El Gobierno de Madrid se niega a recordar a las víctimas del franquismo en Sol
En el corazón de la histórica Madrid, donde reside el poder político de la Comunidad, se esconde un oscuro secreto que ha atormentado a los madrileños durante décadas: la Dirección General de Seguridad, el infame centro de tortura del régimen franquista.
Un legado de horror
En los sótanos de la Real Casa de Correos, miles de ciudadanos inocentes fueron detenidos, encarcelados, torturados y asesinados bajo el yugo del franquismo. Desde sindicalistas hasta activistas, militantes y estudiantes, la Dirección General de Seguridad se convirtió en un símbolo del terror y la opresión.
Encarcelados bajo la acusación de "asociación ilícita y propaganda ilegal", hombres y mujeres sufrieron condiciones infrahumanas, soportar tortura bajo manos de sádicos como Antonio González Pacheco, conocido como "Billy el Niño". En nombre de la "seguridad nacional", se les interrogó hasta el punto de la tortura para arrancar información sobre oponentes al régimen.
El olvido de la transición
Con la llegada de la Transición española, el incómodo pasado de la Dirección General de Seguridad cayó en el olvido. El edificio, testigo de innumerables atrocidades, se transformó en la sede de la Comunidad de Madrid, símbolo de una nueva era.
Sin embargo, las víctimas y los represaliados no olvidaron. Durante décadas, han abogado por una placa en la Real Casa de Correos, un reconocimiento a su sufrimiento y un recordatorio del horror que una vez se infligió dentro de sus muros.
La lucha por el reconocimiento
Los intentos de colocar una placa conmemorativa han sido sistemáticamente denegados por el Partido Popular y sus aliados políticos de derecha. El gobierno regional, alegando que divide a los españoles, se ha negado a reconocer el pasado atroz del edificio.
Pero los represaliados no se han rendido. En enero de 2022, el Foro por la Memoria pegó una placa efímera en el edificio, un gesto simbólico de resistencia y una reivindicación de la memoria histórica.
Voces de las víctimas
"Cada día que paso sin un reconocimiento es otro día de dolor e indignación", dijo Juan Manuel Gutiérrez, un sobreviviente de la tortura en la Dirección General de Seguridad. "No podemos permitir que este capítulo oscuro de nuestra historia se borre".
Esta entrada ha sido visitada por 1 lectores.Juan Manuel Gutiérrez, superviviente de la tortura
La importancia de la memoria histórica
La lucha por el reconocimiento en la Dirección General de Seguridad es más que un simple reconocimiento del pasado. Es una batalla por la memoria histórica, una lucha para garantizar que los horrores de ayer no se repitan.
Reconocer el pasado no es dividir a los españoles, sino unirlos en la comprensión de su historia compartida. Es un paso esencial para la reconciliación y la curación de las heridas del pasado.
Una deuda con las víctimas
El gobierno regional de Madrid tiene la obligación moral de honrar la memoria de las víctimas de la Dirección General de Seguridad. Una placa conmemorativa no solo sería un gesto de justicia, sino también una poderosa declaración de que nunca más se tolerará la tortura o la opresión.
Al reconocer el pasado, Madrid puede dar un paso audaz hacia la unidad y la reconciliación, demostrando que su compromiso con la democracia y los derechos humanos es inquebrantable.
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