DANA en Valencia: Informe del 112 revela caos en llamadas y recursos desbordados
El 112, línea de emergencia vital para la seguridad ciudadana, se vio desbordado durante la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que azotó la Comunidad Valenciana. Un análisis detallado de los informes del 112 revela una concatenación de factores que contribuyeron a la saturación del sistema, desde el aumento exponencial de llamadas hasta problemas de comunicación y la complejidad de los incidentes reportados. Este artículo desentraña la cronología de los eventos, la respuesta del personal de emergencias y las dificultades encontradas, basándose en la documentación aportada a la causa judicial. Se examinarán los desafíos en la gestión de la crisis, la coordinación entre los diferentes niveles de emergencia y las lecciones aprendidas para futuras situaciones similares.
Cronología de la Emergencia: Del Aviso Inicial al Colapso del Sistema
Los primeros avisos sobre posibles crecidas comenzaron a recibirse a las 11:00 horas del 29 de octubre, marcando el inicio de una jornada crítica. El informe de supervisión del 112 Comunitat Valenciana detalla que, a partir de esa hora, se intensificaron las llamadas relacionadas con situaciones que podrían ser consecuencia de las lluvias torrenciales. El turno de mañana, iniciado a las 07:30 horas, ya había heredado una alerta inicial localizada en la Ribera Alta, lo que sugiere una premonición de los eventos que estaban por venir. La situación se agravó a partir de las 10:00 horas, cuando la lluvia se desplazó hacia el noroeste, incrementando la carga de trabajo. A pesar del refuerzo con horas extra, la presión sobre el personal de emergencias era palpable.
La verdadera crisis se desató a partir de las 11:00 horas, con un aumento drástico en el volumen de llamadas. Los avisos provenían de zonas donde, paradójicamente, no había llovido intensamente, lo que indicaba que los problemas se debían a las crecidas repentinas de barrancos y ramblas. Este fenómeno complicó la evaluación de la situación, ya que requería una comprensión detallada de la orografía y la hidrología de la región. La comunicación con los llamantes se vio afectada, con reportes de que los operadores no podían escuchar claramente a las personas que solicitaban ayuda, prolongando la duración de cada llamada y reduciendo la capacidad de respuesta.
El punto crítico se alcanzó a las 15:00 horas, cuando se produjo una saturación total del sistema. Los problemas de comunicación se agravaron, y el número de incidentes con riesgo para la vida o la integridad física de las personas, o con daños materiales significativos, se disparó. La magnitud de la crisis hizo imposible un seguimiento adecuado de cada caso, lo que generó una sensación de impotencia entre el personal de emergencias. El turno del 28 al 29 de octubre fue particularmente desafiante, con un aumento exponencial de llamadas en las últimas dos horas, pasando de 156 llamadas entre las 00:00 y las 01:00 horas a un volumen mucho mayor con solo cinco operadores disponibles.
La Respuesta del 112 y los Desafíos en la Coordinación
Los informes de Emergencias revelan la complejidad de la respuesta ante la DANA. Se activaron protocolos de emergencia, se movilizaron recursos adicionales y se estableció una coordinación entre los diferentes cuerpos de seguridad y servicios de emergencia. Sin embargo, la magnitud de la crisis superó la capacidad de respuesta del sistema, lo que generó retrasos en la atención a las víctimas y dificultades en la evaluación de los daños. La falta de comunicación efectiva entre los diferentes niveles de emergencia también fue un factor que contribuyó a la confusión y la ineficiencia.
La Subdirección General de Emergencias movilizó a un total de 23 personas, incluyendo al subdirector general, otros técnicos, diez médicos, cinco técnicos de comunicaciones y otros funcionarios. Esta movilización de personal demuestra el esfuerzo por reforzar la capacidad de respuesta ante la crisis. Sin embargo, la saturación del sistema y la complejidad de los incidentes hicieron que estos recursos fueran insuficientes para atender todas las necesidades. La falta de personal capacitado en la gestión de crisis de gran magnitud también fue un factor limitante.
La información recopilada por el Centro de Coordinación de Emergencias (CCE) fue crucial para la toma de decisiones y la asignación de recursos. Sin embargo, la calidad de la información recibida se vio afectada por los problemas de comunicación y la saturación del sistema. La falta de herramientas adecuadas para el análisis y la visualización de la información también dificultó la evaluación de la situación y la identificación de las zonas más afectadas. La necesidad de mejorar la coordinación entre el CCE y los diferentes cuerpos de seguridad y servicios de emergencia es evidente.
El Impacto en el Personal del 112: Sobrecarga y Estrés
La DANA supuso una prueba de resistencia para el personal del 112, que se vio sometido a una presión extrema durante horas. La sobrecarga de trabajo, la falta de comunicación efectiva y la angustia de las víctimas generaron altos niveles de estrés y agotamiento entre los operadores. Los informes revelan que muchos operadores tuvieron que trabajar durante turnos prolongados, sin apenas descanso, para atender la avalancha de llamadas. Esta situación puso en riesgo su salud física y mental.
La dificultad para escuchar a los llamantes, debido a los problemas de comunicación, también fue una fuente de frustración para los operadores. La incapacidad de comprender claramente las necesidades de las víctimas generó una sensación de impotencia y dificultó la prestación de una ayuda eficaz. La falta de formación específica en la gestión de crisis de gran magnitud también fue un factor que contribuyó al estrés del personal. La necesidad de proporcionar apoyo psicológico a los operadores después de la crisis es fundamental.
El personal del 112 ha recibido formación en 2022 y 2023, y se han realizado reuniones de coordinación para abordar el uso del sistema ES-Alert. Sin embargo, la implementación de este sistema aún no se ha completado, lo que limita su capacidad para alertar a la población en caso de emergencia. La necesidad de acelerar la implementación del sistema ES-Alert y de proporcionar formación adicional al personal del 112 es evidente. La inversión en tecnología y en la capacitación del personal es fundamental para mejorar la capacidad de respuesta ante futuras crisis.
Lecciones Aprendidas y Propuestas de Mejora
La experiencia de la DANA ha puesto de manifiesto la necesidad de mejorar la capacidad de respuesta ante situaciones de emergencia de gran magnitud. Es fundamental fortalecer la coordinación entre los diferentes niveles de emergencia, mejorar la comunicación entre los operadores y los llamantes, y proporcionar formación específica al personal del 112 en la gestión de crisis. La inversión en tecnología, como el sistema ES-Alert, es también crucial para mejorar la capacidad de alerta temprana y la protección de la población.
Se deben establecer protocolos claros para la gestión de crisis de gran magnitud, que incluyan la asignación de recursos, la priorización de las llamadas y la coordinación entre los diferentes cuerpos de seguridad y servicios de emergencia. Es fundamental realizar simulacros periódicos para poner a prueba estos protocolos y garantizar que el personal esté preparado para responder ante una situación real. La colaboración entre las diferentes administraciones públicas es también esencial para garantizar una respuesta eficaz ante las emergencias.
La mejora de la infraestructura de comunicaciones es también una prioridad. Es necesario garantizar que los operadores del 112 tengan acceso a sistemas de comunicación fiables y seguros, que les permitan comunicarse claramente con los llamantes y con los diferentes cuerpos de seguridad y servicios de emergencia. La inversión en tecnología de vanguardia es fundamental para mejorar la capacidad de respuesta ante las emergencias y proteger la vida de las personas.




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