EEUU no está en guerra con Irán sino con su programa nuclear, afirma Vance.
La reciente declaración del vicepresidente Vance, minimizando la escalada de tensiones con Irán como una confrontación no contra el país en sí, sino contra sus “ambiciones nucleares”, ha generado un intenso debate a nivel internacional. Los bombardeos nocturnos justificados como un intento de “destruir el programa nuclear iraní” plantean interrogantes cruciales sobre la estrategia de Estados Unidos, las implicaciones para la estabilidad regional y las posibles consecuencias a largo plazo. Este artículo analiza en profundidad las declaraciones de Vance, el contexto geopolítico que las rodea, la evaluación del programa nuclear y de misiles balísticos iraní, y las perspectivas de una posible “reconfiguración” de las relaciones entre ambos países.
El Contexto de las Declaraciones de Vance: Una Guerra de Narrativas
La afirmación de Vance de que Estados Unidos “no está en guerra con Irán” es, en esencia, una maniobra retórica destinada a controlar la narrativa pública y evitar una escalada militar a gran escala. La frase busca distanciar la acción militar directa de una declaración de guerra formal, presentando los bombardeos como una medida preventiva y quirúrgica dirigida únicamente a las instalaciones nucleares. Sin embargo, esta distinción es problemática. Cualquier ataque militar en territorio soberano, independientemente de su objetivo declarado, es un acto de agresión que puede desencadenar una respuesta y, por lo tanto, iniciar un ciclo de escalada. La retórica de “ambiciones nucleares” permite a la administración Trump justificar acciones militares sin asumir la responsabilidad política y diplomática de una guerra abierta. Esta estrategia se enmarca en una política de “máxima presión” que busca debilitar al régimen iraní a través de sanciones económicas y amenazas militares, con el objetivo final de obligarlo a renegociar el acuerdo nuclear de 2015 (JCPOA).
El JCPOA, del cual Estados Unidos se retiró unilateralmente en 2018, imponiendo severas sanciones a Irán, había logrado limitar el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de algunas de esas sanciones. La retirada de Estados Unidos y la reimposición de las sanciones han llevado a Irán a reducir gradualmente su cumplimiento del acuerdo, enriqueciendo uranio a niveles más altos y desarrollando nuevas capacidades nucleares. La administración Trump argumenta que el JCPOA es un acuerdo defectuoso que no aborda adecuadamente las preocupaciones sobre el programa de misiles balísticos iraní y su apoyo a grupos proxy en la región. Irán, por su parte, considera que el acuerdo es un logro diplomático importante y que la retirada de Estados Unidos es una violación de sus compromisos internacionales.
Evaluación del Programa Nuclear Iraní: ¿Destruido o Retrasado?
La afirmación de Vance de que los bombardeos “han destruido el programa nuclear iraní” es altamente cuestionable. Si bien es probable que los ataques hayan causado daños significativos a algunas instalaciones nucleares, es poco probable que hayan eliminado por completo la capacidad nuclear de Irán. El programa nuclear iraní es descentralizado y está disperso en múltiples sitios, muchos de los cuales están enterrados profundamente bajo tierra o protegidos por fortificaciones. Además, Irán ha acumulado una considerable experiencia y conocimiento en el campo de la tecnología nuclear, lo que le permite reconstruir sus capacidades incluso en caso de ataques devastadores. Es más realista considerar que los bombardeos han retrasado el programa nuclear iraní, pero no lo han destruido. Este retraso podría dar a la comunidad internacional más tiempo para negociar un nuevo acuerdo con Irán, pero también podría motivar a Irán a acelerar su programa nuclear en respuesta a la agresión estadounidense.
La naturaleza exacta de las instalaciones atacadas y el alcance de los daños causados son objeto de debate. Estados Unidos ha afirmado haber atacado instalaciones de enriquecimiento de uranio, plantas de fabricación de centrifugadoras y sitios de investigación nuclear. Sin embargo, la información disponible es limitada y es difícil verificar de forma independiente las afirmaciones de Estados Unidos. Los expertos en seguridad nuclear advierten que los ataques a instalaciones nucleares podrían tener consecuencias ambientales y de seguridad graves, incluyendo la liberación de materiales radiactivos. Además, los ataques podrían aumentar el riesgo de proliferación nuclear, ya que podrían motivar a Irán a buscar armas nucleares como una forma de disuasión.
El Programa de Misiles Balísticos Iraní: Un "Fracaso" en Perspectiva
La evaluación de Vance del programa de misiles balísticos iraní como un “fracaso” es una simplificación excesiva. Si bien es cierto que el programa ha experimentado algunos contratiempos y que algunos lanzamientos de misiles han fracasado, Irán ha logrado avances significativos en el desarrollo de misiles balísticos en los últimos años. Irán posee un arsenal considerable de misiles balísticos de corto, mediano y largo alcance, capaces de alcanzar objetivos en toda la región y más allá. Estos misiles representan una amenaza significativa para los intereses de Estados Unidos y sus aliados en la región, incluyendo Israel y Arabia Saudita. La administración Trump ha insistido en que cualquier acuerdo con Irán debe abordar el programa de misiles balísticos, pero Irán se ha negado a negociar sobre este tema, argumentando que sus misiles son un elemento esencial de su estrategia de defensa.
El programa de misiles balísticos iraní es impulsado por una combinación de factores, incluyendo la necesidad de disuadir a sus adversarios, proyectar poder en la región y compensar su inferioridad militar convencional. Irán ha invertido fuertemente en el desarrollo de misiles balísticos, utilizando tecnología adquirida tanto legalmente como ilegalmente. El programa se beneficia de la experiencia de científicos e ingenieros iraníes, así como de la asistencia de países como China y Corea del Norte. La comunidad internacional ha impuesto sanciones a Irán por su programa de misiles balísticos, pero estas sanciones no han logrado detener su desarrollo.
La "Oportunidad de Resetear" las Relaciones: ¿Realismo o Ilusión?
La afirmación de Vance de que el ataque ofrece una “oportunidad de resetear las relaciones y las conversaciones con Irán” es, en el mejor de los casos, optimista y, en el peor, cínica. Es difícil imaginar que Irán esté dispuesto a entablar conversaciones con Estados Unidos después de un ataque militar en su territorio. El ataque ha socavado aún más la confianza entre ambos países y ha aumentado la probabilidad de una escalada. Sin embargo, es posible que la administración Trump espere que el ataque obligue a Irán a sentarse a la mesa de negociaciones en condiciones más favorables para Estados Unidos. Esta estrategia se basa en la creencia de que Irán es vulnerable a la presión económica y militar y que eventualmente cederá a las demandas de Estados Unidos.
La viabilidad de una “reconfiguración” de las relaciones entre Estados Unidos e Irán depende de una serie de factores, incluyendo la voluntad de ambas partes de hacer concesiones, la disposición de la comunidad internacional a mediar en el conflicto y la evolución de la situación geopolítica en la región. Es probable que cualquier acuerdo futuro entre Estados Unidos e Irán sea complejo y difícil de alcanzar. El acuerdo deberá abordar las preocupaciones de ambas partes sobre el programa nuclear iraní, el programa de misiles balísticos, el apoyo de Irán a grupos proxy y su papel en la región. Además, el acuerdo deberá ser sostenible a largo plazo y contar con el apoyo de la comunidad internacional.
Fuente: https://www.huffingtonpost.es//global/vance-asegura-eeuu-esta-guerraan-ambiciones-nucleares.html
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