El primer ministro sirio denuncia "anarquía" en Damasco y acusa a Al Asad de no escuchar
El primer ministro sirio, Mohamed Ghazi al Jalali, ha denunciado la "anarquía" en Damasco y ha criticado la falta de comunicación con el presidente Bachar Al Asad, quien "no escuchaba" las advertencias sobre la creciente amenaza de los insurgentes.
La caída del régimen de Al Asad
Al Jalali, en una entrevista con la televisión jordana Al Mamlaka, reconoció la rápida caída del régimen de Al Asad en solo doce días, atribuyéndola a la falta de atención del presidente a los consejos de sus asesores. "En resumen, él no escuchaba", dijo Jalali.
El primer ministro también expresó su desconcierto por el destino de Al Asad, afirmando haber hablado con él por última vez la noche anterior y haberle informado de la situación. "En ese momento, estaba en su oficina en Damasco", dijo Jalali.
Cooperación con los insurgentes
Jalali anunció su disposición a cooperar con la coalición insurgente victoriosa, liderada por el HTS (Organismo de Liberación del Levante), y reveló haber mantenido contactos telefónicos con varios de sus líderes. Sin embargo, no especificó nombres ni confirmó si había hablado con Ahmed al Shara al Jolani, el líder máximo del HTS.
Gestión del traspaso de poder
Al Jalali instó al pueblo sirio a cooperar con las instituciones estatales hasta el traspaso del poder al nuevo gobierno. Lamentó la ausencia de muchos funcionarios del gobierno, pero enfatizó la necesidad de una fuerza de seguridad en el terreno. "Se ha acordado hacer funcionar las instituciones del Estado hasta su traspaso al nuevo gobierno", añadió, sin especificar un plazo para esta misión.
Análisis de la situación
El levantamiento de 11 días del HTS ha marcado una "nueva página" en la historia de Siria, poniendo fin a un conflicto civil de 13 años. La rápida caída del régimen de Al Assad ha sorprendido a muchos observadores y ha suscitado interrogantes sobre el futuro de Siria.
Los analistas sugieren que la falta de liderazgo y la corrupción endémica debilitaron el régimen de Al Assad, mientras que la creciente influencia de los grupos islamistas ha dado forma al panorama político de Siria. El país ahora enfrenta importantes desafíos para reconstruir su infraestructura, abordar la crisis humanitaria y garantizar la estabilidad a largo plazo.
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