Corea del Norte abre su "Benidorm" a rusos: Lujo a costa de derechos humanos y mano de obra forzada.
Corea del Norte, un país envuelto en misterio y aislamiento, ha sorprendido al mundo con la apertura de un ambicioso complejo turístico en la costa este, cerca de la ciudad de Wonsan. Bautizado como Wonsan Kalma, este proyecto, presentado por el régimen de Kim Jong-un como un símbolo de modernización y un destino vacacional de categoría mundial, esconde una realidad mucho más oscura. La llegada de los primeros turistas rusos a este "Benidorm norcoreano" ha levantado interrogantes sobre las condiciones laborales en su construcción, el uso de mano de obra forzada y las implicaciones geopolíticas de esta nueva alianza entre Pyongyang y Moscú. Este artículo explora en profundidad la historia de Wonsan Kalma, desde su concepción y desarrollo hasta su reciente apertura, revelando las contradicciones entre la propaganda oficial y la cruda realidad que se esconde tras el brillo del complejo turístico.
El Sueño de Kim Jong-un: Wonsan Kalma, un Destino Turístico de Lujo
Kim Jong-un ha mostrado un interés personal en el desarrollo de Wonsan Kalma, una región con la que mantiene fuertes vínculos familiares. Antes de la construcción del complejo, Wonsan era un destino vacacional exclusivo para la élite norcoreana. El líder supremo visualizó la transformación de la zona en un centro turístico internacional, capaz de generar ingresos y proyectar una imagen de modernidad y prosperidad. En 2017, una delegación norcoreana visitó España para estudiar modelos de desarrollo turístico, incluyendo hoteles, parques temáticos y marinas. Los arquitectos y altos cargos políticos tomaron nota de cada detalle, buscando inspiración para el proyecto Wonsan Kalma. El plan ambicioso incluía la construcción de 43 hoteles frente al mar, casas de huéspedes, zonas de acampada, un parque acuático, centros de entretenimiento, cines y un teatro, todo ello a lo largo de un tramo costero de cuatro kilómetros.
El folleto promocional del complejo describe un paraíso vacacional con instalaciones de primer nivel y una amplia gama de actividades de ocio. Sin embargo, la realidad de la construcción de Wonsan Kalma dista mucho de la imagen idílica que se pretende proyectar. La velocidad con la que se levantó gran parte de la infraestructura, a pesar de las interrupciones en las obras, sugiere un despliegue masivo de mano de obra y una presión implacable para cumplir con los plazos establecidos por el régimen.
La Sombra de la Mano de Obra Forzada: Denuncias y Evidencias
Organizaciones de derechos humanos, como Naciones Unidas, han denunciado reiteradamente el uso sistemático de mano de obra forzada en Corea del Norte. Informes de la ONU detallan la existencia de grupos de trabajadores sometidos a jornadas extenuantes, condiciones precarias y sin garantías mínimas. Se ha recibido información que vincula a brigadas de trabajadores con la construcción del complejo Wonsan Kalma, trabajando día y noche para cumplir con los plazos impuestos por el régimen. Testimonios de desertores norcoreanos corroboran estas denuncias, revelando historias de explotación y abusos. Cho Chung Hui, la de Kang Gyuri, una antigua residente de Wonsan que huyó en 2023, relata que su primo se ofreció como voluntario para trabajar en la obra, con la esperanza de obtener una residencia en Pyongyang, pero las condiciones laborales eran inhumanas.
Además de la mano de obra forzada, se han denunciado desplazamientos forzosos de vecinos, cuyas casas fueron demolidas sin compensación para dar paso al desarrollo del resort. Esta práctica, común en Corea del Norte, evidencia la falta de respeto por los derechos humanos y la prioridad que el régimen otorga a sus proyectos de desarrollo, incluso a costa del bienestar de su propia población. La construcción de Wonsan Kalma se ha convertido en un símbolo de la opacidad y la brutalidad del régimen de Kim Jong-un, que sacrifica los derechos de sus ciudadanos en aras de sus ambiciones políticas y económicas.
La Alianza con Rusia: Un Salvavidas para el Régimen Norcoreano
La reactivación de las obras de Wonsan Kalma tras una reunión en junio de 2024 entre Kim Jong-un y Vladimir Putin no es casualidad. Esta reunión, en la que el presidente ruso prometió apoyo al régimen norcoreano, marcó un punto de inflexión en la relación entre ambos países. Rusia, aislado internacionalmente por su invasión de Ucrania, busca aliados en su lucha contra Occidente, y Corea del Norte, asediada por las sanciones internacionales, encuentra en Rusia un socio comercial y político clave. La apertura de Wonsan Kalma a los turistas rusos es una muestra tangible de esta nueva alianza. Tres agencias rusas ya ofrecen paquetes turísticos que incluyen el resort, y los primeros grupos de visitantes han llegado al complejo a principios de julio.
Para Rusia, Wonsan Kalma representa una oportunidad para diversificar sus destinos turísticos y ofrecer a sus ciudadanos una alternativa a los destinos occidentales. Sin embargo, para los turistas rusos, Corea del Norte puede no ser tan atractiva como otros destinos con mejores servicios y menos restricciones. Andrei Lankov, profesor en la Universidad Kookmin de Seúl, señala que "para los rusos, Corea del Norte no ofrece nada que no puedan encontrar en otros lugares, y además, allí los servicios son peores y la vigilancia constante". A pesar de estas dudas, el régimen norcoreano espera atraer a más de un millón de turistas a Wonsan Kalma, generando ingresos y fortaleciendo su economía.
El Futuro Incierto de Wonsan Kalma: Viabilidad y Desafíos
A pesar de la llegada de los primeros turistas rusos, los expertos dudan de la viabilidad a largo plazo de Wonsan Kalma. La reputación de Corea del Norte como un país autoritario y aislado, las restricciones a la libertad de movimiento y la falta de infraestructura turística adecuada son obstáculos importantes para atraer a un gran número de visitantes. Además, las denuncias de mano de obra forzada y abusos contra los derechos humanos podrían disuadir a muchos turistas potenciales. El éxito de Wonsan Kalma dependerá en gran medida de la capacidad del régimen norcoreano para mejorar su imagen internacional, garantizar la seguridad de los turistas y ofrecer servicios de calidad.
La apertura de Wonsan Kalma también plantea interrogantes sobre el futuro de la región. ¿Se convertirá en un enclave de lujo para turistas rusos, o se abrirá a visitantes de otros países? ¿Se respetarán los derechos humanos de los trabajadores y residentes locales, o seguirán siendo víctimas de la explotación y la opresión? ¿La alianza con Rusia fortalecerá el régimen de Kim Jong-un, o lo aislará aún más de la comunidad internacional? Estas son preguntas que solo el tiempo podrá responder. Mientras Pyongyang exhibe su nuevo joya turístico, el contraste entre la imagen oficial y las sombras que la rodean vuelve a poner en evidencia la opacidad y las contradicciones que siguen marcando la realidad interna del régimen.
Fuente: https://www.huffingtonpost.es//global/corea-norte-abre-puertas-peculiar-benidorm-rusos.html
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