El barrio': Heteros, canis y orgullosos

El barrio de Diego da Costa regresa por cuarta temporada en el Teatro Lara, protagonizado por jóvenes actores aún desconocidos que abordan el orgullo de pertenencia al barrio, un tema poco explorado en el teatro.

El barrio como anclaje

En una España en la que los pueblos ya no ejercen su antigua función de anclaje, el barrio emerge como un lugar que brinda pertenencia y un sentido de identidad. La obra se desarrolla en el barrio de la Elipa en Madrid, un lugar donde la mayoría de los jóvenes ha crecido, en contraste con las ficciones teatrales que suelen retratar a personajes acomodados.

Lugares en los que han crecido la mayoría de veinteañeros, treintañeros y cuarentones. Normalmente, no lo han hecho en barrios del centro.

Texto original

El triángulo amoroso y la muerte de un amigo

El reencuentro de tres amigos de barrio revive un triángulo amoroso adolescente que marcó sus vidas. La muerte de un amigo común, un personaje ejemplar, desencadena una fiesta al estilo americano, un ritual de reencuentro donde cada uno trata de ocultar sus frustraciones o fracasos.

La homosexualidad en el barrio

En el barrio de la Elipa, la homosexualidad era un tema tabú y difícil de confesar en los primeros años del siglo XXI. Para evitar el rechazo, los homosexuales debían emigrar a zonas como Chueca, con valores y presiones sociales diferentes. En el barrio, la heterosexualidad se daba por hecho, como un modelo de masculinidad y feminidad arraigado en la cultura local.

Boxeo: El barrio es un territorio más o menos lumpen y de mal gusto, según la ficción de la época, donde los modelos de masculinidad y feminidad estaban arraigados a los colores del lugar y sus iconos deportivos, como si fuera un equipo de fútbol. Waterpolo femenino: Las fiestas y cervezas del barrio eran el mejor lugar para los lugareños, al igual que sus padres añoraban las borracheras de los pueblos que abandonaron en busca de oportunidades en las ciudades. España: Los mensajes de los móviles, que comenzaban a popularizarse entre los jóvenes, se convirtieron en una nueva forma de establecer relaciones, compartiendo y debatiendo contenidos que desafiaban las normas sociales implícitas.

Fuente: https://www.huffingtonpost.es//opinion/el-barrio-canis-chandal-malhablados-heteros.html