El Poder Duro Regresa: Dinero, Armas y la Nueva Geopolítica Global

El mundo que creímos conocer, moldeado por la promesa de la globalización y el poder blando, se desvanece rápidamente. Tras décadas de interdependencia económica y diplomacia, una nueva era emerge, definida por la competencia geopolítica, el resurgimiento del poder duro y la primacía del dinero y las armas. Este artículo explora la profunda transformación que está experimentando el orden mundial, analizando las fuerzas que impulsan este cambio y las implicaciones para el futuro de las relaciones internacionales.

El Fin de la Ilusión del Poder Blando

La década de 1990, tras el colapso de la Unión Soviética, presenció un optimismo generalizado sobre el futuro de la globalización. Se creía que la interconexión económica, la difusión de la cultura y los valores democráticos, y la diplomacia multilateral serían suficientes para garantizar la paz y la prosperidad. Este enfoque, conocido como poder blando, se basaba en la atracción y la persuasión, en lugar de la coerción y la fuerza. Sin embargo, este paradigma ha demostrado ser frágil y vulnerable a las realidades geopolíticas.

La gran recesión de 2008-2012, la pandemia de coronavirus y, más recientemente, las guerras en Gaza y Ucrania, han expuesto las limitaciones del poder blando. Estos eventos han revelado que, en última instancia, la seguridad y los intereses nacionales a menudo requieren el uso del poder duro: la capacidad de proyectar fuerza militar y económica para lograr objetivos políticos. La confianza en las instituciones multilaterales ha disminuido, y los estados están cada vez más inclinados a priorizar sus propios intereses, incluso a expensas de la cooperación internacional.

El Resurgimiento del Poder Duro: Dinero y Armas

El último Índice de Presencia Global del Real Instituto Elcano confirma esta tendencia. El informe revela un retroceso general en la presencia global de los países, impulsado por una contracción de la dimensión económica. Sin embargo, la presencia militar está aumentando, lo que indica un cambio fundamental en la forma en que los estados interactúan entre sí. El dinero y las armas, una vez más, se imponen como los principales determinantes del poder en el escenario mundial.

La consolidación tecnológica de China, las necesidades materiales de la transición energética y digital, y el resurgimiento de las ideologías y la geografía como factores clave en la política exterior, han contribuido a este cambio. El proteccionismo comercial se está convirtiendo en una herramienta común de política exterior, y los estados están buscando la autonomía en sectores estratégicos. La guerra en Europa ha remilitarizado las relaciones internacionales, reduciendo el atractivo de los elementos blandos de la proyección exterior.

El Papel de Estados Unidos y China en el Nuevo Orden Mundial

Estados Unidos sigue siendo la potencia líder a nivel mundial, y su presencia global incluso ha aumentado en los últimos años. Sin embargo, el regreso de Donald Trump a la presidencia marca un punto de inflexión en las tendencias planetarias. Trump ha dejado claro su descontento con el orden mundial establecido después de la Segunda Guerra Mundial y está dispuesto a cambiarlo en favor de los intereses estadounidenses.

China, por su parte, está emergiendo como un competidor estratégico de Estados Unidos. Su consolidación tecnológica y su creciente influencia económica le permiten desafiar el dominio estadounidense en diversas áreas. La competencia entre Estados Unidos y China se está intensificando en campos como el comercio, la tecnología, la seguridad y la influencia geopolítica. Esta rivalidad está moldeando el nuevo orden mundial y creando un entorno de mayor incertidumbre y tensión.

La Contracción Económica y el Aumento del Gasto Militar

El informe del Real Instituto Elcano revela una contracción del 1,4% en la presencia global de los 150 países analizados. Esta disminución se debe principalmente a una reducción del 3,5% en la dimensión económica, causada por la estabilización de los precios internacionales de la energía y las materias primas, y la contracción del comercio mundial de manufacturas. Sin embargo, las exportaciones de servicios y las inversiones extranjeras directas (IED) han mostrado un crecimiento modesto.

En contraste con la contracción económica, la presencia militar ha aumentado un 1% de 2023 a 2024. Este aumento se explica por el despliegue masivo de tropas rusas en Ucrania, que supera el número de tropas movilizadas por Estados Unidos durante las guerras de Irak y Afganistán. El número total de tropas desplegadas en todo el mundo ha alcanzado casi 900.000 unidades, lo que representa un aumento del 1,3% con respecto a 2005. Este incremento en el gasto militar refleja la creciente importancia de la seguridad y la defensa en el nuevo orden mundial.

El Sur Global y la Remilitarización Global

La tendencia a la remilitarización no se limita al Norte Global, sino que se extiende al Sur Global. Los países en desarrollo están aumentando su gasto militar y modernizando sus fuerzas armadas, impulsados por preocupaciones sobre la seguridad regional, la competencia por los recursos y la influencia de las grandes potencias. Este aumento del gasto militar en el Sur Global está contribuyendo a la inestabilidad regional y aumentando el riesgo de conflictos.

La dependencia externa se ve ahora como un elemento de vulnerabilidad, lo que lleva a los estados a buscar la autonomía en sectores estratégicos. El proteccionismo comercial y las políticas industriales nacionales se están utilizando para reducir la dependencia de otros países y fortalecer la economía nacional. Esta tendencia hacia la autonomía y la autosuficiencia está erosionando la interdependencia económica y dificultando la cooperación internacional.

El Poder Blando en Declive, Pero No Desaparecido

Aunque el poder blando ha perdido atractivo en el nuevo orden mundial, no ha desaparecido por completo. El turismo, el clima y la cultura siguen siendo importantes elementos de la proyección exterior de los estados. El turismo ha experimentado un crecimiento significativo después de la pandemia, y las capacidades de generación de energía renovable están aumentando. Las exportaciones de servicios audiovisuales también están impulsando el crecimiento del sector cultural.

Sin embargo, el crecimiento del poder blando es más lento que en el pasado. La atención se centra cada vez más en la seguridad y la defensa, y los estados están dispuestos a utilizar el poder duro para proteger sus intereses. El poder blando sigue siendo una herramienta útil para la diplomacia y la influencia, pero ya no es suficiente para garantizar la paz y la prosperidad.

La Nueva Geopolítica: Competencia, Nacionalismo y Unilateralismo

El mundo está transitando hacia un nuevo orden geopolítico caracterizado por la competencia entre estados, el auge del nacionalismo y el unilateralismo. La cooperación internacional se está debilitando, y los estados están priorizando sus propios intereses. La confianza en las instituciones multilaterales ha disminuido, y los estados están más inclinados a actuar por su cuenta.

Esta nueva geopolítica presenta desafíos significativos para la paz y la seguridad internacionales. El riesgo de conflictos está aumentando, y la cooperación en temas globales como el cambio climático y la salud pública se está volviendo más difícil. El nuevo orden mundial requiere una nueva forma de pensar sobre las relaciones internacionales, una que reconozca la importancia del poder duro y la necesidad de proteger los intereses nacionales.

Fuente: https://www.huffingtonpost.es//global/gana-duro-como-dinero-armas-imponen-hoy-globalizacion.html