Diferencias de Precios en Supermercados: Variaciones Elevadas Pese a la Baja Inflación
En un contexto económico convulso, marcado por una inflación galopante e incertidumbre cambiaria, Argentina ha sido testigo de una notable disparidad en los precios de los productos básicos entre los distintos supermercados. Esta situación ha persistido incluso en un escenario de tendencia bajista de la inflación. En este artículo, analizaremos las causas subyacentes de estas diferencias y su impacto en el consumo masivo.
Estrategias comerciales y disponibilidad de productos
En el pasado, las enormes brechas de precios entre supermercados se atribuían principalmente a las estrategias comerciales adoptadas por las grandes cadenas y, sobre todo, a la disponibilidad de los productos. Las cadenas ajustaban sus precios en función de su poder de negociación con los proveedores, su posicionamiento en el mercado y sus estrategias de fidelización de clientes.
Incluso con una inflación baja, estas estrategias comerciales siguen influyendo en los precios. Algunas cadenas optan por mantener márgenes de rentabilidad más altos en ciertos nichos de mercado, mientras que otras prefieren aplicar descuentos y promociones para atraer clientes.
Amplitud de precios en los alimentos
Los datos recopilados por el Gobierno sobre los precios de los productos revelan que las diferencias en los precios de los alimentos de primera necesidad siguen siendo elevadas. Esta situación es llamativa, ya que estos productos suelen experimentar variaciones de precios mensuales más moderadas.
En un extremo, se puede encontrar un paquete de arroz por 1.015 $ en un hipermercado y por 1.550 $ en otro, lo que supone una diferencia del 48%. Estas variaciones también se observan en otros productos básicos como el aceite, el azúcar y la sal.
Estrategias de supermercados y proveedores
Los grandes hipermercados suelen comprar a precios similares a los de los principales proveedores, por lo que las diferencias de precios no pueden explicarse únicamente por los costes de adquisición.
Algunas cadenas comerciales atribuyen estas variaciones a la inercia de la inflación pasada, manteniendo márgenes de rentabilidad elevados. Otras, en cambio, utilizan los márgenes adicionales para compensar la escasa rentabilidad en otros nichos de mercado.
Sin embargo, también existen nichos como los lácteos, donde las diferencias de precios son pequeñas debido a los escasos márgenes de utilidad. Los supermercados suelen vender estos productos a precios ajustados para ofrecer un servicio a sus clientes, incluso vendiendo a pérdidas en ocasiones como estrategia de captación.
El estancamiento del consumo
Los últimos datos de la consultora Scentia muestran que el consumo masivo se mantiene estancado, con una caída del 20,4% en octubre y un descenso acumulado del 12,8% en lo que va de año.
Esta falta de dinamismo en el consumo se debe, entre otros factores, a las elevadas diferencias de precios entre supermercados, que reducen el poder adquisitivo de los consumidores y merman su confianza en el mercado.
El director de Scentia, Osvaldo del Río, señala que no se aprecia un despegue del consumo en el mes a mes, lo que indica que las estrategias comerciales actuales no están logrando estimular el gasto.
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