Corea del Norte envía nuevas tropas a Ucrania para apoyar a Rusia
El envío de tropas norcoreanas a Rusia para reforzar sus filas en Ucrania es un testimonio del impacto de la guerra en las capacidades militares de Moscú y del creciente papel de Pyongyang en el conflicto.
Nuevos refuerzos para las filas rusas
Corea del Norte está preparando el envío de una nueva remesa de efectivos para reforzar las filas de Rusia en Ucrania en un plazo de dos meses. Cerca de 12.000 soldados norcoreanos combaten actualmente en la región de Kursk, operando como una fuerza militar prácticamente independiente con sus propias tácticas. Su índice de bajas humanas es alarmante, con un estimado de más de 5.000 efectivos perdidos desde su llegada en diciembre. Además de los soldados, Pyongyang también ha enviado una cantidad significativa de municiones, incluyendo millones de proyectiles de artillería y más de 100 misiles balísticos de corto alcance.
Tácticas norcoreanas inusuales
Los soldados norcoreanos utilizan métodos de combate inusuales, avanzando por el campo de batalla sin el apoyo de blindados y lanzando ataques en oleadas de más de 40 efectivos. Suelen operar en áreas asignadas separadas de las unidades rusas, aunque la falta de comunicación ha provocado enfrentamientos directos en al menos dos ocasiones.
Impacto en las fuerzas ucranianas
La presencia de tropas norcoreanas ha obligado a las fuerzas ucranianas a adaptarse. Los operadores de drones ahora se enfocan en grupos en lugar de individuos, y las minas antipersonales se colocan con menos distancia entre ellas para contrarrestar las formaciones densas de las oleadas de ataque.
Desafíos para Ucrania
Enfrentar a dos de los ejércitos más grandes del mundo está llevando a las tropas ucranianas al límite. Los norcoreanos están empujando las líneas del frente y dirigiendo sus esfuerzos hacia las zonas menos defendidas, desgastando a las tropas de Kiev. El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) advierte que, si la actual tasa de bajas continúa, los 12.000 soldados norcoreanos en Kursk podrían desaparecer por completo antes de abril.
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