Chinchillón anaranjado: Regreso y resiliencia en el Cañadón Caracoles
El regreso del chinchillón anaranjado: una historia de resiliencia en el Cañadón Caracoles
Tras años de extinción local, el chinchillón anaranjado vuelve a habitar los paredones del Cañadón Caracoles. Gracias a un exitoso programa de traslocación iniciado en 2021, ocho familias se han establecido y nuevas crías expanden su territorio, demostrando la capacidad de recuperación de la especie y el compromiso por conservarla.
Traslocación: reintroduciendo al chinchillón anaranjado
En 2021, comenzó una minuciosa tarea de traslado de individuos del Cañadón Pinturas al Cañadón Caracoles, donde la especie había desaparecido debido a actividades humanas. El objetivo era reintroducir al chinchillón anaranjado en su hábitat original y permitir su recuperación.
Los técnicos, liderados por Emanuel Jacquier, han monitoreado 18 chinchillones, de los cuales ocho nacieron en el propio Cañadón Caracoles. Estas crías se han establecido y dispersado hacia otros sectores del parque, fortaleciendo las poblaciones existentes.
Características y adaptaciones del chinchillón anaranjado
El chinchillón anaranjado posee un cuerpo especialmente adaptado para moverse y vivir en los paredones de la estepa patagónica. Su denso pelaje abrigado le permite soportar las temperaturas extremas.
Tienen orejas pequeñas, una diferencia de 5 cm entre la circunferencia de la cabeza y el cuello, y un "cepillito" sobre el dedo más externo de las patas traseras, que facilita su higiene.
Pueden llegar a medir 80 cm de longitud, incluyendo la cola, que representa poco más de un tercio del cuerpo, y pesar entre 2,200 Kg y 3,000 Kg.
Comportamiento social y hábitos alimenticios
Los chinchillones son animales nocturnos y sociales. Por la noche, se alejan de zonas seguras para alimentarse, principalmente de pastos, semillas y musgos.
Las hembras suelen permanecer en su paredón de origen, mientras que los machos tienden a dispersarse. Los machos monitoreados se han movido en hasta 3 paredones diferentes dentro de un radio de 1,5km.
Ante la presencia de depredadores, emiten vocalizaciones de alarma para advertir al resto del grupo. Este mecanismo de comunicación es esencial para su supervivencia.
Monitoreo y conservación
Las cámaras trampa han sido fundamentales para estudiar el comportamiento del chinchillón anaranjado y registrar interacciones entre individuos. El equipo de investigación ahora busca minimizar las intervenciones y centrarse en el monitoreo.
Un punto de interés es observar a las hembras nacidas en 2023 para determinar si se dispersan o permanecen cerca de sus lugares de origen.
El trabajo en el Cañadón Caracoles se sostiene como parte de un compromiso importante: recuperar lo que se perdió y trabajar para conservarlo.
Emanuel Jacquier, técnico líder del proyecto de traslocación Este proyecto muestra resultados notables. Las nuevas crías se han establecido y comenzado a dispersarse, fortaleciendo las poblaciones existentes. El chinchillón anaranjado está recuperando su hogar en el Cañadón Caracoles.
Fuente: https://elrompehielos.com.ar/chinchillones-en-canadon-caracoles
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