Conflicto Pesquero: SOMU y Cámaras en Crisis, Amenazan con Cortes y Protestas.

La industria pesquera argentina se encuentra al borde del colapso, no por la disminución de los recursos naturales, sino por una crisis social y laboral de proporciones alarmantes. El reciente fracaso de las negociaciones entre las cámaras pesqueras y el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) ha encendido la mecha de un conflicto que amenaza con paralizar la actividad en puertos clave como Puerto Madryn y afectar gravemente a las plantas de procesamiento de pescado. Este artículo analiza en profundidad las causas de la ruptura negociadora, las demandas del SOMU, las posturas de las cámaras pesqueras, el impacto económico potencial de las protestas y el contexto histórico que ha llevado a esta situación de máxima tensión. La paz social, otrora un pilar de la economía costera, se desmorona ante la intransigencia de las partes y la falta de voluntad para alcanzar un acuerdo que garantice condiciones laborales dignas y la sostenibilidad del sector.

El Punto de Ruptura: Análisis de la Frustrada Negociación

La reunión en el Ministerio de Trabajo de la Nación, que se esperaba fuera el último esfuerzo para evitar un estallido social, terminó en un completo fracaso. El SOMU, liderado por su secretario general, acusó a las cámaras pesqueras de una actitud inflexible y de no estar dispuestas a ceder en puntos clave de la negociación. Las principales diferencias radican en la actualización salarial, las condiciones de trabajo a bordo de los buques, la seguridad laboral y la regularización de las condiciones de los trabajadores eventuales. El sindicato exige una compensación salarial que cubra la pérdida del poder adquisitivo debido a la inflación galopante, así como mejoras en las condiciones de habitabilidad y seguridad en los buques pesqueros, muchos de los cuales, según denuncian, se encuentran en condiciones precarias. Las cámaras, por su parte, argumentan que no pueden acceder a las demandas del SOMU debido a la situación económica del sector, afectado por la suba de los costos de combustible, la depreciación del peso y la competencia desleal de productos importados.

La falta de avances en la negociación se atribuye también a la desconfianza mutua entre las partes. El SOMU acusa a las cámaras de utilizar tácticas dilatorias y de no presentar propuestas concretas, mientras que las cámaras denuncian la actitud confrontativa del sindicato y su insistencia en demandas consideradas “excesivas”. La intervención del Ministerio de Trabajo, que intentó mediar entre las partes, no fue suficiente para superar las diferencias. La retirada del SOMU de la mesa de negociación dejó en claro que la vía del diálogo, al menos por el momento, está agotada. Esta ruptura abre la puerta a medidas de fuerza que podrían tener consecuencias devastadoras para la industria pesquera y para las comunidades costeras que dependen de ella.

Demandas del SOMU: Un Grito por la Dignidad Laboral

Las demandas del SOMU no se limitan a una simple actualización salarial. El sindicato busca una transformación profunda de las condiciones laborales en el sector pesquero, que históricamente han sido caracterizadas por la precariedad, la falta de seguridad y la explotación. Entre las principales reivindicaciones se encuentra la necesidad de garantizar un salario digno que permita a los trabajadores cubrir sus necesidades básicas y las de sus familias. El SOMU también exige la regularización de las condiciones de los trabajadores eventuales, que a menudo son contratados sin los beneficios sociales correspondientes y en condiciones de extrema vulnerabilidad. Otro punto crucial es la mejora de las condiciones de habitabilidad y seguridad en los buques pesqueros, donde los trabajadores pasan largas temporadas en el mar, expuestos a riesgos laborales y a condiciones climáticas adversas.

El sindicato denuncia la existencia de prácticas abusivas por parte de algunas empresas pesqueras, como la retención de salarios, la imposición de jornadas laborales extenuantes y la falta de respeto por los derechos laborales. El SOMU también exige la implementación de medidas de seguridad más estrictas para prevenir accidentes laborales, que son frecuentes en el sector pesquero. La lucha del sindicato no solo se centra en la defensa de los derechos de los trabajadores, sino también en la protección del medio ambiente y la promoción de una pesca sostenible. El SOMU considera que la sobreexplotación de los recursos marinos y la falta de control ambiental son factores que contribuyen a la crisis del sector y que ponen en peligro el futuro de la industria pesquera.

La Postura de las Cámaras Pesqueras: Entre la Realidad Económica y la Responsabilidad Social

Las cámaras pesqueras, por su parte, argumentan que la situación económica del sector no les permite acceder a las demandas del SOMU. Sostienen que la suba de los costos de combustible, la depreciación del peso y la competencia desleal de productos importados han reducido significativamente sus márgenes de ganancia. Las cámaras también denuncian la falta de apoyo del gobierno nacional y la burocracia excesiva que dificulta la actividad pesquera. Afirman que si ceden a las demandas del SOMU, muchas empresas se verán obligadas a cerrar, lo que generaría una pérdida de empleos y un impacto negativo en la economía costera.

Las cámaras pesqueras reconocen la necesidad de mejorar las condiciones laborales en el sector, pero argumentan que esto debe hacerse de manera gradual y sostenible, teniendo en cuenta la realidad económica de las empresas. Proponen la implementación de medidas de eficiencia y productividad que permitan aumentar la rentabilidad del sector y generar recursos para invertir en mejoras laborales. También sugieren la creación de un fondo de compensación salarial que permita a las empresas hacer frente a la inflación sin comprometer su viabilidad económica. Sin embargo, estas propuestas no han sido consideradas suficientes por el SOMU, que exige medidas más concretas y urgentes.

El Impacto Económico de las Protestas: Un Sector en Riesgo

Las medidas de protesta anunciadas por el SOMU, como el corte de rutas en Puerto Madryn y el impedimento del funcionamiento de las plantas de procesamiento de pescado, podrían tener un impacto económico devastador para la industria pesquera y para las comunidades costeras que dependen de ella. El corte de rutas interrumpiría el flujo de mercaderías y dificultaría el transporte de pescado fresco y congelado, lo que generaría pérdidas millonarias para las empresas pesqueras. El impedimento del funcionamiento de las plantas de procesamiento de pescado afectaría a miles de trabajadores y provocaría la paralización de la actividad en los principales centros de procesamiento del país.

Además del impacto directo en la industria pesquera, las protestas podrían tener consecuencias negativas para otros sectores de la economía, como el transporte, el comercio y el turismo. La interrupción del suministro de pescado afectaría a los restaurantes, los supermercados y los consumidores en general. La imagen del país como proveedor de productos pesqueros de alta calidad podría verse dañada, lo que dificultaría la exportación y la atracción de inversiones. La crisis en el sector pesquero podría generar un aumento del desempleo y la pobreza en las comunidades costeras, lo que agravaría los problemas sociales existentes.

Contexto Histórico: Un Conflicto de Larga Data

El conflicto entre las cámaras pesqueras y el SOMU no es nuevo. A lo largo de la historia, el sector pesquero argentino ha sido escenario de numerosas disputas laborales y sociales, marcadas por la precariedad, la explotación y la falta de diálogo. En la década de 1990, durante el proceso de privatización de las empresas pesqueras estatales, se produjo un aumento significativo de la informalidad y la precarización laboral. Los trabajadores fueron despedidos masivamente y reemplazados por personal contratado a través de agencias de empleo temporario, que ofrecían salarios más bajos y peores condiciones laborales.

El SOMU ha luchado históricamente por la defensa de los derechos de los trabajadores pesqueros y por la mejora de sus condiciones laborales. El sindicato ha protagonizado numerosas huelgas y protestas a lo largo de los años, exigiendo salarios dignos, seguridad laboral y el cumplimiento de las leyes laborales. En algunas ocasiones, estas protestas han derivado en enfrentamientos violentos con las fuerzas de seguridad. La falta de voluntad política para abordar los problemas estructurales del sector pesquero y la falta de diálogo entre las partes han contribuido a la perpetuación de este conflicto de larga data. La situación actual es el resultado de años de tensiones acumuladas y de la falta de una solución integral que garantice la sostenibilidad del sector y la dignidad de los trabajadores.

Fuente: https://partedepesca.com.ar/d/se-re-pudrio-todo-marineros-llaman-a-cortar-rutas-en-puerto-madryn/