Dormir del lado izquierdo: ¿El secreto para una mente más saludable?
¡Dormir bien, pensar mejor!: Cómo la posición para dormir afecta la salud cerebral
Descubriendo la relación entre el sueño y la cognición
En la búsqueda incesante de una salud cerebral óptima, cada vez más investigaciones revelan el impacto insospechado de nuestros hábitos nocturnos, incluida la posición para dormir. Descubre la intrigante conexión entre la forma en que duermes y tu agudeza mental.
El lado izquierdo: un refugio para la salud cerebral
Según expertos en neurología, dormir de lado izquierdo presenta beneficios notables para la salud cerebral. Esta posición facilita la función del sistema gliolinfático, el encargado de eliminar residuos cerebrales tóxicos, como la proteína beta-amiloide. Esta proteína se asocia con el deterioro cognitivo y el riesgo de enfermedades como el Alzheimer.
Además, dormir del lado izquierdo promueve el flujo sanguíneo y el movimiento del líquido cefalorraquídeo, lo que mejora el aclaramiento y la desintoxicación. Esta posición también alivia la presión sobre los órganos internos, mejora la digestión y reduce el reflujo gástrico.
"Dormir del lado izquierdo puede no garantizar la salud cerebral, pero es una posible asociación que merece una mayor investigación."Dr. G. Peter Gliebus, M.D., Baptist Health Marcus Neuroscience Institute
Dormir boca arriba: un riesgo potencial para el cerebro
Los estudios han vinculado el sueño boca arriba con un mayor riesgo de neurodegeneración, particularmente en el Alzheimer y el Parkinson. Se cree que esta posición obstaculiza la eliminación de residuos tóxicos, lo que lleva a una acumulación que daña las neuronas.
Dormir boca abajo: ¿una opción menos favorable?
Si bien dormir boca abajo puede reducir los ronquidos, puede ejercer presión sobre el cuello y la columna vertebral. Además, no contribuye significativamente a la limpieza gliolinfática.
La importancia de un sueño reparador
Independientemente de la posición para dormir, la duración del sueño es crucial para la salud cognitiva. Dormir ocho horas cada noche mejora la memoria y facilita la eliminación de residuos tóxicos cerebrales.
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