Carlos Oliva Funes: El empresario que destapó la corrupción en Swiftgate y revolucionó la carne argentina
La reciente muerte de Carlos Oliva Funes, a los 82 años en Nueva York, ha removido las entrañas de la industria cárnica argentina y reabierto un capítulo oscuro de su historia política y económica. Más que un empresario, Oliva Funes fue un pionero en la modernización del sector, un hombre de negocios audaz y, sobre todo, un testigo clave del escándalo “Swiftgate”, un caso de corrupción que sacudió los cimientos del gobierno de Carlos Menem. Su legado, marcado por la innovación y la controversia, merece un análisis profundo que explore su trayectoria, sus logros y su papel en uno de los momentos más críticos de la Argentina contemporánea.
Los Primeros Pasos de un Empresario Visionario
Carlos Oliva Funes nació en Córdoba en 1943, en una familia con fuertes raíces en el campo. Su formación académica en Administración de Empresas, complementada con estudios de posgrado en Estados Unidos, le proporcionó las herramientas necesarias para abordar los desafíos de un sector tradicionalmente dominado por prácticas poco profesionales. Su ingreso a la industria frigorífica en la década de 1970, de la mano de Rodolfo Costantini, marcó el inicio de una carrera ascendente que lo llevaría a convertirse en un referente indiscutido.
La oportunidad de participar en la licitación de Swift-Armour en 1977 fue un punto de inflexión en su trayectoria. Junto a Costantini, Oliva Funes vislumbró el potencial de una empresa con una larga historia y una infraestructura estratégica. Tras la compra de Swift por Campbell Soup, fue designado para liderar la operación local, una responsabilidad que asumió con determinación y visión de futuro. Bajo su dirección, Swift experimentó una transformación radical, incorporando tecnología de punta, abriendo nuevos mercados y construyendo una planta moderna en Rosario.
Oliva Funes no solo modernizó la infraestructura de Swift, sino que también introdujo un nuevo modelo de gestión, basado en la eficiencia, la calidad y la proyección global. Fue pionero en el primer proceso de management nacional en una industria acostumbrada a la influencia de capitales extranjeros, consolidando un modelo de gestión con visión estratégica. Su estilo directo, su compromiso con el desarrollo del sector agroindustrial y su capacidad para anticipar las tendencias del mercado le valieron el reconocimiento de sus colegas y la confianza de sus inversores.
El Auge de Swift y el Buyout Histórico
Durante la década de 1980, Swift se consolidó como un actor clave en el comercio internacional de carnes, gracias a la visión estratégica de Oliva Funes y a su capacidad para aprovechar las oportunidades que ofrecía el mercado global. La empresa expandió su presencia en Europa, Asia y América Latina, estableciendo relaciones comerciales duraderas y diversificando su cartera de productos. La planta de Rosario, inaugurada en 1985, se convirtió en un símbolo de la modernización de la industria frigorífica argentina.
En 1999, Oliva Funes protagonizó uno de los mayores buyouts del país al adquirir el 51% de las acciones de Swift, mientras que el resto quedó en manos de fondos de inversión privada. Esta operación le permitió consolidar su control sobre la empresa y llevar adelante su visión de largo plazo. Durante los siguientes años, Swift continuó creciendo y expandiéndose, convirtiéndose en una de las empresas más importantes del sector agroindustrial argentino.
Sin embargo, la venta de Swift a la brasileña Friboi (hoy JBS) en 2005 marcó el fin de una era. Aunque permaneció un tiempo en la dirección de la empresa, Oliva Funes decidió retirarse y mudarse a República Dominicana, buscando un nuevo rumbo para su vida. A pesar de su partida, su legado en la industria cárnica argentina perduró, inspirando a nuevas generaciones de empresarios y profesionales.
“Swiftgate”: El Escándalo que Sacudió al Gobierno de Menem
El nombre de Carlos Oliva Funes quedó inseparablemente ligado al escándalo “Swiftgate”, un caso de corrupción que estalló en 1991 durante la presidencia de Carlos Menem. La denuncia, realizada por el frigorífico Swift, revelaba que Emir Yoma, asesor presidencial y cuñado de Menem, exigió un soborno para agilizar un trámite fiscal relacionado con la importación de equipos valuados en 700.000 dólares.
La denuncia escaló rápidamente, motivando la intervención del entonces embajador de Estados Unidos en Argentina, Terence Todman, y derivando en la renuncia de Yoma y del ministro de Economía, Antonio Erman González. El escándalo generó una profunda crisis política y puso en tela de juicio la integridad del gobierno de Menem. Oliva Funes, como principal ejecutivo de Swift, se vio envuelto en el centro de la controversia, enfrentando presiones y amenazas.
Durante años, la versión oficial del gobierno de Menem fue que Swift había solicitado financiamiento para ampliar su planta y que Yoma había intentado intermediar en la operación. Sin embargo, Oliva Funes siempre negó esta versión, afirmando que la controversia se originó en un trámite burocrático para la exención impositiva de dos equipos importados, que quedó trabado tras el cambio de gobierno en 1989.
La Revelación de la Verdad en el Libro Póstumo
A principios de 2025, Oliva Funes publicó un libro en el que repasó el caso “Swiftgate” con detalles inéditos y cuestionó la información difundida en torno al mismo. En su relato, aseguró que Swift nunca solicitó financiamiento para ampliar su planta, aclarando que la controversia se originó en un trámite burocrático para la exención impositiva de dos equipos importados. El libro, cuya contratapa fue escrita por el analista político Rosendo Fraga, también relata cómo Oliva Funes adquirió bonos de deuda soberana para financiar la planta durante el gobierno de Raúl Alfonsín y cómo la crisis inflacionaria obligó a realizar la inversión en etapas.
Según la versión de Oliva Funes, el conflicto fue desvirtuado por la política y la burocracia estatal, no por una solicitud de sobornos por parte de la empresa. Denunció que el gobierno de Menem utilizó el escándalo para desacreditar a Swift y a sus directivos, buscando encubrir sus propios manejos corruptos. El libro generó un gran impacto en la opinión pública y reabrió el debate sobre la responsabilidad de Menem y sus colaboradores en el caso “Swiftgate”.
La publicación del libro, a pocos meses de su fallecimiento, fue un acto de valentía y un intento por reivindicar su nombre y su legado. Oliva Funes quería dejar constancia de la verdad, antes de que fuera demasiado tarde. Su testimonio, respaldado por documentos y testimonios de testigos clave, aporta una nueva perspectiva sobre uno de los casos de corrupción más emblemáticos de la historia argentina.
Más Allá de los Negocios: Una Vida Marcada por la Adversidad
La vida de Carlos Oliva Funes no estuvo exenta de tragedias personales. En 1976, durante la dictadura militar, su primera esposa fue asesinada, un hecho que él mismo reconoció como un punto que marcó su vida y que relató en su libro. La pérdida de su esposa lo sumió en una profunda depresión, pero no lo detuvo en su camino hacia el éxito. Se casó nuevamente y formó una familia, encontrando en sus hijos y nietos un motivo para seguir adelante.
Tras su retiro, se mudó a República Dominicana y luego a Nueva York, buscando un clima más favorable y una mayor tranquilidad. Sin embargo, la sombra del pasado siempre lo persiguió. El caso “Swiftgate” lo mantuvo en el ojo de la tormenta, obligándolo a defender su reputación y a luchar contra las acusaciones infundadas. A pesar de las dificultades, nunca renunció a sus principios ni a su integridad.
Su partida, el pasado 15 de mayo en Nueva York, generó una profunda conmoción en el sector agroindustrial argentino. Familiares, amigos y colegas del sector frigorífico lamentaron su muerte y recordaron su legado como un empresario visionario, un pionero en la modernización de la industria y un testigo clave de un capítulo oscuro de la historia argentina. Su vida, marcada por el éxito y la adversidad, es un ejemplo de perseverancia, coraje y compromiso con la verdad.
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