Deserciones en el Ejército Ruso: Un Problema Creciente
El ejército ruso se enfrenta a un problema creciente de deserciones y abandonos. Miles de soldados han abandonado el frente desde que comenzó el conflicto con Ucrania, lo que ha llevado a un aumento significativo en los procedimientos judiciales relacionados con estos delitos.
Números alarmantes
Según un medio independiente, desde febrero de 2022, el número de casos de deserción y abandono casi se ha duplicado, alcanzando 10.308 procedimientos este año. La mayoría de estos casos terminan en condenas, pero las penas no siempre implican prisión. En algunos casos, los soldados pueden recibir sentencias condicionadas que les permiten regresar al frente.
Historias personales
Un caso destacado es el de un cabo ruso de 37 años que lleva tres meses huyendo. Fue movilizado en otoño de 2022 y enviado a Ucrania, pero los abusos, las malas condiciones y la falta de apoyo lo llevaron a escapar. Ahora se esconde en Rusia, temiendo ser enviado de regreso al frente.
Medidas legislativas y sus consecuencias
En 2022, Rusia endureció las penas por desobediencia militar. El décimo aniversario de la anexión de Crimea se marcó con una ley que castigaba la deserción con hasta 10 años de prisión. Sin embargo, los desertores temen que estas sentencias se traduzcan en un retorno forzado a la guerra.
El coordinador de una organización que apoya a los desertores afirma: "No queremos convertirnos en carne de cañón". Esconderse en Rusia es solo una solución temporal, ya que las autoridades continúan buscando desertores.
Alternativas a la deserción
Un soldado ruso de 29 años fue el primero en negarse públicamente a luchar en Ucrania. Después de participar en los combates y perder a dos amigos cercanos, decidió rescindir su contrato. Afirma que su objetivo era demostrar que existe una opción para aquellos que no quieren convertirse en asesinos, incluso si eso significa perder su libertad.
En resumen
El ejército ruso está luchando contra un problema generalizado de deserción y abandono. Aunque las autoridades han endurecido las penas, los desertores temen que estas medidas no disuadan la huida. Los soldados buscan alternativas a la guerra, pero escondrijos como Rusia no ofrecen una solución permanente.
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