El Calafate: Guías en Marcha por la Conservación y el Turismo Responsable
El Calafate se convirtió en el epicentro de una fuerte protesta contra las políticas de desregulación turística impulsadas por la Administración de Parques Nacionales (APN). Guías de turismo, agentes de conservación y miembros de la comunidad se unieron en una marcha federal para expresar su preocupación por el futuro de la actividad turística sostenible en los parques nacionales argentinos, especialmente en el Parque Nacional Los Glaciares. La controversia se centra en una serie de resoluciones que, según los manifestantes, atentan contra la conservación, la profesionalización del sector y la estabilidad laboral. Este artículo profundiza en los detalles de la protesta, las razones detrás de la oposición y las implicaciones de las nuevas regulaciones.
La Marcha Federal: Un Grito por la Conservación y el Trabajo
La marcha en El Calafate, como parte de una iniciativa a nivel nacional que involucró a más de veinte destinos turísticos, fue organizada principalmente por la Asociación de Guías de Turismo de Santa Cruz (Aguisac). La protesta no solo se limitó a una caminata por las calles de la ciudad, sino que también se extendió a los jardines de la intendencia del Parque Nacional Los Glaciares, simbolizando la preocupación directa por la gestión de este espacio protegido. La participación activa de cerca de 300 afiliados de Aguisac demuestra la magnitud de la inquietud en la comunidad turística local.
Los manifestantes expresaron su rechazo a las recientes resoluciones de la APN, argumentando que estas medidas socavan los principios fundamentales de la conservación, desprofesionalizan la actividad turística y ponen en riesgo los puestos de trabajo. La consigna principal de la marcha, "defender la conservación, la profesionalización de la actividad y la defensa de los puestos de trabajo", resonó a lo largo de todo el recorrido, evidenciando la unidad y determinación de los participantes.
El Foco de la Controversia: Las Nuevas Regulaciones de la APN
El principal punto de conflicto radica en la modificación del reglamento de los guías de turismo, que elimina la obligatoriedad para las agencias de contratar guías profesionales para sus excursiones. Esta medida, según los guías, abre la puerta a la informalidad y a la precarización del sector, al permitir que empresas turísticas utilicen personal no capacitado para llevar a cabo actividades en áreas protegidas. La falta de guías profesionales podría comprometer la calidad de la experiencia turística y, lo que es más grave, poner en riesgo la conservación de los ecosistemas frágiles de los parques nacionales.
Además de la eliminación de la obligatoriedad de contratar guías, las nuevas regulaciones también han generado preocupación por la posible apertura a actividades turísticas en áreas sensibles del Parque Nacional Los Glaciares, como la cara norte del Perito Moreno. Los guías argumentan que estas áreas están protegidas por el plan de manejo del parque y que cualquier intervención podría tener consecuencias negativas para la flora, la fauna y el equilibrio ecológico.
La Visión de Aguisac: Conservación y Turismo, Dos Pilares Inseparables
Camila Ábalos, portavoz de Aguisac, enfatizó que la conservación y el turismo no son conceptos opuestos, sino complementarios. Destacó que El Calafate ha crecido y prosperado gracias a la combinación de un área protegida y una actividad turística responsable. La idea de que el turismo y la conservación son mutuamente excluyentes es, según Ábalos, una visión errónea que podría conducir a la degradación de los parques nacionales y a la pérdida de los beneficios económicos que genera el turismo sostenible.
Aguisac sostiene que el discurso de apertura turística del gobierno de Javier Milei, si bien busca impulsar el crecimiento económico, podría llevar a un "turismo a cualquier costo", sin tener en cuenta los impactos ambientales y sociales. La asociación advierte que la desregulación de la actividad turística podría generar un deterioro irreversible de los ecosistemas y una pérdida de la identidad cultural de las comunidades locales.
El Rechazo a Cristian Larsen y la APN
Durante la marcha, los manifestantes dirigieron sus críticas directamente al presidente de la APN, Cristian Larsen, acusándolo de promover políticas que atentan contra la conservación y los intereses de los trabajadores del turismo. Los cánticos y discursos del acto se centraron en la figura de Larsen, cuestionando su conocimiento sobre la importancia de la conservación y su compromiso con el desarrollo sostenible.
Los guías de turismo expresaron su frustración por la falta de diálogo y consulta por parte de la APN antes de implementar las nuevas regulaciones. Señalan que Larsen anunció las medidas en El Calafate, pero se negó a escuchar las preocupaciones de los guías y a considerar sus propuestas. Esta actitud, según los manifestantes, demuestra una falta de respeto por la comunidad turística local y una desconsideración por la importancia de su experiencia y conocimiento.
La Simbología de la Protesta: Aves en Peligro y Credenciales de Guía
La marcha en El Calafate se caracterizó por su fuerte carga simbólica. Los manifestantes portaron letreros con mensajes de protesta y exhibieron sus credenciales de guía de turismo, que los identifican como profesionales capacitados para trabajar en los parques nacionales. Además, dos personas se disfrazaron de una loica y un chorlito ceniciento, aves típicas del Parque Nacional Los Glaciares que se encuentran en peligro de extinción.
El uso de disfraces de aves en peligro de extinción buscó llamar la atención sobre la importancia de la conservación de la biodiversidad y los riesgos que implica la desregulación de la actividad turística. La imagen de las aves, que simbolizan la fragilidad de los ecosistemas, resonó con los participantes y con los espectadores, reforzando el mensaje de la protesta.
El Plan de Manejo y la Intangibilidad del Cordón Reichert
Aguisac argumenta que la propuesta de Larsen de permitir actividades turísticas en la cara norte del Perito Moreno contraviene el plan de manejo del Parque Nacional Los Glaciares, que establece el cordón Reichert como un área intangible. Esta área, que alberga una gran diversidad de flora y fauna, es considerada de vital importancia para la conservación del ecosistema y no debe ser sometida a presiones turísticas.
La asociación advierte que la apertura a actividades turísticas en el cordón Reichert podría generar un impacto negativo en la fauna local, especialmente en las aves que utilizan la zona para la reproducción y alimentación. Además, la presencia de turistas podría alterar el comportamiento de los animales y poner en riesgo su supervivencia.
“Estamos acá, porque las resoluciones que se conocieron esta semana atentan contra tres principios que creemos que son importantes defender en este lugar: primero la conservación; en segundo lugar, la desprofesionalización de nuestra actividad y, por último, la defensa de nuestros puestos de trabajo.”
El Futuro del Turismo en los Parques Nacionales: Un Debate Abierto
La marcha en El Calafate ha puesto de manifiesto la necesidad de un debate abierto y transparente sobre el futuro del turismo en los parques nacionales argentinos. Los guías de turismo, los agentes de conservación y la comunidad local exigen que la APN escuche sus preocupaciones y que considere sus propuestas antes de implementar nuevas regulaciones. La sostenibilidad del turismo en los parques nacionales depende de la capacidad de encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico y la protección del medio ambiente.
La controversia generada por las nuevas regulaciones de la APN ha reavivado el debate sobre el papel del Estado en la gestión de los recursos naturales y la importancia de la participación ciudadana en la toma de decisiones. La experiencia de El Calafate demuestra que la conservación y el turismo pueden coexistir y complementarse, siempre y cuando se adopten políticas responsables y se promueva un desarrollo sostenible.
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