Desarticulan Banda Criminal en Mendoza: Tráfico de Drogas, Armas y Vinculación Penitenciaria
La lucha contra el crimen organizado en Argentina, y particularmente en la provincia de Mendoza, ha dado un golpe significativo con el desmantelamiento de una banda criminal que operaba tanto dentro como fuera del sistema penitenciario. Una investigación exhaustiva, impulsada por un oficio judicial y llevada a cabo por una colaboración interinstitucional sin precedentes, ha revelado una red compleja de tráfico de drogas, armas y vehículos robados, con ramificaciones que se extienden hasta la provincia de Buenos Aires. Este artículo detalla la operación, los métodos empleados por la banda, la coordinación de las fuerzas de seguridad y los resultados obtenidos, ofreciendo una visión profunda de la complejidad del crimen organizado en el país.
Desarticulación de una Red Criminal Transpenitenciaria
La investigación se inició a raíz de denuncias recibidas sobre la actividad de ciudadanos involucrados en hechos ilícitos. El Magistrado interviniente solicitó a la Unidad Técnica de la Fuerza la realización de tareas investigativas para verificar la veracidad de estas denuncias. El resultado fue la detención de seis personas y el secuestro de una cantidad considerable de evidencia, incluyendo marihuana, cocaína, armas de fuego, municiones, vehículos y una gran cantidad de teléfonos celulares. La magnitud del operativo evidencia la sofisticación de la organización criminal y la necesidad de una respuesta coordinada por parte de las fuerzas de seguridad.
Lo más destacable de esta operación es que la banda estaba liderada por dos primos, uno de los cuales cumplía detención domiciliaria y el otro se encontraba recluido en el Complejo Penitenciario Federal IV de Cuyo. Esta situación demuestra la capacidad de los delincuentes para continuar operando desde dentro del sistema carcelario, utilizando los recursos disponibles para coordinar actividades ilícitas y mantener el control de la organización. La investigación reveló que la banda se dedicaba a la obtención, guarda y distribución de estupefacientes, armas de fuego y municiones, tanto dentro como fuera del complejo penitenciario.
El Modus Operandi: Vulnerando la Seguridad Penitenciaria
La banda criminal desarrolló un modus operandi particularmente insidioso para introducir sustancias estupefacientes y dispositivos móviles en el complejo penitenciario. Se valían de la colaboración y complicidad de mujeres embarazadas o niños durante las visitas, aprovechando la menor rigurosidad en los controles de seguridad en estos casos. Esta táctica, además de ser ilegal, representa una grave vulneración de la seguridad penitenciaria y una explotación de personas vulnerables. La utilización de embarazadas y niños para cometer delitos es una práctica reprobable que exige una respuesta contundente por parte de las autoridades.
El uso de estas personas como "mulas" demuestra la falta de escrúpulos de los líderes de la banda y su disposición a cometer cualquier acto para continuar con sus actividades ilícitas. Esta situación plantea interrogantes sobre la efectividad de los controles de seguridad en el complejo penitenciario y la necesidad de implementar medidas más estrictas para prevenir este tipo de situaciones. La investigación también reveló que la banda contaba con cómplices dentro del sistema penitenciario, quienes facilitaban el ingreso de los estupefacientes y dispositivos móviles a cambio de dinero o favores.
Coordinación Interinstitucional: La Clave del Éxito
El desmantelamiento de esta banda criminal fue posible gracias a la coordinación y colaboración entre diferentes fuerzas de seguridad y organismos del Estado. Gendarmes, personal del Servicio Penitenciario Nacional, Policía Provincial, y la Fiscalía Federal Nro 2 de Mendoza, con intervención del Juzgado Federal Nro 1, Secretaría Penal “A”, trabajaron en conjunto para llevar a cabo las investigaciones, ejecutar los allanamientos y detener a los responsables. Esta cooperación interinstitucional es fundamental para combatir el crimen organizado, que a menudo opera a través de fronteras jurisdiccionales y requiere una respuesta coordinada para ser desarticulado.
La participación de diferentes unidades especializadas de Gendarmería Nacional, como los Escuadrones 64 “Mendoza”, 27 “Uspallata”, 29 “Malargüe”, la Unidad de Investigaciones de Delitos Complejos y Procedimiento Judiciales “Mendoza”, y la Unidad de Criminalística y Estudios Forenses de la Agrupación XI “Cuyo”, aportó recursos técnicos y humanos especializados para la investigación. Asimismo, la colaboración de la Policía de la Provincia de Mendoza, a través del Grupo de Infantería, el Grupo Especial de Seguridad (GES), y de la División VANT (Vehículos Aéreos No Tripulados), permitió ampliar el alcance de la operación y obtener pruebas cruciales para la acusación. La coordinación con el Servicio Penitenciario Nacional fue esencial para investigar las actividades ilícitas que se desarrollaban dentro del complejo penitenciario.
Ramificaciones en Buenos Aires: El Suministro de Vehículos Robados
A medida que avanzaba la investigación, se descubrió que la banda criminal tenía conexiones en la provincia de Buenos Aires, donde se encargaban de proporcionar vehículos robados con documentación falsa para facilitar las operaciones de la organización. Estos vehículos eran utilizados para transportar y distribuir bienes ilícitos, así como para evadir los controles policiales. La identificación de rodados con patentes duplicadas, números de chasis/motores alterados, y diferencias en el color de los automóviles registrados legalmente y los utilizados por los delincuentes, reveló la sofisticación de la red y su capacidad para operar a gran escala.
La utilización de vehículos robados con documentación falsa es una práctica común en el crimen organizado, ya que permite a los delincuentes operar con mayor impunidad y dificultar su identificación por parte de las autoridades. La investigación de estas conexiones en Buenos Aires permitió ampliar el alcance de la operación y detener a otros miembros de la banda que participaban en el suministro de vehículos robados. Este hallazgo subraya la importancia de la cooperación interprovincial en la lucha contra el crimen organizado, ya que las bandas criminales a menudo operan a través de diferentes jurisdicciones.
Allanamientos y Secuestro de Evidencia: El Resultado de la Investigación
Conforme al desenlace de las actividades investigativas, el Magistrado dispuso la ejecución de 16 allanamientos, que luego se intensificaron con cinco más, con el propósito de buscar y recolectar pruebas concluyentes respecto a la posible comisión de los delitos de “asociación ilícita”, “tráfico de armas” y “comercialización de estupefacientes”. Los allanamientos se llevaron a cabo en diferentes domicilios y establecimientos relacionados con los miembros de la banda, y permitieron el secuestro de una gran cantidad de evidencia, incluyendo municiones, armas de fuego, balanzas de precisión, picadores de marihuana, cocaína, cannabis sativa, semillas, troqueles de LSD, automóviles, motos y teléfonos celulares.
La cantidad y variedad de la evidencia secuestrada demuestra la magnitud de las actividades ilícitas de la banda y su capacidad para generar ganancias a través del tráfico de drogas, armas y vehículos robados. El secuestro de teléfonos celulares es particularmente importante, ya que estos dispositivos contienen información valiosa que puede ser utilizada para identificar a otros miembros de la banda, rastrear sus comunicaciones y reconstruir sus actividades. La evidencia recolectada durante los allanamientos será utilizada por la Fiscalía Federal para sustentar la acusación contra los detenidos y solicitar su procesamiento penal.
Detalles del Secuestro de Evidencia
Armamento y Municiones
Entre la evidencia secuestrada se encontraban 519 municiones de diferentes calibres, seis armas de fuego y dos réplicas. La posesión de armas de fuego por parte de la banda criminal representa un peligro para la seguridad pública y demuestra su disposición a utilizar la violencia para proteger sus intereses. El secuestro de estas armas contribuye a reducir la disponibilidad de armas ilegales en la sociedad y a prevenir actos violentos.
Estupefacientes
Se incautaron 498 gramos de cocaína, 647 gramos de cannabis sativa, 14 plantas y plantines de cannabis sativa, 111 semillas y cuatro troqueles de LSD. El secuestro de estos estupefacientes representa un golpe significativo al tráfico de drogas en la región y contribuye a proteger la salud pública. La comercialización de estupefacientes es un delito grave que genera graves consecuencias sociales y económicas.
Vehículos y Dispositivos Electrónicos
Se secuestraron tres automóviles, dos motos y 93 teléfonos celulares, además de computadoras. Los vehículos eran utilizados para transportar y distribuir bienes ilícitos, mientras que los teléfonos celulares y las computadoras contenían información valiosa sobre las actividades de la banda. El secuestro de estos bienes contribuye a desarticular la infraestructura logística de la banda y a obtener pruebas para la acusación.
“Este operativo demuestra la importancia de la colaboración interinstitucional y la perseverancia de las fuerzas de seguridad en la lucha contra el crimen organizado. Seguiremos trabajando incansablemente para desmantelar estas redes y garantizar la seguridad de la ciudadanía.”
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