Cortisol: más que la hormona del estrés, cuándo preocuparse por sus niveles altos
El cortisol ha sido etiquetado erróneamente como la "hormona del estrés" debido a su papel en la respuesta al estrés. Sin embargo, juega un papel crucial en diversos procesos fisiológicos y es esencial para la salud general. Este artículo aborda los conceptos erróneos sobre el cortisol, analiza sus funciones y cuándo debemos preocuparnos por sus niveles elevados.
Cortisol: más allá del estrés
El cortisol es una hormona esteroide producida por las glándulas suprarrenales. Si bien se asocia principalmente con la respuesta al estrés, también participa en numerosos procesos corporales, que incluyen:
- Regulación del metabolismo de la glucosa
- Función inmune
- Equilibrio de líquidos y electrolitos
- Inflamación
- Cognición
Cortisol y estrés
En situaciones estresantes, el eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal (HHS) activa las glándulas suprarrenales para liberar cortisol. Esta respuesta fisiológica, conocida como respuesta de lucha o huida, nos prepara para afrontar o evitar amenazas percibidas. Sin embargo, el estrés crónico puede provocar niveles elevados prolongados de cortisol, lo que puede tener efectos perjudiciales.
El cortisol es como un protector que nos ayuda en situaciones estresantes. Sin embargo, el estrés crónico puede convertirlo en un villano que daña nuestra salud.
- Experto en endocrinología
Efectos del cortisol elevado
Los niveles crónicamente elevados de cortisol pueden provocar varios problemas de salud, entre ellos:
- Supresión del sistema inmunológico
- Aumento de peso y acumulación de grasa abdominal
- Hipertensión
- Diabetes
- Osteoporosis
Patologías del cortisol
Además de los niveles elevados de cortisol relacionados con el estrés, también existen patologías endocrinas que pueden provocar niveles anormales de cortisol:
- Enfermedad de Cushing: Una afección caracterizada por niveles excesivos de cortisol debido a un tumor o a un mal funcionamiento de la glándula pituitaria.
- Enfermedad de Addison: Una afección caracterizada por niveles insuficientes de cortisol debido a un daño en las glándulas suprarrenales.
Estas patologías requieren un diagnóstico y tratamiento específicos por parte de un endocrinólogo.
Cuándo preocuparse
Si bien el estrés leve puede provocar niveles temporales elevados de cortisol, es importante buscar atención médica si experimenta síntomas persistentes que sugieran niveles crónicamente elevados de cortisol. Estos síntomas pueden incluir:
- Aumento de peso y acumulación de grasa abdominal
- Hipertensión
- Debilidad muscular
- Cambios de humor
- Problemas de sueño
Abordar el cortisol elevado
Administrar el cortisol elevado relacionado con el estrés implica abordar las causas subyacentes del estrés. Las técnicas de gestión del estrés, como el yoga, la meditación o la terapia, pueden ser eficaces para reducir los niveles de cortisol y mejorar la salud general.
Gestionar el estrés no es eliminar el estrés, sino aprender a enfrentarse a él de manera saludable.
- Psicólogo clínico
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