Caputo en la cuerda floja: Dólar, inflación y dudas sobre el plan económico de Milei.
La reciente volatilidad económica argentina, marcada por la incertidumbre en torno a las políticas del gobierno de Javier Milei y la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ha generado un clima de desconfianza en los mercados. Las declaraciones del Ministro de Economía, Toto Caputo, destinadas a calmar las aguas, parecen tener el efecto contrario, exacerbando la confusión y la incertidumbre. Este artículo analiza en profundidad las causas de esta situación, las contradicciones en el discurso oficial, las señales de alerta en la economía y las posibles consecuencias para el futuro del país.
El Efecto Bumerán de las Declaraciones Oficiales
La estrategia comunicacional del gobierno, centrada en la figura de Caputo, ha demostrado ser contraproducente. La promesa inicial de un tipo de cambio de equilibrio en $600 una vez implementada la asistencia del FMI, defendida por el propio Milei, carece de credibilidad y alimenta las expectativas de una devaluación mayor. Esta falta de claridad, sumada a las dudas sobre la sostenibilidad del “ancla monetaria” propuesta por el equipo económico, ha provocado una reacción adversa en los mercados.
El problema radica en la inconsistencia entre el discurso oficial y la realidad económica. Mientras el gobierno insiste en la solidez de su plan, los indicadores macroeconómicos sugieren lo contrario. La inflación persiste, los depósitos en dólares disminuyen y la demanda de divisas supera la oferta, creando una presión alcista sobre el tipo de cambio. Esta situación socava la confianza de los inversores y dificulta la implementación de las políticas económicas.
La Matemática Bajo Sospecha: El Ancla Monetaria en Crisis
El núcleo del plan económico del gobierno se basa en el concepto de “ancla monetaria”, que busca estabilizar la economía a través del control de la emisión monetaria y el superávit fiscal. Sin embargo, esta estrategia ha sido cuestionada por economistas, quienes señalan que la matemática detrás del plan es defectuosa y que no considera todos los factores relevantes. La principal crítica se centra en la subestimación de la cantidad potencial de pesos en circulación y la sobreestimación de la capacidad del Banco Central para respaldar la moneda con reservas.
La caída de los depósitos bancarios en dólares, que ya se ubican en u$s29.600 millones frente a un stock prestado de u$s14.300 millones, es una señal de alerta. Este fenómeno indica que los ahorristas están perdiendo confianza en el sistema financiero y prefieren mantener sus fondos en otras divisas o en efectivo. La disminución de los depósitos reduce la disponibilidad de divisas para el Banco Central, dificultando la defensa del tipo de cambio y aumentando el riesgo de una crisis cambiaria.
La Trampa Dolarizadora y la Fuga de Capitales
Caputo enfrenta el desafío de escapar de la “trampa dolarizadora”, un fenómeno que se caracteriza por la alta demanda de dólares por parte de importadores, turistas y empresas que buscan protegerse de la inflación y la devaluación. Mientras los importadores demandan más de u$s6.000 millones mensuales en divisas para mantener sus compras, los turistas se llevan u$s800 millones mensuales al exterior, y la exportación agrícola se encuentra virtualmente “congelada”. Esta combinación de factores ejerce una presión insostenible sobre las reservas del Banco Central.
La falta de incentivos para la exportación agrícola agrava la situación. A pesar de la reducción de las retenciones, los productores se muestran reacios a vender sus granos, anticipando una devaluación del peso. Esta actitud se basa en la recomendación del director de ARCA, Juan Pazo, quien sugirió a los productores vender sus stocks de inmediato y aprovechar las altas tasas de interés en pesos para realizar “carry trade”. La racha vendedora de ocho jornadas en marzo, que alcanzó los u$s1.461 millones, confirma la desconfianza de los productores en el futuro de la economía.
Las Tres Anclas: ¿Un Mantra sin Fundamento?
Ante las dudas del mercado, Caputo y su equipo se aferran al argumento de “las tres anclas”: superávit fiscal, congelamiento de la base monetaria amplia y reducción de la inflación. Sin embargo, este argumento es cada vez más difícil de sostener. La base monetaria amplia, que suma dinero circulante, encajes bancarios, letras emitidas por el Tesoro y depósitos fiscales en el BCRA, se mantiene congelada en $47 billones, pero la cantidad de pesos en circulación es mayor de lo que admite el gobierno.
Economistas como Miguel Kiguel cuestionan la validez del argumento oficial, señalando que no se considera el potencial de u$s100.000 millones depositados en plazos fijos en pesos, que podrían hacerse líquidos y volcarse al dólar en cualquier momento. Además, existe un stock problemático de ganancias de empresas transnacionales “atrapadas” en el carry trade, que no pueden ser remitidas a sus casas matrices. La magnitud de este stock se estima entre u$s7.000 millones y u$s14.000 millones.
El Carry Trade y sus Implicaciones
El “carry trade”, que consiste en tomar préstamos en pesos a altas tasas de interés y comprar dólares, ha exacerbado la demanda de divisas y ha contribuido a la fuga de capitales. La recomendación de Pazo a los productores de vender sus granos y realizar “carry trade” fue acertada en su momento, cuando el Banco Central compraba dólares todos los días y la cotización del “contado con liqui” apenas se diferenciaba del tipo de cambio oficial. Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente, y el “carry trade” se ha convertido en un factor de inestabilidad para la economía.
La persistencia del “carry trade” indica que los inversores no confían en la capacidad del gobierno para controlar la inflación y estabilizar el tipo de cambio. Esta falta de confianza se traduce en una mayor demanda de dólares y una menor disponibilidad de divisas para el Banco Central, lo que aumenta el riesgo de una crisis cambiaria.
El Discurso Cambiante de Caputo: De Comprador a Vendedor de Dólares
El discurso de Caputo ha evolucionado en los últimos meses, reflejando la creciente dificultad para mantener el tipo de cambio estable. Inicialmente, el ministro destacaba la compra de divisas por parte del Banco Central como una señal de fortaleza económica. Ahora, argumenta que la venta de dólares por parte del Banco Central contribuye a contraer la base monetaria y, por lo tanto, a reducir la presión sobre los precios.
Esta contradicción en el discurso oficial refleja la falta de una estrategia clara y coherente para abordar los problemas económicos del país. La insistencia en el argumento de “las tres anclas” se asemeja a un mantra, que busca tranquilizar a los mercados sin ofrecer soluciones concretas. La realidad es que la economía argentina se encuentra en una situación delicada, y la confianza de los inversores se ha erosionado significativamente.
“Por un lado, mientras el mercado junta más dólares, se queda cada vez con menos pesos. Por otro, en poco tiempo habrá más dólares en el BCRA que pesos líquidos en la economía.”
El Futuro Incierto: ¿Hacia una Devaluación Mayor?
La combinación de factores negativos – caída de los depósitos en dólares, alta demanda de divisas, fuga de capitales, inflación persistente y falta de confianza en el gobierno – sugiere que una devaluación mayor del peso es inevitable. La pregunta no es si ocurrirá, sino cuándo y en qué magnitud. El gobierno intenta evitar una devaluación brusca, pero la presión sobre el tipo de cambio es cada vez más fuerte.
La capacidad del gobierno para resistir esta presión dependerá de su habilidad para atraer inversiones extranjeras, aumentar las exportaciones y reducir la demanda de divisas. Sin embargo, estas medidas requieren un cambio de rumbo en la política económica y una mayor credibilidad por parte del gobierno. En el escenario actual, las perspectivas son poco alentadoras.
Fuente: https://www.iprofesional.com/economia/425224-por-que-mercado-pone-en-duda-que-alcancen-dolares-fmi
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