El básquet al servicio de la comunidad: Marcelo "Grillo" Gómez, un legado de pasión y formación

En Puerto Deseado, el nombre de Marcelo "Grillo" Gómez es sinónimo de básquet. Con más de 40 años dedicados a este deporte, ha sido un pilar fundamental para su desarrollo y difusión en la comunidad.

El básquet como un cable a tierra

Para Gómez, el básquet siempre ha sido un refugio y una forma de vida. Desde que lo conoció a los 9 años, se sintió atraído por su dinámica y camaradería. "Me atrapó apenas empecé las primeras clases. Creo que nos elegimos mutuamente", afirma.

Gómez destaca el papel del básquet como un formador de valores y disciplinas. "Me enseñó disciplina, constancia y a formarme de otra manera, con otra mentalidad", asegura. Este deporte le ha brindado un sentido de propósito y equilibrio a lo largo de su vida.

Su pasión por el básquet se extiende a las nuevas generaciones. Hoy, ve con orgullo cómo sus alumnos y sus familias continúan practicando y disfrutando de este deporte. "Es una gran satisfacción ver a la tercera generación de mis alumnos", expresa.

Un legado de formación y desarrollo

Gómez ha dedicado su vida a promover el básquet en Puerto Deseado, particularmente entre los más jóvenes. Desde su rol como profesor y entrenador, ha formado a innumerables jugadores y futuros líderes.

En 2022, creó una escuela de básquet en el Club San Lorenzo, brindando a los jóvenes un espacio para aprender y practicar el deporte. La escuela cuenta con casi un centenar de alumnos y categorías federadas en ambos sexos.

En 2023, asumió el desafío de construir dos canchas de básquet barrial, ampliando aún más el acceso a este deporte en la comunidad. "Trabajo por el deporte porque a mí me dio muchísimo", afirma.

La importancia de las bases formativas

Gómez cree firmemente que el éxito del básquet depende del desarrollo de las categorías formativas. "Siempre se apostó a traer gente capacitada de afuera, pero se olvidaron de las formativas. Hay que ir de abajo hacia arriba", sostiene.

Según Gómez, las bases formativas permiten que los jóvenes se enamoren del deporte y desarrollen un vínculo profundo con él. "Eso se mama de abajo. Sino, es imposible quererlo con el alma y la vida", afirma.

Un deseo para el futuro

Gómez espera que el futuro del básquet en Puerto Deseado sea brillante y que las generaciones venideras sigan disfrutando y beneficiándose de este deporte. Su mayor anhelo es que sus hijas continúen con su legado y pasión por el baloncesto.

"Mi número de la suerte es el 7, el que nunca me abandonó en los partidos", dice Gómez. Que el número 7 siga siendo un símbolo de esperanza y éxito para el básquet en Puerto Deseado.

Fuente: https://deseadonoticias.com/2024/05/24/vivir-con-el-basquet-al-servicio-de-la-gente/

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