Celacanto, el pez fósil viviente con más de 400 millones de años
En las profundidades del océano habita un pez extraordinario, un vestigio del pasado que ha desafiado el paso del tiempo: el celacanto. Este enigmático animal ha cautivado la imaginación de científicos y entusiastas durante décadas, y un reciente descubrimiento ha arrojado nueva luz sobre su excepcional longevidad.
El fósil viviente: El celacanto
El celacanto, un pez de aletas lobuladas que se creía extinto durante más de 60 millones de años, reapareció misteriosamente en 1938 frente a las costas de Sudáfrica. Su descubrimiento causó un gran revuelo científico, ya que proporcionó evidencia irrefutable de que algunas especies podían sobrevivir durante eones sin cambios significativos.
Los celacantos son un grupo diverso de peces que presentan una mezcla única de características antiguas y modernas. Sus aletas carnosas y lobuladas se asemejan a las extremidades de los vertebrados terrestres, lo que sugiere un vínculo lejano con los primeros anfibios. Su anatomía interna, sin embargo, es notablemente similar a la de los tiburones y las rayas, lo que indica un linaje evolutivo compartido.
Un pariente del Devónico
El eslabón perdido
La evidencia más reciente del linaje antiguo del celacanto proviene del descubrimiento de un fósil excepcional en la formación Gogo de Australia Occidental. Este fósil, denominado "Ngamugawi wirngarri", ha sido identificado como un pariente directo del celacanto que vivió hace más de 400 millones de años, en el período Devónico.
El análisis de "Ngamugawi wirngarri" revela una sorprendente similitud morfológica con las especies de celacanto actuales, lo que respalda la hipótesis de que el celacanto es un fósil viviente, un remanente de una era pasada que ha conservado sus características ancestrales durante cientos de millones de años.
La evolución acelerada por la tectónica
Placas movedizas
La supervivencia del celacanto durante eones puede atribuirse, en parte, a su capacidad única de adaptación a los cambios ambientales. Los estudios han demostrado que el movimiento de las placas tectónicas jugó un papel crucial en la aceleración de la evolución del celacanto.
Las placas tectónicas en constante movimiento crearon nuevos nichos ecológicos y barreras geográficas, lo que obligó al celacanto a especializarse y diversificarse. A medida que las placas se movían y chocaban, el hábitat del celacanto cambió drásticamente, provocando cambios evolutivos que dieron lugar a nuevas especies y preservaron las características ancestrales.
Ancestros de los andadores
Un paso hacia la tierra
El celacanto es más que un fósil viviente; es un eslabón viviente entre el mundo acuático y terrestre. Sus aletas pareadas, similares a las extremidades de los vertebrados terrestres, proporcionan pistas valiosas sobre la evolución de los primeros anfibios.
Los investigadores creen que las aletas lobuladas del celacanto sirvieron como prototipos de las extremidades de los vertebrados que se aventuraron en la tierra. Sus huesos internos, articulados y robustos, son análogos a los de los primeros anfibios, lo que sugiere que el celacanto puede representar una etapa de transición crucial en la evolución de los animales terrestres.
El celacanto es un testimonio del poder de la evolución y la capacidad de adaptación de la vida.
Profesor Kate Trinajstic, Universidad de Flinders
Fuente: https://ensedeciencia.com/2024/09/25/el-pez-que-lleva-vivo-mas-de-400-millones-de-anos/
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