Dengue en Niños y Adolescentes: Nuevo Protocolo para una Atención Eficaz y Segura
El dengue, una enfermedad viral transmitida por mosquitos, representa un desafío de salud pública creciente a nivel mundial, especialmente en regiones tropicales y subtropicales. Si bien afecta a personas de todas las edades, la población pediátrica y adolescente presenta particularidades en su manifestación clínica y manejo que requieren una atención específica. Ante este panorama, el Ministerio de Salud ha publicado un nuevo “Protocolo de implementación para la atención y seguimiento de niños y adolescentes con dengue sin signos de alarma”, un hito en la gestión de esta enfermedad en Argentina. Este protocolo no solo busca optimizar la atención y evitar la saturación de los servicios de salud, sino que también proporciona una guía clara y concisa para los equipos de salud de todos los niveles, con un enfoque especial en la atención primaria.
- Contexto Epidemiológico y Necesidad del Protocolo
- Objetivos y Alcance del Protocolo
- Contenido Detallado del Protocolo: Evaluación Inicial y Clasificación
- Seguimiento Domiciliario y Criterios de Alta
- Antecedentes y Proceso de Elaboración
- Importancia y Alcance del Protocolo como Hito en la Gestión del Dengue
Contexto Epidemiológico y Necesidad del Protocolo
El dengue ha experimentado un aumento significativo en su incidencia en los últimos años, impulsado por factores como el cambio climático, la urbanización descontrolada y la movilidad humana. En Argentina, las temporadas de mayor transmisión coinciden con los meses más cálidos y húmedos, generando brotes epidémicos que demandan una respuesta rápida y eficiente del sistema de salud. La enfermedad se manifiesta en un espectro clínico variable, desde cuadros asintomáticos hasta formas graves que pueden poner en riesgo la vida del paciente. Los niños y adolescentes, al ser más vulnerables a las complicaciones, requieren un abordaje específico que considere sus características fisiológicas y clínicas.
La necesidad de un protocolo específico para esta población surge de la observación de que los criterios diagnósticos y de manejo utilizados en adultos no siempre son aplicables a niños y adolescentes. Además, la presentación clínica del dengue en estos grupos etarios puede ser atípica, lo que dificulta su diagnóstico temprano y oportuno. La saturación de los servicios de salud durante los brotes epidémicos también representa un desafío importante, limitando la capacidad de respuesta y comprometiendo la calidad de la atención. El nuevo protocolo busca abordar estas problemáticas, proporcionando una herramienta práctica y accesible para los profesionales de la salud.
Objetivos y Alcance del Protocolo
El principal objetivo del protocolo es orientar el manejo clínico de niños y adolescentes con dengue sin signos de alarma, promoviendo una atención adecuada y oportuna que evite la progresión a formas graves de la enfermedad. Para lograr este objetivo, el protocolo define claramente los criterios de caso y su clasificación, establece recomendaciones para la detección y notificación de casos sospechosos, y proporciona pautas para la evaluación clínica en la primera consulta y el seguimiento domiciliario. Además, el protocolo enfatiza la importancia de identificar los signos de alarma que indican un posible deterioro clínico y la necesidad de derivar al paciente a un centro de atención de mayor complejidad.
El alcance del protocolo se extiende a todos los equipos de salud de todos los niveles, con especial énfasis en el primer nivel de atención, que es el responsable del seguimiento ambulatorio de la mayoría de los pacientes con dengue sin signos de alarma. El protocolo está diseñado para ser utilizado como una herramienta de apoyo a la toma de decisiones clínicas, complementando la experiencia y el juicio profesional de los médicos. La infografía que acompaña al protocolo resume los pasos a seguir en la consulta inicial, las consultas de seguimiento y los criterios de alta, facilitando su implementación en los consultorios de los establecimientos asistenciales.
Contenido Detallado del Protocolo: Evaluación Inicial y Clasificación
El protocolo comienza con una descripción detallada de las manifestaciones clínicas del dengue en niños y adolescentes, incluyendo los síntomas más comunes como fiebre, dolor de cabeza, dolor detrás de los ojos, dolor muscular y articular, náuseas, vómitos y erupción cutánea. Se enfatiza la importancia de considerar la edad del paciente, su estado de vacunación y sus antecedentes médicos al evaluar los síntomas. El protocolo define claramente los criterios de caso sospechoso, probable y confirmado, basándose en los síntomas clínicos y los resultados de las pruebas de laboratorio.
La clasificación del dengue es fundamental para determinar el nivel de atención y el manejo adecuado. El protocolo adopta la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que distingue entre dengue sin signos de alarma y dengue con signos de alarma. Los signos de alarma incluyen dolor abdominal intenso y persistente, vómitos persistentes, sangrado de encías o nariz, dificultad para respirar, letargo o irritabilidad, y disminución de la presión arterial. La presencia de alguno de estos signos indica un posible deterioro clínico y requiere una evaluación inmediata y una posible hospitalización.
Seguimiento Domiciliario y Criterios de Alta
El seguimiento domiciliario es una parte esencial del manejo de los pacientes con dengue sin signos de alarma. El protocolo establece pautas claras para la frecuencia de las consultas de seguimiento, que deben ser más frecuentes en los primeros días de la enfermedad y luego pueden espaciarse según la evolución clínica del paciente. Durante las consultas de seguimiento, se debe evaluar la presencia de signos de alarma, controlar la temperatura y el estado de hidratación, y brindar recomendaciones sobre el manejo sintomático de los síntomas.
Los criterios de alta del protocolo se basan en la mejoría clínica del paciente, la ausencia de signos de alarma durante un período determinado y la capacidad de mantener una adecuada hidratación y alimentación. Se recomienda brindar al paciente y a sus familiares información clara y concisa sobre los signos de alarma y la importancia de consultar nuevamente si estos aparecen. Además, se debe enfatizar la importancia de eliminar los criaderos de mosquitos en el hogar y en el entorno para prevenir nuevas infecciones.
Antecedentes y Proceso de Elaboración
La publicación de este protocolo se enmarca en una serie de iniciativas del Ministerio de Salud para fortalecer la prevención y el control del dengue en Argentina. Como antecedente, se encuentra la Guía de Práctica Clínica sobre Diagnóstico y Tratamiento de Dengue, publicada en diciembre de 2024, que contiene recomendaciones generales para el diagnóstico y la atención de personas con sospecha de dengue. Sin embargo, se reconoció la necesidad de un protocolo específico para niños y adolescentes, que considerara las particularidades de esta población.
Para elaborar el protocolo, se convocó a un panel de expertos conformado por profesionales de todo el país y de sociedades científicas. Este panel realizó una revisión exhaustiva de la evidencia científica disponible y aportó sus conocimientos y experiencia clínica. A partir de los aportes del panel, un grupo elaborador conformado por representantes de las distintas áreas con injerencia en la materia trabajó en el desarrollo del protocolo, considerando también los lineamientos normativos elaborados por el Ministerio de Salud. Este proceso colaborativo y multidisciplinario garantizó la calidad y la pertinencia del protocolo.
Importancia y Alcance del Protocolo como Hito en la Gestión del Dengue
La elaboración de este protocolo representa un hito en la gestión del dengue en Argentina, ya que es la primera vez que el Ministerio de Salud de la Nación diseña un protocolo de recomendaciones clínicas para el manejo de dengue en población pediátrica y adolescente. Este logro es resultado del trabajo articulado e integral que se promueve entre las áreas del Ministerio de Salud y ha potenciado el rol de rectoría de la cartera sanitaria nacional en el seguimiento del escenario epidemiológico y la elaboración anticipada de estrategias de prevención y respuesta.
El protocolo no solo mejorará la calidad de la atención brindada a los niños y adolescentes con dengue, sino que también contribuirá a optimizar el uso de los recursos del sistema de salud y a reducir la carga de la enfermedad en la población. La implementación efectiva del protocolo requerirá un esfuerzo conjunto de todos los actores involucrados, incluyendo a los profesionales de la salud, las autoridades sanitarias y la comunidad en general. La capacitación continua de los profesionales de la salud y la difusión del protocolo entre la población son fundamentales para garantizar su éxito.
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