Carlos Iglesias alerta sobre el auge del negacionismo franquista: Miedo ancestral en España.
La reciente encuesta del CIS revelando que un porcentaje significativo de jóvenes y españoles en general mantienen una visión positiva del franquismo ha desatado una ola de reacciones. El actor Carlos Iglesias, coincidiendo con el estreno de su película sobre la División Azul, ha expresado su inquietud y ha apuntado, sin rodeos, a la persistencia de una ideología que creía superada. Este artículo analiza las declaraciones de Iglesias, el contexto histórico y sociopolítico que las sustenta, y las reflexiones del historiador Julián Casanova sobre la alarmante persistencia de la nostalgia franquista en la sociedad española.
- El Desconcierto ante el Resurgimiento de la Nostalgia Franquista
- Carlos Iglesias: La Memoria del Servicio Militar y la Crítica Velada
- Julián Casanova: La Fuerza de la Mentira y la Distorsión de la Historia
- El Contexto Sociopolítico: Factores que Explican la Nostalgia Franquista
- El Impacto en las Nuevas Generaciones: La Educación como Herramienta Clave
El Desconcierto ante el Resurgimiento de la Nostalgia Franquista
El 19% de los jóvenes que echan de menos a Franco, y el 21,3% de los españoles que consideran el franquismo una etapa “buena” o “muy buena”, son cifras que impactan y obligan a una reflexión profunda. En un momento en que se esperaba una consolidación de la memoria democrática y una condena inequívoca del pasado autoritario, estos datos sugieren una preocupante brecha generacional y una persistencia de ideas que parecían relegadas al olvido. La sorpresa no radica tanto en la existencia de un núcleo duro de nostálgicos, sino en la proporción de jóvenes que manifiestan esta visión, lo que plantea interrogantes sobre la eficacia de la educación en valores democráticos y la transmisión de la memoria histórica.
La reacción de Carlos Iglesias, un actor comprometido con la memoria histórica y la defensa de los valores democráticos, es comprensible. Su experiencia personal durante los últimos días del franquismo, acuartelado y temiendo revueltas, le marcó profundamente. El miedo a un retroceso, a la precipitación de “otro tipo de cosas”, sigue latente en su memoria, y la persistencia de la nostalgia franquista reaviva esa inquietud. Su crítica, aunque no explícita, se dirige al Partido Popular, al que acusa de mantener un “miedo ancestral” que les impide romper con el pasado y abrazar plenamente los valores democráticos.
Carlos Iglesias: La Memoria del Servicio Militar y la Crítica Velada
La anécdota del servicio militar de Carlos Iglesias, relatada en la entrevista, es reveladora. La incertidumbre y el temor a la violencia que se vivieron durante los últimos días de Franco son un testimonio de la fragilidad de la transición democrática. El actor recuerda cómo, a pesar de la aparente calma, existía la posibilidad de que la muerte del dictador desencadenara un estallido social. La experiencia de estar preparado para salir a las calles, como miembro de la aviación, le dejó una huella imborrable. Esta vivencia personal le permite comprender la importancia de consolidar la democracia y de no dar por superadas las heridas del pasado.
La crítica de Iglesias al PP es sutil pero contundente. Al hablar de un “miedo ancestral”, se refiere a la persistencia de una ideología que se nutre del pasado autoritario y que impide al partido abrazar plenamente los valores democráticos. Esta crítica se enmarca en un contexto político en el que el PP ha sido acusado de pactos con la extrema derecha y de minimizar los crímenes del franquismo. La referencia a “dejarnos de gilipolleces” es una llamada a la sinceridad y a la transparencia, a dejar de lado las ambigüedades y a asumir una postura clara en defensa de la democracia.
Julián Casanova: La Fuerza de la Mentira y la Distorsión de la Historia
El historiador Julián Casanova, experto en la Guerra Civil y el franquismo, ofrece una perspectiva académica y rigurosa sobre la persistencia de la nostalgia franquista. Casanova considera inaceptable que más del 21% de la población española considere “buena” o “muy buena” una dictadura de cuarenta años, caracterizada por la represión, la corrupción y el terror. Para el historiador, esta visión positiva del franquismo es el resultado de una “fuerza de la mentira”, de una manipulación de la historia que ha logrado distorsionar la realidad y glorificar un régimen que causó un inmenso sufrimiento al pueblo español.
Casanova subraya la importancia de combatir la desinformación y de promover una educación en valores democráticos que permita a las nuevas generaciones comprender el pasado y construir un futuro mejor. La persistencia de la nostalgia franquista es un síntoma de una enfermedad que afecta a la sociedad española, una enfermedad que se cura con la verdad, la memoria y la justicia. El historiador advierte que la banalización del franquismo es un peligro para la democracia, ya que puede abrir la puerta a la repetición de errores del pasado.
El Contexto Sociopolítico: Factores que Explican la Nostalgia Franquista
La persistencia de la nostalgia franquista no es un fenómeno aislado, sino que está enraizado en una serie de factores sociopolíticos. La crisis económica de 2008, la corrupción generalizada, la desigualdad social y la polarización política han generado un clima de desconfianza en las instituciones y en la clase política. En este contexto, algunos sectores de la población buscan refugio en un pasado idealizado, en una época en la que, según su percepción, existía un mayor orden y estabilidad. Esta idealización del franquismo ignora o minimiza los aspectos más oscuros del régimen, como la represión política, la censura y la falta de libertades.
Otro factor importante es la falta de una memoria histórica oficial y consensuada. A pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años para recuperar la memoria de las víctimas del franquismo, todavía existen resistencias y obstáculos para lograr una verdad plena y una justicia reparadora. La Ley de Memoria Democrática, aprobada en 2022, ha sido objeto de críticas por parte de algunos sectores, que la consideran una herramienta de revanchismo y de confrontación. La falta de un consenso sobre cómo abordar el pasado dificulta la reconciliación y perpetúa las divisiones en la sociedad española.
La influencia de las redes sociales y de los medios de comunicación también juega un papel importante en la difusión de la nostalgia franquista. Las redes sociales se han convertido en un espacio de propagación de noticias falsas, de discursos de odio y de ideas extremistas. Algunos medios de comunicación, especialmente aquellos con una línea editorial conservadora, han contribuido a la banalización del franquismo y a la glorificación de sus líderes. La falta de rigor informativo y la manipulación de la información son factores que contribuyen a la desinformación y a la distorsión de la historia.
El Impacto en las Nuevas Generaciones: La Educación como Herramienta Clave
El hecho de que un 19% de los jóvenes echen de menos a Franco es especialmente preocupante, ya que sugiere que la transmisión de la memoria histórica no está siendo eficaz. Las nuevas generaciones no vivieron el franquismo en primera persona, por lo que su conocimiento del pasado se basa en lo que aprenden en la escuela, en los medios de comunicación y en el entorno familiar. Si la educación en valores democráticos es deficiente, si la historia se presenta de forma sesgada o incompleta, si se minimizan los crímenes del franquismo, es fácil que los jóvenes desarrollen una visión distorsionada del pasado.
Es fundamental que la educación en valores democráticos sea una prioridad en el sistema educativo. Los jóvenes deben aprender a valorar la libertad, la igualdad, la justicia y el respeto a los derechos humanos. Deben conocer la historia de España en toda su complejidad, incluyendo los aspectos más oscuros del franquismo. Deben aprender a analizar críticamente la información y a distinguir entre la verdad y la mentira. La educación es la herramienta más poderosa para combatir la desinformación y para construir una sociedad más justa y democrática.
Además de la educación formal, es importante promover iniciativas de memoria histórica que permitan a las nuevas generaciones conocer el testimonio de las víctimas del franquismo. Los museos, los centros de documentación, las exposiciones y los documentales son herramientas útiles para recuperar la memoria y para honrar a aquellos que sufrieron la represión. Es fundamental que las nuevas generaciones comprendan el valor de la democracia y que se comprometan a defenderla.




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