Dólares que se van: El Gobierno modifica cómo mide el gasto turístico argentino en el exterior
El gobierno argentino se encuentra en un proceso de revisión y ajuste de la metodología de medición de los dólares que se destinan al exterior a través del turismo y otros gastos. Esta iniciativa, impulsada por el secretario de Turismo, Daniel Scioli, busca una mayor precisión en el registro de las divisas que “se van”, en un contexto de reservas internacionales limitadas y una creciente preocupación por el déficit de cuenta corriente. La medida no está exenta de controversia, generando debate entre economistas, consultoras y el propio INDEC, encargado de las estadísticas oficiales. Este artículo analiza en detalle los cambios propuestos, sus motivaciones, las implicaciones económicas y el debate que han suscitado.
- El Contexto: Déficit Turístico y la Cuenta Corriente
- Los Cambios Propuestos: Desglosando los Gastos
- La Motivación Detrás de los Cambios: Transparencia y Precisión
- El Debate y las Críticas: INDEC y el Mundo Financiero
- La Perspectiva de Milei: Ordenamiento de las Cuentas Públicas
- Implicaciones Futuras: Importaciones y el Riesgo Cambiario
El Contexto: Déficit Turístico y la Cuenta Corriente
En los últimos 16 meses de gestión de Javier Milei, el saldo de la cuenta de turismo ha sido consistentemente negativo, alcanzando los u$s9.300 millones. Solo en abril pasado, el déficit trepó a u$s863 millones, una cifra considerable incluso para la temporada baja. Este desequilibrio en el turismo, sumado a otros factores, contribuye al déficit de cuenta corriente, que lleva 11 meses consecutivos en rojo. La cuenta corriente es un indicador crucial de la salud económica de un país, ya que mide la diferencia entre los dólares que ingresan y los que salen. Un déficit persistente puede generar presiones sobre el tipo de cambio y, en última instancia, conducir a una crisis cambiaria, como la experimentada en 2017.
La preocupación del gobierno radica en que las erogaciones turísticas, aunque no son el único factor, están contribuyendo a este rojo en las cuentas externas. El economista Amilcar Collante señala que el déficit turístico supera en u$s3.400 millones al superávit energético del mismo período, lo que evidencia la magnitud del problema. Ante este panorama, el gobierno busca una mayor transparencia y precisión en el registro de los gastos de los argentinos en el exterior, con el objetivo de tener una imagen más clara de la situación y tomar medidas más efectivas.
Los Cambios Propuestos: Desglosando los Gastos
El borrador de la nueva metodología, que se está trabajando en los despachos oficiales, contempla tres modificaciones principales en la información que los bancos transmiten al Banco Central. En primer lugar, se discriminará la cantidad de divisas gastadas en el extranjero con tarjetas de crédito. Esto permitirá tener un registro más preciso de los gastos directos relacionados con el turismo. En segundo lugar, el BCRA dará cuenta de los dólares erogados en concepto de servicios de plataformas digitales como Netflix, Spotify o YouTube, así como de aplicaciones de entretenimiento. Estos gastos, aunque no son directamente turísticos, representan una salida de divisas que hasta ahora no se contabilizaba de forma separada.
Finalmente, se informarán los gastos por los envíos de productos desde el extranjero, tipo “puerta a puerta”. Esta categoría incluye compras online y envíos de paquetería, que también implican una salida de divisas. La intención del gobierno es tener una visión más completa de todos los factores que contribuyen al déficit de cuenta corriente, más allá del turismo tradicional. Además, Scioli anticipó cambios en la información sobre los gastos de los turistas extranjeros que visitan la Argentina, buscando “sincerar el real consumo” del ingreso que genera el turismo receptivo.
La Motivación Detrás de los Cambios: Transparencia y Precisión
La iniciativa del gobierno se justifica en la necesidad de tener una información más precisa y transparente sobre los movimientos de divisas. Scioli argumenta que los datos actuales no reflejan la realidad de los gastos en turismo, citando como ejemplo el caso de un turista chileno que, según los registros oficiales, gasta solo u$s54 por día en Argentina, una cifra que considera irreal. Al desglosar los gastos y diferenciar entre turismo, servicios digitales y envíos, el gobierno espera obtener una imagen más clara de la situación y tomar decisiones más informadas.
Esta búsqueda de precisión también responde a la necesidad de evaluar el impacto real de las políticas económicas implementadas. Por ejemplo, la reducción de aranceles anunciada por Luis Caputo podría aumentar las importaciones, tanto las necesarias para la industria como las vinculadas al consumo. Al tener una información más detallada sobre los gastos de los argentinos en el exterior, el gobierno podrá evaluar mejor el impacto de estas medidas en la cuenta corriente y ajustar su estrategia si es necesario.
El Debate y las Críticas: INDEC y el Mundo Financiero
Los cambios propuestos han generado un revuelo tanto dentro como fuera del gobierno. El mundo financiero y las consultoras económicas observan con cautela cualquier modificación en las mediciones y estadísticas, especialmente cuando se trata de los dólares. Existe la preocupación de que los cambios puedan ser utilizados para manipular las cifras y ocultar la realidad económica. Por su parte, el INDEC salió a defender su metodología, descartando cualquier cambio y enfatizando su rigor técnico y transparencia.
Marco Lavagna, del INDEC, criticó implícitamente la iniciativa de Scioli, afirmando que “muchas veces se pone en duda las estadísticas simplemente porque no gusta lo que dicen” y que “negarlas no cambia la realidad: solo dificulta entenderla y transformarla”. Esta declaración sugiere que el INDEC considera que los datos actuales son precisos y confiables, y que los cambios propuestos por el gobierno son innecesarios e incluso perjudiciales. La tensión entre el gobierno y el INDEC refleja la complejidad del debate y la importancia de mantener la independencia y la credibilidad de las instituciones encargadas de las estadísticas oficiales.
La Perspectiva de Milei: Ordenamiento de las Cuentas Públicas
El presidente Javier Milei ha expresado su confianza en que la situación actual no se repetirá, argumentando que el país cuenta con un ordenamiento de las cuentas públicas. Milei afirma que el déficit de cuenta corriente no le “asusta” mientras sigan ingresando dólares por inversión, tanto en la economía real como en la financiera. Esta postura refleja la apuesta del gobierno por atraer inversiones extranjeras como una forma de fortalecer las reservas internacionales y reducir el déficit.
Sin embargo, la experiencia de 2017, con un déficit de cuenta corriente creciente que desembocó en una crisis cambiaria explosiva, sigue presente en la memoria de los financistas. La situación actual, aunque diferente, presenta similitudes preocupantes, como un déficit persistente y una dependencia de los dólares externos. La capacidad del gobierno para atraer inversiones y mantener la estabilidad económica dependerá de su habilidad para implementar políticas creíbles y generar confianza en los mercados.
Implicaciones Futuras: Importaciones y el Riesgo Cambiario
Se prevé que en los próximos meses haya un aumento de las importaciones, impulsado tanto por el crecimiento de la economía como por la reducción de aranceles anunciada por Caputo. Este aumento de las importaciones podría agravar el déficit de cuenta corriente y aumentar la presión sobre el tipo de cambio. El gobierno deberá estar atento a esta evolución y tomar medidas para evitar una crisis cambiaria.
La nueva metodología de medición de los gastos en el exterior podría ser una herramienta útil para monitorear la situación y evaluar el impacto de las políticas económicas. Sin embargo, es fundamental que los cambios se implementen de forma transparente y con el respaldo del INDEC, para garantizar la credibilidad de los datos y evitar interpretaciones erróneas. La estabilidad económica del país dependerá de la capacidad del gobierno para gestionar cuidadosamente las cuentas externas y mantener la confianza de los inversores.
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