El telescopio Webb descubre moléculas precursoras de vida en Caronte, la luna de Plutón
¡Sorpresa en Plutón! El Telescopio Webb revela moléculas químicas precursoras de cuerpos helados misteriosos
Moléculas químicas precursoras de la vida: clave para la exploración astrobiológica
Las moléculas químicas precursoras de la vida son compuestos orgánicos que pueden dar origen a la vida, como aminoácidos, azúcares y ácidos nucleicos. Detectarlas en otros planetas es crucial porque su presencia sugiere que las condiciones para la vida podrían existir en esos entornos. Los telescopios avanzados, como el James Webb, han permitido analizar la atmósfera de exoplanetas y detectar estas moléculas, lo que proporciona información sobre la química y la habitabilidad de esos mundos lejanos.
La identificación de estas moléculas no solo ayuda a entender el origen de la vida en la Tierra, sino que también abre la posibilidad de encontrar vida en otros lugares del universo. La búsqueda de estas señales químicas es un paso fundamental en la exploración astrobiológica y en la comprensión de la diversidad de la vida en el cosmos.
El Telescopio Webb descubre dióxido de carbono y peróxido de hidrógeno en Caronte
Las últimas observaciones del Telescopio Espacial James Webb han revelado la presencia de dióxido de carbono (CO2) y peróxido de hidrógeno (H2O2) en la superficie helada de Caronte, la mayor luna de Plutón. Este hallazgo marca la primera vez que estos compuestos son detectados en la luna, y se suman al inventario químico previamente conocido, que incluye hielo de agua, compuestos con amoníaco y materiales orgánicos que le dan su característico color grisáceo y rojizo.
Las capacidades avanzadas del telescopio Webb
El equipo de investigadores utilizó el Espectrógrafo de Infrarrojo Cercano (NIRSpec) del telescopio Webb para realizar cuatro observaciones del sistema Plutón-Caronte entre 2022 y 2023. Gracias a la cobertura completa del hemisferio norte de Caronte y la capacidad de observar en longitudes de onda más largas, Webb permitió la identificación de dióxido de carbono en la superficie de la luna.
"Las capacidades de Webb nos permitieron explorar la luz reflejada desde Caronte con mayor precisión que nunca, lo que nos llevó a identificar nuevas firmas químicas", explicó el Dr. Ian Wong, científico del Space Telescope Science Institute y coautor del estudio.
Origen del CO2 y el H2O2 en Caronte
Los datos sugieren que el dióxido de carbono detectado se encuentra principalmente en la superficie como una capa fina, por encima de un subsuelo rico en hielo de agua. Según la Dra. Silvia Protopapa, investigadora del Southwest Research Institute y autora principal del estudio, esta capa de CO2 probablemente se originó en el interior de la luna y fue expuesta por impactos de cráteres. Esto apunta a que el dióxido de carbono puede haberse formado en la región durante la creación del sistema de Plutón.
El descubrimiento del peróxido de hidrógeno es también significativo, ya que indica que la superficie helada de Caronte se está alterando debido a la interacción con la radiación solar y partículas energéticas del viento solar y rayos cósmicos. Este proceso, conocido como irradiación, rompe las moléculas de agua en sus componentes de oxígeno e hidrógeno, permitiendo la formación de peróxido de hidrógeno.
Combinando las observaciones de Webb con modelos espectrales y experimentos de laboratorio, los resultados del estudio ofrecen una visión más detallada de cómo los impactos y la radiación alteran la superficie de cuerpos helados en los confines del sistema solar.
Implicaciones más allá de Caronte
Los resultados del estudio abren la puerta a futuras investigaciones sobre la evolución química y los procesos superficiales en cuerpos helados en el sistema solar exterior. También brindan información valiosa para comprender las posibles fuentes de material volátil dentro del Cinturón de Kuiper y cómo podrían haber contribuido a la formación y composición de los planetas.
Además, el estudio destaca las capacidades únicas del Telescopio Espacial James Webb para estudiar cuerpos helados distantes, lo que amplía aún más nuestras posibilidades de exploración y comprensión del sistema solar.
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