EEUU-Rusia: ¿Un pacto peligroso? Expertos alertan sobre el riesgo de ceder ante las exigencias de Putin en Ucra nia.
La guerra en Ucrania ha entrado en una fase crítica, marcada por la búsqueda de garantías de seguridad que puedan poner fin al conflicto. Sin embargo, una propuesta estadounidense, que busca ofrecer a Ucrania garantías similares a las de la OTAN sin la membresía formal, ha desatado una tormenta de críticas. Expertos en negociaciones advierten que Estados Unidos podría estar cayendo en una trampa tendida por Rusia, validando un relato que otorga a Moscú un poder de veto inaceptable sobre la política exterior de Kiev y la arquitectura de seguridad europea. Este artículo analiza en profundidad las implicaciones de esta propuesta, las diferencias fundamentales en la interpretación de las garantías de seguridad entre Occidente y Rusia, y las preocupaciones de Ucrania y sus aliados.
La Propuesta de EEUU: Un Anzuelo en Manos Rusas
La oferta de Estados Unidos de proporcionar a Ucrania garantías de seguridad similares al Artículo 5 de la OTAN, sin la promesa de membresía, ha sido recibida con escepticismo y preocupación. El enviado especial estadounidense a Rusia, Steve Witkoff, sugirió que Vladímir Putin podría aceptar esta fórmula en una posible reunión con Volodímir Zelenski. Esta afirmación ha sido interpretada por muchos como una concesión prematura a las demandas rusas, que esencialmente buscan limitar la capacidad de Ucrania para forjar sus propias alianzas y compromisos de defensa. La crítica central reside en que la Casa Blanca estaría, implícitamente, reconociendo el derecho de Rusia a influir en las decisiones soberanas de Ucrania, un principio que socava la integridad territorial y la independencia de Kiev.
Charly Salonius-Pasternak, analista finlandés, ha sido particularmente contundente al calificar la propuesta como "morder el anzuelo" de Moscú. Argumenta que la aprobación de Putin no debería ser un requisito para los acuerdos de defensa de Ucrania, comparando esta postura con la idea inaceptable de que Rusia tenga derecho a dictar la política exterior de Finlandia o cualquier otro país vecino. Esta perspectiva resalta la importancia de defender la soberanía ucraniana y la necesidad de que Kiev tome sus propias decisiones en materia de seguridad, sin la interferencia externa. La propuesta estadounidense, según esta visión, debilita no solo la posición de Ucrania, sino también la credibilidad de la arquitectura de seguridad europea, basada en el respeto a la soberanía y la integridad territorial.
Garantías de Seguridad: Una Interpretación Divergente
La raíz del problema reside en la profunda divergencia en la interpretación de las "garantías de seguridad" entre Occidente y Rusia. Para los aliados occidentales, estas garantías implican un compromiso operativo claro: una respuesta militar en caso de una nueva agresión rusa. Se espera que, en caso de ataque, las fuerzas de la OTAN o de países aliados intervengan activamente para defender a Ucrania. Sin embargo, para Moscú, una garantía de seguridad puede limitarse a un documento formal sin compromisos concretos de despliegue o acción militar. Esta diferencia fundamental crea una brecha significativa en las expectativas y plantea serias dudas sobre la efectividad real de cualquier acuerdo alcanzado.
Hanna Smith, profesora de política internacional, señala con ironía la improbabilidad de que el Kremlin apruebe un documento que permita la presencia de soldados estadounidenses en territorio ucraniano. Esta observación subraya la desconfianza inherente en las intenciones rusas y la posibilidad de que Moscú utilice cualquier acuerdo como una herramienta para expandir su influencia, tal como lo ha hecho en el pasado. Smith advierte que Rusia podría seguir un patrón similar al que ha empleado en otras ocasiones: comenzar exigiendo concesiones territoriales limitadas y, una vez aceptadas, avanzar gradualmente hacia un control más amplio.
La Perspectiva Ucraniana: Más Allá de las Promesas
Para Ucrania, el debate sobre las garantías de seguridad no es meramente teórico. Moscú condiciona cualquier alto el fuego a la cesión de territorios ucranianos, mientras que Zelenski insiste en que un simple documento firmado no será suficiente sin la presencia de tropas para defender el país. La experiencia de la invasión rusa ha demostrado que las promesas verbales o los acuerdos sin mecanismos de aplicación efectivos son insuficientes para disuadir la agresión. Ucrania necesita garantías tangibles, que incluyan el suministro continuo de armas, el entrenamiento de sus fuerzas armadas y, en última instancia, el compromiso de sus aliados de intervenir militarmente en caso de una nueva amenaza.
Salonius-Pasternak enfatiza que la promesa de ayuda futura ("sí, acudiremos en vuestra ayuda llegado el momento") no será suficiente para tranquilizar a los ucranianos. La necesidad de compromisos tangibles se extiende también a los socios europeos, ya que aceptar una fórmula vaga podría poner en entredicho su credibilidad y obligar a los nuevos miembros de la OTAN, como Finlandia, a demostrar su compromiso con una defensa colectiva efectiva. La situación exige una respuesta unificada y contundente por parte de Occidente, que demuestre a Rusia que la agresión no será tolerada y que la soberanía ucraniana será defendida.
La Reunión en Washington y la Falta de Transparencia
El reciente encuentro entre Volodímir Zelenski, Donald Trump y otros líderes europeos en Washington ha añadido una nueva capa de incertidumbre al debate sobre las garantías de seguridad. La falta de transparencia en torno a las conversaciones entre Estados Unidos y Rusia en Alaska ha generado inquietud entre los aliados, ya que limita su capacidad para prepararse adecuadamente ante posibles escenarios. Smith advierte que la falta de tiempo para analizar a fondo las propuestas y desarrollar una respuesta coordinada puede dar ventaja al Kremlin.
La opacidad en las negociaciones permite a Rusia operar en un entorno de incertidumbre, donde puede manipular la información y presentar sus demandas de manera favorable. Esta situación socava la confianza entre los aliados y dificulta la formulación de una estrategia coherente para hacer frente a la agresión rusa. La transparencia y la comunicación abierta son esenciales para garantizar que todos los actores involucrados estén plenamente informados y puedan tomar decisiones basadas en una comprensión clara de la situación.
El Peligro de Validar el Relato del Kremlin
La principal preocupación expresada por los expertos es que la propuesta estadounidense, al buscar la aprobación de Putin para las garantías de seguridad de Ucrania, valida el relato del Kremlin de que Rusia tiene un derecho legítimo a influir en la política exterior de sus vecinos. Este principio es inaceptable para Occidente, ya que socava los fundamentos del orden internacional basado en reglas y el respeto a la soberanía nacional. Al ceder ante las demandas rusas, Estados Unidos estaría enviando un mensaje peligroso de que la agresión puede ser recompensada y que la fuerza puede ser utilizada para alterar las fronteras y la política de otros países.
La aceptación de la narrativa rusa también podría tener consecuencias negativas para otros países de la región, como Finlandia, que se unió recientemente a la OTAN en respuesta a la amenaza rusa. Si Rusia logra imponer su voluntad sobre Ucrania, podría sentirse alentada a presionar a otros países vecinos para que adopten políticas que sean más favorables a sus intereses. Esto podría conducir a una mayor inestabilidad y conflicto en Europa del Este, poniendo en peligro la seguridad y la prosperidad de la región.
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