Compañero de ruta
El origen de esta expresión es incierto, pero sí es seguro que a principios del siglo XX, en la naciente Unión Soviética a los que eran simpatizantes del comunismo y no eran del partido se les llamaba “popútchik” o compañero de ruta, era tan amplio el término que este abarcaba a todas aquellas personas que pasivamente aceptaban los fines del comunismo en la URSS.
De allí también que en un transpolamiento de esta expresión, en la actualidad se refieran a aquellas personas que comparten las mismas ideas políticas. Pero esta no es la única acepción y vamos a ampliar los conceptos de esta singular dicción.
Un viejo colega de profesión para referirse a una expresión similar a la amistad le llama “compañero de ruta”, frase que en un principio retumbó en mis oídos como diminutivo de la calidad de amistad. Mucho tiempo acuné esta idea y aún llegue a contemplar la posibilidad de que estas tres palabras fueran una forma de limitar el ingreso a nuestras vidas de otras personas que se relacionan e interactúan con uno en el diario vivir. Esto es personas con afinidades que con el tiempo se llaman amigos.

¿Por qué alguien querría limitar la palabra amistad? ¿Es imposible la amistad en estos tiempos? ¿Cómo ser amigo o amiga de alguien en este frenético siglo XXI?
Tal vez es cierto y decir compañeros de ruta sea una forma de pensar la amistad como aquellas personas queribles que comparten un tiempo en nuestras vidas y después se van, un mecanismo de defensa para auto-protegerse de aquellos amigos que comparten con nosotros y al crecer la amistad se sufre en la partida.
La partida de un amigo siempre genera la angustia y con la expresión “COMPAÑERO/A DE RUTA” da para albergar en nuestra conciencia superior y subconsciente, la contemplación de la posibilidad de que en algún momento esa determinada persona partirá e implícitamente estaremos más preparados para su partida.
A lo mejor sea solo una expresión, pero es totalmente valedera en su utilidad, si de esta forma nos readaptamos a la vida en las distintas ausencias de amistades, familiares y otras personas cercanas. Por mi parte un “compañero de ruta” es un amigo que poco a poco se va ganando ese título conforme sus acciones, su sinceridad, sus virtudes y aún sus defectos le van acercando a ese vínculo casi mágico que se llama amistad.
Entonces, la amistad es posible y necesaria en cualquier tiempo y el ser compañeros de ruta tal vez sea realmente un mecanismo para defendernos en la partida, pero jamás podrá esconder totalmente el dolor de la ausencia, ni eclipsará el recuerdo de aquellas buenas personas que compartieron momentos parte de nuestra vida.
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