Dólar en Argentina: Reacomodo del Mercado, Coberturas y el Impacto del Agro
El mercado argentino se encuentra en un delicado proceso de reajuste, navegando por las turbulentas aguas de un nuevo panorama político-financiero. Más allá del impacto inicial provocado por la figura de Scott Bessent y sus declaraciones, la llegada masiva de divisas provenientes del sector agroexportador –con la liquidación de u$s7.000 millones en concepto de exportaciones– ha introducido una dinámica compleja. Si bien las intervenciones del Tesoro en la compra de dólares han sido recibidas con optimismo, las señales de inestabilidad persisten, evidenciándose en la creciente búsqueda de cobertura contra una posible devaluación. Este artículo analiza en profundidad las tensiones actuales, las estrategias implementadas por el gobierno y las expectativas del mercado, desentrañando los desafíos que enfrenta la economía argentina en este momento crucial.
- El "Efecto Bessent" y el Shock de Oferta Agrícola: Un Contexto Complejo
- La Brecha Cambiaria como Termómetro de la Inestabilidad
- El Riesgo de una Demora en la Absorción de Divisas
- La Explosión en el Mercado de Dólar Futuro: Señales de Alerta
- El Campo entre el Enojo y la Cobertura: Dinámicas Complejas
- Estrategias del Gobierno: Bonos "Dólar Linked" y la Intervención en el Mercado de Futuros
El "Efecto Bessent" y el Shock de Oferta Agrícola: Un Contexto Complejo
La declaración de Scott Bessent, un inversor prominente, generó una ola de incertidumbre en los mercados financieros argentinos, desencadenando una corrida hacia el dólar y poniendo a prueba la capacidad del gobierno para mantener la estabilidad cambiaria. Este "efecto Bessent" se superpuso al shock de oferta de dólares proveniente del sector agroexportador, resultado de las medidas implementadas para incentivar la liquidación de divisas. La inyección de u$s7.000 millones, aunque significativa, no ha logrado disipar completamente las preocupaciones del mercado, ya que la velocidad y la forma en que se están utilizando estos fondos son objeto de debate.
La liquidación inicial de u$s2.000 millones ha sido celebrada como una señal positiva, pero la atención se centra ahora en la capacidad del Tesoro y el Banco Central para absorber el resto de los fondos de manera efectiva. La compra de más de u$s700 millones en divisas por parte del Tesoro entre martes y jueves ha sido vista como un paso en la dirección correcta, pero la magnitud de la intervención y su impacto a largo plazo aún son inciertos. La clave reside en evitar una sobreoferta que pueda generar una caída abrupta del tipo de cambio, lo que podría desencadenar una nueva ola de especulación y volatilidad.
La Brecha Cambiaria como Termómetro de la Inestabilidad
Un indicador clave de la percepción del riesgo en el mercado argentino es la brecha entre el tipo de cambio oficial y el "contado con liqui". El ensanchamiento de esta brecha, que actualmente se sitúa en 4,8%, refleja una creciente demanda de cobertura contra una posible devaluación. Si bien esta cifra es menor que la observada hace un año, el hecho de que se haya duplicado en apenas una semana sugiere que algunos actores del mercado –probablemente los exportadores sojeros– están optando por redolarizarse después de liquidar sus divisas al precio oficial.
Un aumento continuo de la brecha cambiaria representaría una mala noticia tanto para el gobierno como para el mercado en general. La expectativa generalizada es que Toto Caputo, el ministro de Economía, aproveche esta oportunidad para adquirir una cantidad sustancial de dólares y fortalecer las reservas del Banco Central. Sin embargo, una caída demasiado rápida del tipo de cambio oficial podría ser contraproducente, ya que indicaría que las compras de divisas son insuficientes para absorber la sobreoferta generada por el "tax holiday" del agro. En tal escenario, el rebote del dólar podría ser aún más violento.
El Riesgo de una Demora en la Absorción de Divisas
Existe una creciente inquietud por el riesgo de que el gobierno demore en absorber la totalidad de los u$s7.000 millones provenientes del sector agroexportador. Si el sector privado se queda con una parte significativa de esta inyección de divisas, el dólar podría experimentar una breve caída seguida de un nuevo impulso que lo acerque a su techo, sin que se haya fortalecido significativamente el "poder de fuego" del Banco Central y el Tesoro. Este escenario sería particularmente perjudicial, ya que limitaría la capacidad del gobierno para hacer frente a futuras presiones cambiarias.
La liquidación de estos fondos debe completarse hasta el martes próximo, lo que añade urgencia a la situación. La estrategia del gobierno debe enfocarse en maximizar la absorción de divisas, evitando que el sector privado se beneficie de la apreciación del peso a expensas de las reservas del Banco Central. La clave está en ofrecer instrumentos financieros atractivos que incentiven a los exportadores a liquidar sus divisas al precio oficial y a mantener sus fondos en pesos.
La Explosión en el Mercado de Dólar Futuro: Señales de Alerta
El mercado de dólar futuro ha experimentado una explosión de actividad, con un volumen de operaciones que superó los u$s2.700 millones y subas en todas las posiciones. En algunos casos, la cotización ha regresado a los niveles observados en medio del pánico "pre-tuit de Scott Bessent", con incrementos de hasta el 70% en los contratos a mayo de 2026. Todas las posiciones correspondientes al año próximo se ubican, una vez más, por encima del techo de la banda de flotación, lo que implica tasas de hasta el 60% anualizado para tomar un "seguro de devaluación".
Este repunte en el mercado de dólar futuro es una señal de alerta que indica una creciente preocupación por una posible devaluación. A pesar de las pérdidas sufridas por quienes habían tomado coberturas en las últimas semanas –pérdidas que se estiman en $700.000 millones y que fueron absorbidas por el Banco Central–, la demanda de cobertura ha regresado con fuerza. La intervención oficial en el mercado de futuros y la colocación de bonos "dólar linked" por parte del Tesoro buscan calmar este apetito de cobertura, pero la efectividad de estas medidas aún está por verse.
El Campo entre el Enojo y la Cobertura: Dinámicas Complejas
El masivo ingreso de dólares del sector agroexportador ha sido impulsado por el beneficio fiscal de corto plazo, lo que ha llevado a las grandes exportadoras a anticipar declaraciones juradas por exportaciones aún no concretadas. Esta estrategia implica que han recurrido a la toma de fondos propios o a la financiación para proporcionar a Caputo los u$s7.000 millones. A cambio, se quedan con unos $9 billones, que utilizarán para comprar granos a los productores y para repagar sus líneas crediticias.
El negocio consiste en la exención de las retenciones, que se calcula en u$s1.500 millones. Sin embargo, existe un gran enojo por parte de los pequeños productores, quienes sostienen que prácticamente no verán reflejado este beneficio impositivo en sus bolsillos. Los analistas del campo asimilan esta operación a un préstamo que las grandes cerealeras le hacen al gobierno, con un interés del 21%. El final de esta cadena es la recuperación de los dólares para las exportadoras, que ocurrirá cuando compren la mercadería a los productores y efectivicen la exportación, un proceso que podría demorar varios meses.
La súbita demanda en el mercado del dólar futuro podría estar influenciada por las cerealeras, que buscan cubrirse ante la volatilidad cambiaria y proteger sus márgenes de ganancia. Los contratos de mayor demanda coinciden con los meses de la cosecha gruesa, lo que sugiere una conexión entre las estrategias de cobertura de las exportadoras y las expectativas del mercado.
Estrategias del Gobierno: Bonos "Dólar Linked" y la Intervención en el Mercado de Futuros
Ante el temor del mercado a una devaluación, Toto Caputo y Santiago Bausili han implementado cambios en la estrategia financiera con el objetivo de convencer a los inversores de quedarse en pesos. Uno de los instrumentos utilizados ha sido la reaparición de los bonos "dólar linked" en la licitación del Tesoro, con vencimientos al 31 de octubre, 28 de noviembre y 15 de diciembre, todos inmediatamente posteriores a la elección legislativa. Estos bonos ajustan su valor al tipo de cambio oficial y suelen tener demanda en momentos de expectativa devaluatoria.
Además, el gobierno ha intensificado su intervención en el mercado de futuros, buscando contener la escalada de precios y reducir la demanda de cobertura. La colocación de los bonos "dólar linked" también se espera que contribuya a calmar el apetito de cobertura, ofreciendo a los inversores una alternativa para protegerse contra la devaluación sin tener que recurrir al mercado de futuros. La efectividad de estas medidas dependerá de la capacidad del gobierno para mantener la credibilidad y generar confianza en el mercado.
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