Destilería española escondida en la montaña, famosa por su whisky
En el corazón de una imponente cordillera, se esconde un tesoro español poco conocido: la cuna del whisky. Tras la creación de la legislación sobre whisky en España en 1957, Nicomedes García, un segoviano emprendedor, se embarcó en un viaje a Escocia, no para admirar sus pintorescas tierras, sino para aprender los secretos de la elaboración del whisky.
Un viaje inspirador
A su regreso, García seleccionó un lugar inusual para establecer la primera destilería de whisky español: las estribaciones de la cordillera, donde los picos se asemejan al perfil de una mujer reclinada. La destilería se convirtió en un motor de desarrollo para Palazuelos, un pueblo que adoptó el nombre de "Eresma" en honor al río que lo atraviesa.
Reconocimiento internacional
La destilería de Palazuelos alcanzó fama internacional, convirtiendo a su marca en un símbolo del whisky español. Su éxito llevó a la creación de la Fundación de Destilerías y Crianza del Whisky en 1958. Hoy en día, la destilería continúa siendo un pilar económico y cultural para la región.
Las sombras del pasado: Deudas y estafa
La historia de la destilería está marcada por la controversia. En los años 80, la empresa se vio envuelta en el escándalo de Rumasa, un conglomerado empresarial acusado de estafa y deudas multimillonarias. La destilería fue expropiada por el gobierno y finalmente adquirida por un grupo empresarial privado.
Renacimiento y legado
A pesar de sus turbulentas raíces, la destilería de Palazuelos ha resurgido como un símbolo de la capacidad de recuperación y el espíritu emprendedor español. Sigue produciendo whisky de alta calidad, preservando un legado que comenzó con un viaje visionario a Escocia.
"El whisky español es un testimonio del espíritu innovador y la dedicación de nuestros maestros destiladores."
Nicomedes García, fundador de la destilería de Palazuelos
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