Eliminan el plomo de la dieta del guirre canario, ave al borde de la extinción
¡Descubre cómo se ha salvado a una de las aves rapaces más amenazadas de España del envenenamiento por plomo!
El guirre canario: una ave al borde de la extinción
El guirre canario (Neophron percnopterus majorensis) es una subespecie endémica de alimoche que se encuentra únicamente en las Islas Canarias. A principios de la década de 1980, su población se desplomó a poco más de 20 parejas debido a la persecución humana y al envenenamiento por plomo.
El plomo, un metal tóxico, se acumula en los huesos de las aves, haciéndolos frágiles y susceptibles a las fracturas. También puede dañar el sistema nervioso y los órganos reproductivos.
La prohibición de la caza con plomo salva vidas
En 2010, el Gobierno de Canarias prohibió la caza de conejos con escopeta, una de las principales fuentes de plomo para los guirres. Esta medida tuvo un impacto inmediato en los niveles de plomo en sangre de los guirres.
Un estudio realizado por la Universidad de Granada, la Estación Biológica de Doñana y el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos demostró que los niveles de plomo en sangre se redujeron significativamente después de la prohibición.
"El plomo puede provocar la muerte del individuo a dosis elevadas o graves problemas reproductivos, como infertilidad o menor supervivencia de los pollos", afirma Rafael Mateo, investigador del IREC-CSIC.
Investigador Rafael Mateo
Otras fuentes de plomo
Aunque la prohibición de la caza con plomo ha ayudado a reducir los niveles de plomo en los guirres, todavía se detectan niveles elevados de este metal en algunos individuos.
Otras fuentes de contaminación por plomo incluyen el uso de munición de plomo para cazar otras especies, como palomas y perdices, y la contaminación industrial. También es importante tener en cuenta que el plomo puede ser liberado de los huesos de los guirres cuando necesitan calcio, como durante la puesta de huevos.
Un éxito de conservación
Gracias a la prohibición de la caza con plomo y a otras medidas de conservación, la población de guirres canarios se ha recuperado significativamente. Hoy en día, hay alrededor de 500 parejas reproductoras, lo que demuestra que es posible salvar incluso a las especies más amenazadas.
El caso del guirre canario es un ejemplo de cómo la colaboración entre científicos, autoridades y el público puede tener resultados positivos para la conservación de la vida silvestre.
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