Desalojo de propietario por la Policía: "Mi casa ya no es mía"
Un propietario denuncia que la Policía le desalojó de su casa okupada tras argumentar que los okupas habían demostrado estar en posesión de la vivienda por más de 48 horas. El caso ha suscitado preocupación sobre la legislación actual que regula las desokupaciones, considerada por muchos como insuficiente para proteger los derechos de los propietarios.
El hogar secreto invadido
Jordi Riera, propietario de una vivienda en Girona, denuncia que la Policía Municipal le obligó a abandonar su propia casa, que había sido okupada. Según Riera, cuando acudió a su propiedad tras detectar ruidos sospechosos, encontró a los okupas instalados en su interior.
Tras llamar a la Policía, los agentes acudieron al lugar y, tras visionar un vídeo grabado por los okupas, determinaron que llevaban más de 48 horas ocupando la vivienda. Este hecho impidió a la Policía proceder al desalojo inmediato, dejando a Riera sin posibilidad de recuperar su propiedad de forma expeditiva.
Un "Disneyland" para okupas
"Los okupas han ganado", afirma Riera, frustrado por la situación. Critica la legislación actual, que considera que favorece a los okupas y dificulta que los propietarios recuperen sus viviendas. La situación, según Riera, convierte las casas ocupadas en un "Disneyland" para los okupas, donde pueden permanecer impunemente durante largos periodos.
El caso de Riera ha salido a la luz gracias a las redes sociales, donde ha denunciado su situación y criticado la actuación policial. Su historia ha puesto de manifiesto la necesidad de revisar la legislación vigente y proteger mejor los derechos de los propietarios.
Los okupas se esconden en un vacío legal
El caso de Riera ha generado preocupación sobre el vacío legal que permite a los okupas permanecer en viviendas ajenas durante más de 48 horas. Este plazo, establecido para evitar desalojos arbitrarios, se está utilizando por los okupas para burlar la ley.
"La Policía dictaminó que era más creíble que fuera su casa (...) Así que me avisó de que si no me marchaba de casa debían imputarme un delito de usurpación de hogar", denuncia Riera. La situación deja a los propietarios desprotegidos y con escasas opciones para recuperar sus viviendas.
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