"Empresarios en Chile enfrentan multas y cárcel por nueva ley"
La reciente implementación de la Ley 21.595 en Chile ha generado un cambio significativo en el panorama legal del país, especialmente en el ámbito económico y ambiental. Esta normativa, que entró en plena vigencia el 1 de septiembre, amplía considerablemente el catálogo de delitos por los cuales las empresas y sus directivos pueden ser perseguidos penalmente. Con un aumento de una veintena a más de 200 delitos, la ley plantea nuevos desafíos y oportunidades para las organizaciones que operan en el país.
Impacto de la Ley 21.595 en las Empresas Chilenas
La Ley 21.595 no solo afecta a las grandes corporaciones, sino que también tiene un impacto significativo en las empresas más pequeñas. Estas organizaciones han tenido que adaptarse rápidamente a un nuevo marco legal que exige la creación de modelos de prevención de delitos. La ley establece que tanto los empresarios como los directores y gerentes pueden enfrentar consecuencias penales, incluyendo la posibilidad de prisión. Este cambio ha obligado a las empresas a recurrir a consultorías especializadas para adecuar sus sistemas de prevención y cumplimiento normativo.
Las compañías han tenido un año de plazo para implementar estos modelos de prevención, lo que ha llevado a un aumento en la demanda de servicios de consultoría y asesoramiento legal. La necesidad de cumplir con la nueva normativa ha llevado a un enfoque más proactivo en la gestión de riesgos, lo que es esencial para evitar sanciones y proteger la reputación empresarial.
Desafíos para los Proveedores Locales
Los proveedores locales, especialmente aquellos más pequeños, enfrentan un desafío considerable en la adaptación a estos nuevos estándares. La ley exige que todos los actores de la cadena de suministro cumplan con normativas más estrictas, lo que puede resultar en un aumento de costos para las pequeñas empresas. Estas organizaciones deben encontrar maneras de implementar sistemas de prevención sin comprometer su viabilidad financiera.
La situación se complica aún más para aquellas empresas que no tienen la capacidad de invertir en la creación de un departamento de cumplimiento normativo. En este contexto, es fundamental que los proveedores locales busquen alianzas y colaboraciones que les permitan compartir recursos y conocimientos para cumplir con las exigencias legales.
La Ley Karin y su Relación con la Nueva Normativa
La Ley N°21.643, conocida como Ley Karin, que modifica el Código del Trabajo en relación con la prevención y sanción del acoso laboral y sexual, también ha generado preocupación en las empresas. Esta ley, que busca proteger a los trabajadores de situaciones de acoso y violencia, se suma a las preocupaciones legales que deben gestionar los directores y gerentes. La responsabilidad penal de los directivos en caso de incumplimiento ha llevado a un aumento en la capacitación y el diálogo interno en las empresas.
La interrelación entre la Ley Karin y la Ley 21.595 resalta la creciente complejidad del entorno legal en el que operan las empresas. Los directores y gerentes deben ser conscientes de que su responsabilidad se extiende no solo a las operaciones económicas, sino también a la creación de un ambiente laboral seguro y respetuoso.
Preparación y Adaptación a la Nueva Ley
La implementación de la Ley 21.595 ha llevado a muchas empresas a realizar esfuerzos significativos para adaptarse a los nuevos requisitos. Según expertos en derecho penal y compliance, las organizaciones han estado trabajando arduamente para desarrollar políticas y procedimientos que minimicen el riesgo de delitos. Esto incluye la capacitación de empleados, la creación de canales de denuncia y la implementación de auditorías internas.
Las empresas más grandes, que ya contaban con sistemas de compliance, han podido adaptarse con mayor facilidad. Sin embargo, las medianas y pequeñas empresas enfrentan mayores desafíos debido a la falta de recursos y experiencia en la gestión de riesgos legales. Este contexto ha llevado a un aumento en la demanda de servicios de consultoría y asesoría legal, lo que ha permitido a las empresas obtener el apoyo necesario para cumplir con la nueva normativa.
El Rol de las Consultorías en el Cumplimiento Normativo
Las consultorías especializadas en compliance han jugado un papel fundamental en la adaptación de las empresas a la nueva ley. Estas organizaciones ofrecen servicios que van desde la evaluación de riesgos hasta la capacitación de personal y el desarrollo de políticas de prevención. La experiencia de estas consultorías es invaluable, ya que ayudan a las empresas a navegar un entorno legal complejo y en constante cambio.
Además, las consultorías fomentan la creación de una cultura de cumplimiento dentro de las organizaciones. Al involucrar a todos los niveles de la empresa en el proceso de cumplimiento, se puede generar una mayor conciencia sobre la importancia de prevenir delitos y gestionar riesgos.
Oportunidades de Mejora en el Cumplimiento Normativo
La nueva ley ha sido vista por algunos expertos como una oportunidad para que las empresas integren el compliance en todas sus áreas de operación. Esta integración no solo mejora la capacidad de una empresa para cumplir con la normativa, sino que también puede llevar a una mejora en la comunicación y colaboración interna. Los directores y ejecutivos están cada vez más involucrados en el desarrollo de políticas de cumplimiento, lo que fomenta un ambiente de trabajo más transparente y responsable.
Además, el cumplimiento normativo puede convertirse en una ventaja competitiva. Las empresas que implementan programas efectivos de cumplimiento no solo reducen su exposición a riesgos legales, sino que también mejoran su reputación y confianza entre clientes y socios comerciales. Esto puede traducirse en una mayor lealtad de los clientes y oportunidades de negocio adicionales.
Susana Sierra, Directora Ejecutiva de BH Compliance “La nueva ley ha sido una oportunidad para las empresas de integrar el compliance a todas sus áreas, identificar sus riesgos propios y actualizar sus prácticas de prevención. Este proceso ha motivado a directores y altos ejecutivos a involucrarse más directamente en la operación y mantener conversaciones más profundas con los distintos equipos, lo que ha mejorado la comunicación dentro de la empresa.”
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