaron los 2.930 millones de dólares (unos 2.500 millones de euros) entre 2020 y 2024.
En 2024, la población española estuvo expuesta a una media de 16,7 días de ola de calor, y un asombroso 90% de estos días no se habrían producido sin el cambio climático. Esta estadística subraya la conexión directa entre las emisiones de gases de efecto invernadero y el aumento de las temperaturas extremas. La vulnerabilidad no se distribuye uniformemente; las regiones del sur de España, con climas ya cálidos, son las más afectadas, pero el riesgo se extiende a todo el territorio nacional.
Contaminación Atmosférica: Un Asesino Silencioso
La contaminación atmosférica antropogénica representa otra grave amenaza para la salud pública en España. En 2022, se registraron más de 22.000 muertes atribuibles a la exposición a partículas finas (PM2,5). Estas partículas, provenientes principalmente de la quema de combustibles fósiles, penetran profundamente en los pulmones y el torrente sanguíneo, causando enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cáncer. El sector del transporte, impulsado por el petróleo, es el principal contribuyente a la contaminación por PM2,5, representando el 46% de las emisiones totales.
La quema de carbón también tiene un impacto significativo, causando más de 550 fallecimientos en 2022. Los combustibles fósiles en su conjunto (carbón y gas líquido) contribuyeron al 44% de las muertes relacionadas con la contaminación atmosférica. El costo económico de la mortalidad prematura debida a la contaminación atmosférica fue de 43.300 millones de dólares (unos 37.200 millones de euros) en 2022, lo que demuestra la magnitud del problema y la necesidad urgente de tomar medidas.
Incendios Forestales y su Impacto en la Salud
Los incendios forestales, cada vez más frecuentes e intensos debido al cambio climático, también contribuyen a la contaminación atmosférica y a las muertes prematuras. En España, la superficie terrestre afectada por incendios forestales ha aumentado significativamente en las últimas décadas. Entre 2020 y 2024, hubo una media de 55 días al año con alto riesgo de incendios forestales, un aumento del 6% en comparación con el período 2003-2012. Las partículas PM2,5 liberadas durante los incendios causaron una media de 1.008 muertes al año.
Además del impacto directo en la salud, los incendios forestales también tienen consecuencias a largo plazo, como la degradación del suelo, la pérdida de biodiversidad y la alteración de los ecosistemas. La combinación de altas temperaturas, sequía y vegetación seca crea un entorno propicio para la propagación de incendios, lo que exige una gestión forestal más eficaz y medidas de prevención más rigurosas.
Sequías Extensas y su Efecto en la Seguridad Alimentaria
La sequía es otro problema ambiental creciente en España, exacerbado por el cambio climático. En 2022, el 61% de la superficie terrestre del país sufrió al menos un mes de sequía extrema, casi seis veces más que la media observada entre 1951 y 1960. La escasez de agua tiene graves consecuencias para la agricultura, la ganadería y la disponibilidad de agua potable. La sequía también puede aumentar el riesgo de incendios forestales y la propagación de enfermedades transmitidas por el agua.
La seguridad alimentaria se ve amenazada por la sequía, ya que reduce la producción agrícola y aumenta los precios de los alimentos. La falta de agua también puede afectar la calidad de los alimentos y aumentar el riesgo de contaminación. La gestión sostenible de los recursos hídricos es fundamental para garantizar la seguridad alimentaria y proteger la salud pública.
Dietas Insalubres y su Contribución a la Mortalidad
El informe también destaca el impacto de las dietas insalubres en la salud de la población española. En 2022, se asociaron 38.989 muertes al consumo insuficiente de alimentos vegetales nutritivos, como frutas, verduras y legumbres. Al mismo tiempo, 31.581 muertes se atribuyeron al consumo excesivo de lácteos, carne roja y carne procesada. Estas dietas, ricas en grasas saturadas, colesterol y sodio, aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes.
Promover una alimentación saludable, basada en alimentos vegetales y baja en productos animales procesados, es esencial para mejorar la salud pública y reducir la carga de enfermedades crónicas. Las políticas públicas pueden desempeñar un papel importante en este sentido, fomentando la producción y el consumo de alimentos saludables y limitando la publicidad de alimentos poco saludables.
Preparación y Adaptación al Cambio Climático
A pesar de los esfuerzos realizados para mitigar el cambio climático, es inevitable que España siga experimentando sus efectos en el futuro. Por lo tanto, es crucial mejorar la preparación y la capacidad de adaptación del país. Sin embargo, el informe revela una disminución en la puntuación de preparación de España, que cayó a 0,744 en 2024, un 7,3% menos que en 2023. Esto indica que el país no está avanzando al ritmo necesario para hacer frente a los desafíos del cambio climático.
La adaptación al cambio climático implica tomar medidas para reducir la vulnerabilidad de la población y los ecosistemas a los efectos del calentamiento global. Estas medidas pueden incluir la construcción de infraestructuras resistentes al clima, la implementación de sistemas de alerta temprana para olas de calor e inundaciones, y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles. La inversión en investigación y desarrollo de tecnologías innovadoras también es fundamental para mejorar la capacidad de adaptación.
Reducción de Emisiones y Transición Energética
Aunque las emisiones de CO2 procedentes de la combustión de combustibles fósiles en España disminuyeron un 9% entre 2016 y 2022, alcanzando las 217.099 kilotoneladas, aún queda mucho por hacer para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones establecidos en el Acuerdo de París. En 2022, el carbón representaba el 3,1% de la energía total y el 2,7% de la energía eléctrica, mientras que las energías renovables aportaban el 8,4% del suministro energético total y el 34,1% del suministro eléctrico.
La transición hacia un sistema energético basado en fuentes renovables es esencial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar el cambio climático. Esto implica invertir en energías solar, eólica, hidráulica y otras fuentes renovables, así como mejorar la eficiencia energética y reducir el consumo de energía. La electrificación del transporte y la industria también puede contribuir a reducir las emisiones.




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