Desmantelan banda criminal por robo de cables y hallan droga y armas en Buenos Aires
En el corazón de Buenos Aires, una investigación iniciada por un requerimiento fiscal desentrañó una red delictiva que trascendía el simple robo de cables. Lo que comenzó como un seguimiento a una chatarrería sospechosa en la Villa 1-11-14, rápidamente se convirtió en un operativo de gran envergadura que reveló una conexión con el narcotráfico y la posesión ilegal de armas. Este artículo detalla el desarrollo de la investigación, los hallazgos clave, los allanamientos realizados y las consecuencias legales para los implicados, ofreciendo una visión profunda de la lucha contra el crimen organizado en Argentina.
El Origen de la Investigación: Robo de Cables y la Sospecha Inicial
La pesquisa se originó a partir de una solicitud formal del Dr. Leonel Gómez Barbella, fiscal de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 32. Ante la creciente preocupación por el robo de cables, un delito que afecta la infraestructura crítica y genera importantes pérdidas económicas, se decidió iniciar una investigación encubierta. La anuencia del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 8, a cargo del Dr. Marcelo Martínez de Giorgi, y la colaboración de la Secretaría N° 16, liderada por el Dr. Rafael Ortea Escandón, fueron cruciales para dar luz verde a la operación. El Departamento de Fugas de Información (DFI) fue el encargado de llevar a cabo la inteligencia necesaria para identificar a los responsables y desarticular la estructura delictiva.
La primera etapa de la investigación se centró en una chatarrería ubicada en las inmediaciones de la Villa 1-11-14, un área conocida por su actividad comercial informal y, en ocasiones, vinculada a actividades ilícitas. Los agentes de la División Investigación del Robo Organizado de la Policía Federal Argentina (PFA) establecieron una vigilancia discreta y prolongada del local, con el objetivo de confirmar las sospechas de que allí se reducía el material robado. Durante varias jornadas, los federales observaron patrones de actividad que confirmaron sus sospechas: vehículos entraban y salían del lugar con frecuencia, transportando cantidades significativas de cable de cobre y otros metales.
El Seguimiento Encubierto y el Descubrimiento del Narcotráfico
El punto de inflexión en la investigación se produjo cuando los agentes observaron la salida de un vehículo utilitario de la chatarrería. Inmediatamente, se inició un seguimiento encubierto para rastrear el destino del vehículo y establecer las conexiones entre la chatarrería y otros posibles implicados. El operativo se extendió hasta la calle Florida al 500, una zona céntrica y concurrida de Buenos Aires. Allí, los ocupantes del utilitario realizaron un trasbordo sospechoso: pasaron a un vehículo de alta gama, color negro, estacionado en un garaje público. Esta maniobra alertó a los investigadores, quienes sospecharon que se trataba de un intento de ocultar la evidencia y evadir la vigilancia.
En ese momento, los policías se identificaron y procedieron a la detención de los ocupantes del vehículo. Durante la requisa, se realizó un hallazgo sorprendente: se encontraron tres bolsas de nylon que contenían seis kilogramos de droga “cristal”, una sustancia altamente adictiva y peligrosa. Además, se incautó una pistola calibre 9 mm con 17 cartuchos, 10 teléfonos celulares y un cuaderno con anotaciones que podrían ser relevantes para la investigación. Este descubrimiento reveló que la estructura delictiva no se limitaba al robo de cables, sino que también estaba involucrada en el narcotráfico.
Los Allanamientos y la Expansión de la Investigación
Ante la magnitud de los hallazgos, la judicatura ordenó la realización de 10 allanamientos simultáneos en diferentes puntos de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. El objetivo era identificar a nuevos responsables, establecer las conexiones de la organización criminal y localizar los lugares de acopio de la droga. Los allanamientos se llevaron a cabo en cinco inmuebles de la Capital Federal (calles México, Uriarte, Campo Salles, Génova y Humboldt), tres domicilios de Lanús (calles Remedios de Escalada, Warnes y Talcahuano), una vivienda de San Justo (calle Rincón) y una finca de Mar del Plata (sobre calle Los Andes). La operación contó con un importante despliegue de personal policial y se realizó con la máxima discreción para evitar que los sospechosos pudieran alertarse y destruir la evidencia.
Durante los allanamientos, se capturaron tres integrantes más de la banda y se secuestraron 280 pastillas de éxtasis, un kilogramo de cogollos de marihuana, cuatro notebooks y seis celulares adicionales. La evidencia recolectada permitió a los investigadores reconstruir la estructura de la organización criminal y determinar el rol de cada uno de sus miembros. Se descubrió que la banda operaba de manera jerárquica, con líderes que coordinaban las actividades ilícitas y encargados de la logística y la distribución de la droga. La chatarrería servía como fachada para ocultar las operaciones de narcotráfico y lavar el dinero obtenido de las ventas.
Los Detenidos y las Acusaciones Formales
Todos los detenidos, que suman un total de ocho individuos (cinco hombres y una mujer inicialmente detenidos, más los tres capturados durante los allanamientos), son argentinos y mayores de edad. Fueron puestos a disposición del magistrado interventor, acusados de portación de arma de guerra e infracción a la Ley Nacional de Drogas. La fiscalía solicitará la prisión preventiva de los acusados, argumentando que existe riesgo de fuga y de obstaculización de la investigación. La defensa de los detenidos, por su parte, intentará demostrar la inocencia de sus clientes o, en su defecto, solicitar medidas de coerción menos severas.
La investigación continúa en curso, y se espera que en los próximos días se realicen nuevas diligencias para identificar a otros posibles implicados y determinar el alcance total de la organización criminal. La fiscalía está trabajando en el análisis de los teléfonos celulares y los notebooks secuestrados, con el objetivo de obtener información relevante sobre las comunicaciones de los detenidos y las transacciones financieras realizadas por la banda. Además, se están realizando peritajes para determinar el origen de las armas y la droga incautadas.
Implicaciones y el Combate Contra el Crimen Organizado
Este caso pone de manifiesto la complejidad del crimen organizado en Argentina y la necesidad de fortalecer la cooperación entre las diferentes fuerzas de seguridad y el Poder Judicial. La investigación reveló que una estructura delictiva aparentemente dedicada al robo de cables estaba involucrada en actividades mucho más graves, como el narcotráfico y la posesión ilegal de armas. Esta situación exige una respuesta integral y coordinada para desarticular las redes criminales y proteger a la sociedad.
La Policía Federal Argentina ha intensificado sus operativos de control y prevención en las zonas más vulnerables, con el objetivo de detectar y desmantelar las organizaciones criminales que operan en el país. Se están utilizando tecnologías de última generación, como sistemas de videovigilancia y análisis de datos, para identificar patrones de actividad sospechosa y anticiparse a los delitos. Además, se está trabajando en la capacitación y el equipamiento de los agentes de seguridad para que puedan enfrentar de manera efectiva los desafíos que plantea el crimen organizado.



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