Dólar al alza: Salto de precios, incertidumbre electoral y controles bancarios impulsan el tipo de cambio.
Septiembre irrumpió en la economía argentina con una fuerte señal de alerta: una escalada abrupta en el precio del dólar. Este movimiento, que llevó al billete estadounidense a superar los $1.385 en el Banco Nación, la cotización más alta desde la flexibilización del cepo cambiario en abril, no es un fenómeno aislado. Se trata de una combinación de factores internos y externos que dibujan un panorama de incertidumbre y presiones sobre el tipo de cambio. Este artículo analizará en profundidad las causas de esta subida, las implicaciones para la economía y las perspectivas futuras, basándose en el análisis de expertos y datos recientes del mercado.
El Disparador Externo: Feriado en Estados Unidos y la Falta de Oferta
El primer día de septiembre coincidió con el Día del Trabajo (Labor Day) en Estados Unidos, un feriado que paralizó las operaciones cambiarias en la plaza norteamericana. Esta ausencia de actividad generó un vacío de referencia de precios, exacerbando la escasez de oferta de dólares en el mercado local. La falta de liquidación de divisas provenientes de exportadores, habituales proveedores del mercado, acentuó la presión compradora. Gustavo Quintana, analista de PR Cambios, explica que "los exportadores no pueden ingresar el flujo habitual de divisas por el mercado cerrado afuera por el feriado en Estados Unidos y, por lo tanto, fue menor la oferta genuina en la plaza".
Francisco Díaz Mayer, de ABC Mercado de Cambios, complementa esta visión: "Lo más importante hoy es que no hubo oferta, ni financiera, ni cerealera, por el feriado en Estados Unidos. Por ende, fue difícil contener a la cotización. Y más cuando había quedado tan caliente el viernes pasado, en el cierre de agosto y con las medidas oficiales". Esta situación, combinada con una demanda sostenida, impulsó el precio del dólar al alza, evidenciando la vulnerabilidad del mercado ante factores externos.
Restricciones Bancarias y el Rol del Banco Central
A la falta de oferta externa se sumaron las medidas implementadas por el Banco Central (BCRA) a finales de agosto, que limitaron la capacidad de los bancos para aumentar su posición en moneda extranjera. Esta restricción, destinada a frenar la especulación y proteger las reservas internacionales, tuvo un efecto contraproducente en el corto plazo. Sebastián Menescaldi, economista y director asociado de Eco Go, señala que "hubo dos factores primordiales este lunes. Por un lado, no hubo contraparte ofertante por el mercado de Estados Unidos cerrado por el feriado. Y, en segundo lugar, esta jornada los bancos tuvieron que cerrar posiciones, que el viernes no pudieron por las normativas del Banco Central. Todo ello configuró mayor demanda, con menor oferta, un tiro en el pie".
Ignacio Morales, jefe de inversiones de Wise Capital, detalla que el BCRA impidió a los bancos incrementar su posición en moneda extranjera respecto del día anterior, aunque sí les permitió reducirla. Esta medida apunta a evitar que los bancos modifiquen sus carteras a fin de mes para pasarse a liquidez, una práctica que, según el BCRA, impacta negativamente sobre las reservas. Sin embargo, la restricción generó una mayor presión sobre el tipo de cambio al limitar la capacidad de los bancos para absorber la demanda.
La Presión Dolarizadora Pre-Electoral y el Cobro de Salarios
La incertidumbre electoral, inherente a un año de elecciones presidenciales, también contribuyó a la escalada del dólar. La búsqueda de cobertura ante un posible escenario de devaluación o inestabilidad política impulsó la demanda de divisas, especialmente a principios de mes, cuando los ahorristas reciben sus salarios. Este fenómeno se agrava por la percepción de que el dólar es un refugio seguro en tiempos de turbulencia económica. Fernando Baer, economista de Quantum, destaca que "hay una mayor demanda por dolarización asociada a principios de mes. También poca liquidación y escaso flujo de divisas, en general, por el feriado en Estados Unidos. Veremos cómo se irá acomodando durante la semana política".
Los datos del BCRA confirman esta tendencia. En julio, el pago del aguinaldo, las vacaciones de invierno y las tensiones económicas y políticas motivaron a alrededor de 1,3 millón de individuos a comprar dólares por u$s3.040 millones, a los que se sumaron otros u$s2.700 millones enviados al exterior. Estas cifras, las más altas de los últimos años, evidencian la magnitud de la presión dolarizadora y la dificultad para contenerla.
El Impacto en el Mercado Mayorista y las Expectativas Futuras
La combinación de estos factores se tradujo en un aumento del 2,2% en el precio del dólar en la plaza mayorista, ubicándolo en $1.372, unos 30 pesos por encima de la cotización del viernes anterior. Este movimiento acerca el tipo de cambio a la banda superior de flotación establecida por el BCRA en abril, que se actualiza mensualmente a razón de 1%. Actualmente, el límite superior de esta banda ronda los $1.460. La dinámica del mercado mayorista es crucial, ya que sirve de referencia para las operaciones en el mercado minorista y para la fijación de precios de otros activos financieros.
En los mercados de opciones y futuros del Matba-Rofex, las expectativas devaluatorias se reflejan en los precios negociados para el dólar mayorista. Para fin de septiembre, la cotización negociada alcanzó los $1.419, un alza de casi 10 pesos respecto al valor previo. Y para fin de diciembre, la cotización negociada es de $1.545,5, una cifra que coincide con los pronósticos más altos relevados entre los economistas de bancos y consultoras privadas, nacionales e internacionales. Esta proyección implica una devaluación acumulada de alrededor del 50% para el año 2023.
El Dólar en 2025: Proyecciones y Tendencias
Las proyecciones para el año 2025 no son más alentadoras. El billete estadounidense avanza alrededor de un 30%, superando el 19% acumulado de inflación en el mismo período. Esta brecha entre la depreciación del peso y la inflación sugiere que el mercado anticipa una aceleración del ritmo de devaluación en los próximos meses. La persistencia de la incertidumbre política y económica, la falta de confianza en la moneda local y la necesidad de acumular reservas internacionales son factores que podrían impulsar esta tendencia.
La evolución del tipo de cambio en los próximos meses dependerá de la capacidad del BCRA para controlar la oferta y la demanda de divisas, de la evolución de la economía global y de los resultados de las elecciones presidenciales. La implementación de políticas económicas consistentes y creíbles, que generen confianza en los inversores y en los ahorristas, será fundamental para estabilizar el mercado cambiario y evitar una mayor depreciación del peso.
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