Conflicto Langostinero: Amenazas de Muerte y Parálisis Económica en Chubut
La paralización de la temporada de langostino en Argentina ha escalado a un conflicto de graves consecuencias, trascendiendo las negociaciones laborales y adentrándose en el terreno de las amenazas directas a la integridad física de los trabajadores. Lo que comenzó como una disputa por la actualización del Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) y los pagos por producción, se ha visto empañado por denuncias de intimidación y violencia, poniendo en riesgo la seguridad de los marineros y profundizando la crisis económica que afecta a miles de familias.
El Detonante: Amenazas de Muerte a Marineros
El punto de inflexión en este conflicto se produjo con la difusión de capturas de pantalla de amenazas de muerte dirigidas a marineros que consideraban firmar acuerdos de reducción salarial propuestos por las cámaras empresarias. La amenaza, recibida a través de mensajes, utilizaba un lenguaje explícito y violento, incluyendo la imagen de un arma de fuego. La gravedad de la situación llevó al secretario de Pesca de Chubut, Andrés Arbeletche, a denunciar públicamente el hecho, calificándolo como un “traspaso de todo límite”.
La amenaza específica, según Arbeletche, advertía al destinatario que “más vale que no firmes mañana, porque no pisás más Madryn. Acordate, te conviene, porque no vas a poder bajar del barco, hay una bala para vos”. Este tipo de intimidación no solo atenta contra la libertad de los trabajadores para negociar sus condiciones laborales, sino que también genera un clima de miedo y desconfianza que dificulta aún más la resolución del conflicto. La denuncia penal está en curso y, según Arbeletche, ya se han logrado avances en la investigación.
Repudio Gremial y Allanamientos
La reacción a las amenazas no tardó en llegar. El Sindicato Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y el Marítimo de Pescadores (Simape) repudiaron públicamente las amenazas y señalaron al sindicato de Capitanes de Pesca como responsable. Realizaron una protesta frente a su sede en Mar del Plata, exigiendo una investigación exhaustiva y el castigo de los responsables. La acusación se centra en la presunta intención de presionar a los trabajadores para que no acepten los acuerdos salariales propuestos por las empresas.
Paralelamente, las fuerzas de seguridad de Chubut llevaron a cabo allanamientos tras identificar el teléfono y el lugar de origen de las amenazas. Estas acciones buscan esclarecer los hechos y determinar la identidad de los autores materiales e intelectuales de las intimidaciones. La respuesta de las autoridades busca enviar un mensaje claro de tolerancia cero ante la violencia y la extorsión en el ámbito laboral.
El Núcleo del Conflicto: Renegociación del CCT
En el centro de la disputa se encuentra la negativa del SOMU y del Simape a renegociar el CCT, especialmente en lo que respecta a los pagos por producción, que constituyen el componente central del salario de los tripulantes. Los sindicatos argumentan que los actuales términos del convenio son justos y que cualquier modificación que implique una reducción salarial afectaría gravemente el poder adquisitivo de los trabajadores. La postura sindical se basa en la defensa de las condiciones laborales históricamente conquistadas y en la necesidad de garantizar un salario digno para los marineros.
Por otro lado, las cámaras empresarias argumentan que el costo laboral representa actualmente el 60% de la operación y que mantener el convenio vigente implicaría trabajar a pérdida, especialmente considerando que el precio por kilo de langostino utilizado para calcular los pagos por producción está fijado en 2005. Las empresas sostienen que es necesario actualizar el convenio para garantizar la viabilidad económica de la actividad pesquera y evitar el cierre de empresas.
El Rechazo Empresarial a la Violencia y la Extorsión
La “Intercámaras de la Industria Pesquera Argentina” emitió un comunicado condenando enérgicamente la violencia y la extorsión sufrida por los marineros que han manifestado su voluntad de trabajar y suscribir acuerdos particulares con las empresas del sector. Las cámaras empresarias reafirmaron su compromiso con la búsqueda de una solución negociada al conflicto, pero advirtieron que la violencia no es el camino para lograr la paz social ni para fomentar el trabajo argentino.
El comunicado, suscripto por una amplia gama de cámaras del sector pesquero, incluyendo Capeca, CAPA, Caipa, Caapbpa, Aepcyf, Udipa, Capip, CEPA y Cafrexport, enfatiza la importancia de la libertad de trabajar y de acordar condiciones laborales de manera voluntaria y consensuada. Las empresas se declaran a disposición para iniciar la temporada de pesca de langostino en aguas nacionales, pero advierten que no hay condiciones de seguridad para hacerlo con acuerdos individuales, ya que los trabajadores están amenazados.
La parálisis de la temporada de langostino, que ya lleva cuatro meses de duración formal y casi un año de amarrados más de 100 buques, está teniendo consecuencias económicas y sociales devastadoras. Se estima que las exportaciones se han frenado en más de 200 millones de dólares, lo que representa una pérdida significativa para la economía nacional. Además, alrededor de 5.000 familias que dependen de la actividad pesquera se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad.
Las cámaras empresarias advierten que la situación es insostenible y que, de no lograrse una solución rápida, se podrían producir despidos masivos y el cierre de empresas. La falta de actividad pesquera también afecta a otros sectores relacionados, como la industria del procesamiento de alimentos, el transporte marítimo y los servicios portuarios. La crisis se extiende a lo largo de toda la cadena de valor, generando un impacto negativo en la economía regional y nacional.
La Disparidad Sindical: Capitanes y Maquinistas Abren una Brecha
En medio de la confrontación entre SOMU y Simape por un lado, y las cámaras empresarias por el otro, los sindicatos de Capitanes y Maquinistas han adoptado una postura diferente. A diferencia de los otros gremios, estos sindicatos han acordado revisar los ítems de producción, que siguen calculados según un precio por kilo de langostino fijado en 2005. Esta decisión ha generado tensiones dentro del movimiento sindical y ha sido criticada por los representantes de los marineros.
La apertura de los sindicatos de Capitanes y Maquinistas a la negociación refleja una mayor flexibilidad y pragmatismo en la búsqueda de una solución al conflicto. Sin embargo, también ha sido interpretada como una fractura en la unidad sindical y una posible debilitación de la posición negociadora de los trabajadores. La disparidad de criterios entre los diferentes gremios complica aún más la resolución de la crisis y prolonga la incertidumbre en el sector pesquero.
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