China abre su mercado al pescado salvaje brasileño: Oportunidad estratégica y desafío para Argentina.

El reciente acuerdo bilateral entre China y Brasil para la importación de pescado de origen salvaje marca un hito en la geopolítica alimentaria global. Más allá de un simple tratado comercial, este protocolo revela una estrategia china deliberada para diversificar sus fuentes de suministro, reducir su dependencia de Occidente y fortalecer sus lazos con el Sur Global. Este artículo analiza las implicaciones de este acuerdo, su contexto geoeconómico y las contrastantes trayectorias de Brasil y Argentina en el escenario pesquero internacional.

Índice

El Protocolo Sino-Brasileño: Un Cambio de Paradigma en el Comercio Pesquero

La formalización de la importación de pescado brasileño de origen salvaje por parte de China representa un punto de inflexión tras casi una década de negociaciones. Este logro del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil (MAPA) no solo abre un nuevo mercado para los productos pesqueros brasileños, sino que también posiciona a Brasil como un proveedor estratégico para la segunda economía mundial. El anuncio de la Administración General de Aduanas de China (GACC) coincide con la moratoria pesquera estival china, un período crítico que paraliza la pesca nacional y aumenta la demanda de importaciones.

Este contexto de escasez interna china crea una oportunidad única para Brasil, que tradicionalmente ha estado fuera del círculo de proveedores clave como Rusia y Ecuador. La presencia de altas autoridades de ambos países en la ceremonia de firma en Brasilia subraya la importancia política y económica de este acuerdo. La delegación china, encabezada por el viceministro del GACC, Lyu Weihong, incluyó especialistas en temas sanitarios y fitosanitarios, lo que demuestra el compromiso de China con la calidad y seguridad de los productos importados.

La Estrategia de Xi Jinping y la Expansión del Comercio Bilateral

El protocolo con Brasil se inscribe en una estrategia más amplia impulsada por el presidente Xi Jinping para consolidar el acceso de productos alimentarios brasileños al mercado chino. Durante su visita oficial a Brasil en noviembre pasado, se firmaron una serie de protocolos técnicos y sanitarios que abarcan no solo pescado, sino también subproductos como harina y aceite de pescado para la industria de alimentación animal. Este acuerdo forma parte de un conjunto de 37 acuerdos bilaterales que buscan fortalecer la cooperación económica entre China y Brasil.

Las cifras del comercio bilateral reflejan esta tendencia al alza. En 2024, China importó de Brasil mercancías por valor de 94.400 millones de dólares, mientras que sus exportaciones hacia el país sudamericano alcanzaron los 69.100 millones de dólares. Si bien Brasil aún no se encuentra entre los diez principales orígenes de las importaciones chinas de productos pesqueros, la apertura de este nuevo mercado sugiere un cambio significativo en el patrón de diversificación de proveedores de alimentos estratégicos por parte de Beijing.

Geopolítica Alimentaria: Reduciendo la Dependencia de Occidente

El acuerdo con Brasil no es simplemente una cuestión de comercio; es una táctica geopolítica más profunda. China busca reducir su dependencia de Occidente en materia de seguridad alimentaria y establecer vínculos económicos más sólidos con el Sur Global. La política de apertura selectiva al acceso al mercado alimentario se utiliza como un instrumento de diplomacia comercial y como un mecanismo de equilibrio frente a las tensiones estructurales con Estados Unidos, exacerbadas por la imposición de aranceles durante la administración Trump.

Paralelamente, China consolida su superávit comercial en otras regiones clave. En el primer trimestre de 2025, sus exportaciones a la Unión Europea crecieron un 4% interanual, mientras que las importaciones desde la UE disminuyeron un 6%, lo que refleja el fortalecimiento de su capacidad manufacturera interna. Esto resultó en un superávit comercial con el bloque europeo de 64.000 millones de dólares, un aumento del 18% con respecto al año anterior. El protocolo con Brasil se integra cuidadosamente en esta estrategia de largo alcance, anticipando posibles movimientos proteccionistas por parte de Estados Unidos.

Brasil: Una Oportunidad Histórica para la Exportación de Proteína Marina

Para Brasil, este acuerdo representa una puerta abierta a uno de los mercados más dinámicos del planeta y una oportunidad histórica para posicionarse como una potencia exportadora de proteína de origen marino salvaje. La capacidad de Brasil para satisfacer la creciente demanda china de productos pesqueros podría impulsar significativamente su economía y fortalecer su posición en el comercio mundial. La clave del éxito radicará en la capacidad de Brasil para mantener altos estándares de calidad, sostenibilidad y trazabilidad en su industria pesquera.

La inversión en infraestructura, tecnología y capacitación será fundamental para aprovechar al máximo esta oportunidad. Además, Brasil deberá abordar los desafíos relacionados con la gestión pesquera sostenible, la lucha contra la pesca ilegal y la protección de los ecosistemas marinos. La colaboración entre el gobierno, el sector privado y la comunidad científica será esencial para garantizar que la industria pesquera brasileña se desarrolle de manera responsable y sostenible.

Argentina: Parálisis y Oportunidades Perdidas en el Comercio Pesquero

En contraste con la proactividad de Brasil, Argentina se encuentra sumida en un laberinto de disputas políticas y una parálisis institucional que obstaculiza su desarrollo en el comercio pesquero internacional. En lugar de avanzar hacia acuerdos estructurales que posicionen al país en el tablero global, persiste una improvisación y una indiferencia que condenan al sector empresarial a la incertidumbre. Esta situación se traduce en balances en rojo, inversiones paralizadas y una industria estratégica reducida a espectadora de su propio deterioro.

La falta de una estrategia clara y coherente, la inestabilidad regulatoria y la burocracia excesiva son algunos de los obstáculos que enfrentan los exportadores argentinos. La ausencia de una visión de largo plazo y la priorización de intereses cortoplacistas impiden que Argentina aproveche su potencial en el mercado pesquero mundial. La necesidad de modernizar la infraestructura, mejorar la competitividad y diversificar los mercados es urgente, pero requiere un compromiso político y una inversión sostenida.

La situación argentina sirve como un claro ejemplo de cómo la falta de liderazgo y la incapacidad para construir consensos pueden socavar el desarrollo económico de un país. Mientras Brasil avanza con paso firme hacia la consolidación de su posición como potencia exportadora, Argentina se arriesga a quedar rezagada y perder oportunidades valiosas en el mercado global.

noticiaspuertosantacruz.com.ar - Imagen extraida de: https://pescare.com.ar/china-firma-convenio-con-brasil-para-importar-pescados-y-mariscos-de-origen-salvaje/

Fuente: https://pescare.com.ar/china-firma-convenio-con-brasil-para-importar-pescados-y-mariscos-de-origen-salvaje/

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