El médico de Hitler le administró hasta 74 sustancias diferentes, según su diario.
El doctor Theodor Gilbert Morell administró hasta 74 sustancias diferentes a Hitler, convirtiéndolo en un adicto. La amistad entre el paciente y el galeno comenzó en 1936, cuando Morell le recetó Mutaflor para tratar sus dolores intestinales. A partir de entonces, Hitler confió ciegamente en él. Morell dejó anotado en su diario todas las sustancias que administraba al Führer, al que denominó en clave como "paciente A". En las adicciones de Hitler podemos distinguir tres etapas, la última de las cuales comenzó en 1943, cuando consumió por vez primera Eukodal, un analgésico opiáceo de la familia de la heroína. Hitler llegó a consumir hasta 74 tipos de fármacos diferentes.
Fuente: /historia/60536.html
REFLEXIÓN: La adicción de Hitler a las drogas es un ejemplo de cómo el poder y la fama no garantizan la felicidad. A pesar de tener todo lo que quería, Hitler se sentía vacío y buscaba en las drogas una forma de escapar de su realidad. Esta historia nos recuerda que la verdadera felicidad no se encuentra en las cosas materiales, sino en el interior de cada uno de nosotros. Es importante reflexionar sobre nuestras propias adicciones y buscar ayuda si es necesario para superarlas. La vida es demasiado corta para desperdiciarla en sustancias que nos hacen daño. Debemos aprender a encontrar la felicidad en las pequeñas cosas y en las relaciones significativas que tenemos con los demás.
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