Campo en Alerta: Rutas Rurales en Crisis Amenazan la Competitividad Argentina
El corazón productivo de Argentina, su vasto campo, se encuentra asfixiado por una crisis infraestructural que amenaza su capacidad de alimentar al mundo y sostener la economía nacional. Rutas deterioradas, caminos de tierra que se convierten en lodazales intransitables con las lluvias, y la paralización de la obra pública han generado un cuello de botella logístico que impacta directamente en la competitividad del sector agroindustrial. Este artículo profundiza en la magnitud del problema, las consecuencias económicas y sociales, y las posibles soluciones que se discuten entre los principales actores del sector.
- La Crónica de un Deterioro Anunciado: El Estado de la Infraestructura Rural
- Inundaciones y Aislamiento: El Impacto de los Fenómenos Climáticos Extremos
- El Reclamo del Sector Agrobioindustrial: Una Inversión Urgente y Estratégica
- Más Allá del Estado: Explorando Alternativas de Financiamiento y Gestión
- Un Problema que Trasciende el Agro: La Demanda de un Sector Productivo en General
- Voces Unidas: Los Actores Clave del Sector Agrobioindustrial
La Crónica de un Deterioro Anunciado: El Estado de la Infraestructura Rural
Argentina posee una red vial extensa, cercana a los 800.000 kilómetros, pero la realidad es alarmante: más del 77% de estos caminos, aproximadamente 620.000 kilómetros, aún son de tierra. Esta situación, heredada de décadas de falta de inversión y planificación, se agrava con el paso del tiempo y la creciente demanda de transporte de la producción agrícola. El deterioro estructural no solo dificulta el traslado de granos, semillas y productos agroindustriales, sino que también encarece los costos logísticos, reduce la eficiencia y aumenta el riesgo de accidentes.
La falta de pavimentación implica que, durante gran parte del año, especialmente en las regiones más húmedas, el transporte se ve interrumpido o severamente limitado. Esto obliga a utilizar vehículos más robustos y costosos, a reducir las cargas, y a aumentar los tiempos de entrega. El impacto es particularmente grave en las zonas rurales más alejadas de los centros urbanos y de los nodos logísticos, donde la conectividad es prácticamente inexistente.
La situación se complica aún más con el aumento del tamaño de los vehículos de transporte, como los bitrenes, que requieren caminos más anchos y resistentes. La infraestructura actual, en su mayoría, no está preparada para soportar estas cargas, lo que genera un círculo vicioso de deterioro y necesidad de reparaciones constantes.
Inundaciones y Aislamiento: El Impacto de los Fenómenos Climáticos Extremos
Los eventos climáticos extremos, cada vez más frecuentes e intensos, exponen la fragilidad de la infraestructura rural argentina. Las recientes inundaciones en la provincia de Buenos Aires, que afectaron a más de 900.000 hectáreas y aislaron a más de 4 millones de hectáreas productivas, son un claro ejemplo de esta vulnerabilidad. No se trata solo de la pérdida de cultivos por el agua, sino también de la imposibilidad de acceder a las zonas afectadas para realizar tareas de cosecha, fumigación o asistencia técnica.
La falta de caminos transitables impide el movimiento de maquinaria pesada, de insumos agrícolas y de personal especializado. Esto genera demoras en la producción, pérdidas económicas significativas y un impacto negativo en la cadena de valor agroindustrial. En muchos casos, los productores se ven obligados a abandonar sus campos o a suspender sus actividades hasta que las condiciones climáticas mejoren y las rutas sean reparadas.
La situación se agrava en aquellos partidos donde la red vial es particularmente precaria, como Carlos Casares, Bolívar, Bragado, Pehuajó y Roque Pérez. En estas zonas, las inundaciones no solo causan daños directos a los cultivos, sino que también interrumpen el suministro de alimentos, de combustible y de otros bienes esenciales a la población local.
El Reclamo del Sector Agrobioindustrial: Una Inversión Urgente y Estratégica
Durante el 61° Coloquio de IDEA, los principales referentes del sector agrobioindustrial alzaron la voz para exigir una inversión urgente y estratégica en infraestructura vial. Ejecutivos de empresas líderes en producción, biotecnología y logística advirtieron que, sin caminos transitables ni accesos eficientes a puertos, el país seguirá perdiendo competitividad en el mercado global. El reclamo no es nuevo, pero la gravedad de la situación actual ha intensificado la presión sobre el gobierno.
Los empresarios coinciden en que la renovación de rutas estratégicas y su adecuación para el tránsito de vehículos pesados, como los bitrenes, es fundamental para optimizar los costos logísticos y mejorar la eficiencia del sistema productivo. La reducción de los costos de transporte se traduce en una mayor rentabilidad para los productores y en precios más competitivos para los productos argentinos en el mercado internacional.
Ignacio Lartirigoyen, director de la firma homónima, señaló que “las rutas son una herramienta para bajar costos de manera directa. Necesitamos una red viable y segura”. Gustavo Portis, CEO de BASF, alertó que “más del 80% de la red vial del país sigue sin pavimentar. El impacto productivo es enorme”. Juan Farinati, CEO de Bayer, enfatizó que “no se trata solo de campos bajo agua. No hay piso ni rutas para llegar. La logística se paraliza”.
Más Allá del Estado: Explorando Alternativas de Financiamiento y Gestión
Ante la ausencia de un plan de obras activo y la escasez de recursos públicos, el sector analiza alternativas de financiamiento y gestión, como la participación público-privada. Sin embargo, los empresarios aclaran que este mecanismo no puede sustituir el rol del Estado, que debe seguir siendo el principal inversor en infraestructura. La infraestructura debe ser considerada una política de desarrollo, capaz de generar empleo, impulsar el crecimiento económico y mejorar la calidad de vida de la población.
La participación público-privada puede ser una herramienta útil para acelerar la ejecución de obras y para aprovechar la experiencia y los recursos del sector privado. Sin embargo, es fundamental que los contratos sean transparentes, que se establezcan mecanismos de control y que se garantice el acceso equitativo a la infraestructura para todos los usuarios.
Además de la inversión en nuevas obras, es necesario destinar recursos a la conservación y mantenimiento de la infraestructura existente. La falta de mantenimiento adecuado acelera el deterioro de las rutas y genera costos adicionales a largo plazo. Un programa de mantenimiento preventivo y correctivo, financiado con recursos públicos y privados, es esencial para garantizar la durabilidad y la eficiencia de la red vial.
Un Problema que Trasciende el Agro: La Demanda de un Sector Productivo en General
El reclamo por una infraestructura moderna y sostenida no se limita al sector agroindustrial. La industria de la construcción y el sector productivo en general también demandan una red vial eficiente, accesos ferroviarios adecuados y caminos a puertos en buen estado. La falta de infraestructura limita el crecimiento económico, dificulta la inversión y reduce la competitividad del país.
Con recursos escasos, el desafío es definir prioridades: rutas rurales, accesos ferroviarios, caminos a puertos y conectividad multimodal son los puntos más críticos. Es necesario un plan integral de infraestructura que tenga en cuenta las necesidades de todos los sectores productivos y que promueva la integración regional.
La conectividad multimodal, que combina diferentes modos de transporte (carretero, ferroviario, fluvial y marítimo), es fundamental para optimizar la logística y reducir los costos de transporte. La inversión en infraestructura portuaria y en la modernización de los ferrocarriles es esencial para aprovechar el potencial exportador del país.
Voces Unidas: Los Actores Clave del Sector Agrobioindustrial
Representantes de Adecoagro, Bayer, BASF, Corteva, Syngenta, CN Grupo, Tempra S.A, NUSEED, Lartirigoyen, Grupo Benetton y Milicic S.A., entre otros, participaron del 61° Coloquio de IDEA y coincidieron en la urgencia de abordar el problema de la infraestructura rural. Estos actores clave del sector agrobioindustrial tienen un peso importante en la economía nacional y su voz es fundamental para impulsar las políticas públicas necesarias.
La unidad de criterio entre los empresarios y la claridad de sus demandas son un mensaje contundente para el gobierno. Es hora de escuchar a los productores, de invertir en infraestructura y de construir un futuro más próspero para el campo argentino.
La falta de acción no solo afecta al sector agroindustrial, sino que también tiene consecuencias negativas para toda la sociedad. Un campo productivo eficiente y competitivo es fundamental para garantizar la seguridad alimentaria, generar empleo y promover el desarrollo económico del país.
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