Españolas de DAESH: 3 años de cárcel y desradicalización tras retornar de Siria

El retorno de combatientes y sus familias desde el territorio controlado por el Estado Islámico (DAESH) ha planteado desafíos complejos para las naciones occidentales, incluyendo España. El caso de Yolanda Martínez y Luna Fernández, dos españolas que regresaron a España en 2023 con sus hijos tras haber vivido en el califato, ilustra la delicada línea que se traza entre la seguridad nacional, los derechos humanos y la necesidad de desradicalización. Su aceptación de una pena de tres años de cárcel, junto con otras medidas como la inhabilitación y la libertad vigilada con programa de desradicalización, marca un precedente en la gestión de estos casos y abre un debate sobre la estrategia más efectiva para abordar el fenómeno del terrorismo yihadista.

Índice

El Contexto del Retorno: De España al Califato y Viceversa

El viaje de Yolanda Martínez y Luna Fernández hacia el territorio controlado por DAESH no fue un acto aislado. Se inscribe dentro de un flujo de ciudadanos europeos, atraídos por la propaganda y la promesa de un nuevo orden social basado en una interpretación radical del Islam. Ambas mujeres se desplazaron voluntariamente a Siria e Irak junto a sus maridos, integrándose en una comunidad que buscaba establecer un califato global. Su decisión, tomada en 2014 tras la proclamación del califato por Abu Bakr al Baghdadi, implicó abandonar sus vidas en España y abrazar una existencia en un entorno de conflicto y violencia. La Fiscalía, en su acusación, destacó que este viaje no fue fortuito, sino que se realizó con la "plena voluntad de mantener su integración en la referida organización terrorista".

La vida en el califato, lejos de la utopía prometida, se caracterizó por la brutalidad, la escasez y la constante amenaza de la guerra. Mientras sus maridos participaban en actividades militares o judiciales dentro de DAESH, Martínez y Fernández se dedicaron a la esfera doméstica, cumpliendo el rol asignado a las mujeres en la ideología yihadista: esposa y madre. Sin embargo, su papel no se limitó a las tareas del hogar. Según la Fiscalía, Luna Fernández ejerció un liderazgo dentro de un grupo de mujeres vinculadas a la Brigada Al Andalus, mientras que ambas mujeres contribuyeron a la educación de sus hijos en la ideología extremista. Este adoctrinamiento de menores es un aspecto particularmente preocupante, ya que perpetúa el ciclo de radicalización y representa una amenaza a largo plazo.

Los Cargos y la Negociación con la Fiscalía

A su regreso a España, Yolanda Martínez y Luna Fernández fueron detenidas y acusadas de participar en actividades a favor de DAESH, tanto antes como durante su estancia en el califato. La Fiscalía imputó a ambas la comisión de delitos de terrorismo, considerando que su participación en la organización yihadista fue activa y consciente. En el escrito de acusación, se detallaron conversaciones mantenidas por Martínez con su esposo, en las que expresaba su acuerdo en "pasar a la acción" en relación con el conflicto sirio. Asimismo, se resaltó el papel de liderazgo de Fernández dentro del grupo de mujeres de la Brigada Al Andalus. La gravedad de los cargos inicialmente solicitados por la Fiscalía era de seis años de cárcel para cada una.

Sin embargo, el caso se resolvió finalmente con un acuerdo de conformidad entre las acusadas y la Fiscalía. Este acuerdo implicó una reducción significativa de la pena solicitada, pasando de seis a tres años de cárcel. A cambio, Martínez y Fernández aceptaron su culpabilidad y se comprometieron a cumplir con otras medidas, como la inhabilitación absoluta especial para profesión u oficio educativo durante siete años y la libertad vigilada durante cinco años, que incluirá un programa de desradicalización terrorista. La aceptación de este acuerdo por parte de las acusadas se produjo en una vista celebrada ante la Audiencia Nacional, que duró apenas unos minutos. La presidenta del tribunal, Teresa Palacios, incluso animó a Martínez a "rebajar su cara de miedo", asegurándole que "aquí no nos comemos a nadie".

El Programa de Desradicalización: Un Componente Clave de la Rehabilitación

La inclusión de un programa de desradicalización como parte de la libertad vigilada es un elemento fundamental del acuerdo alcanzado con Yolanda Martínez y Luna Fernández. Este programa tiene como objetivo abordar las creencias y actitudes extremistas que llevaron a ambas mujeres a unirse a DAESH, y facilitar su reintegración en la sociedad. La desradicalización es un proceso complejo y multifacético, que requiere la intervención de profesionales especializados en psicología, sociología, teología y seguridad. No existe una fórmula única para la desradicalización, ya que cada individuo presenta características y necesidades específicas.

Los programas de desradicalización suelen incluir sesiones de terapia individual y grupal, talleres de educación cívica y religiosa, y actividades de reinserción social y laboral. El objetivo es ayudar a los individuos a cuestionar la ideología extremista, a desarrollar un pensamiento crítico y a construir una nueva identidad basada en valores democráticos y pacíficos. La participación en un programa de desradicalización no garantiza el éxito, pero aumenta significativamente las posibilidades de que los individuos abandonen el camino del extremismo y se conviertan en miembros productivos de la sociedad. La efectividad de estos programas depende de varios factores, como la motivación del individuo, la calidad de la intervención y el apoyo social que reciba.

El Papel de la Mujer en DAESH: Más Allá de la Esfera Doméstica

El caso de Yolanda Martínez y Luna Fernández pone de manifiesto el papel crucial que desempeñaron las mujeres en el Estado Islámico. Si bien la ideología yihadista tradicionalmente asigna a las mujeres un rol secundario, restringido al ámbito doméstico, en la práctica las mujeres de DAESH participaron en una amplia gama de actividades, que iban más allá de las tareas del hogar. Como señala el informe pericial del Instituto Elcano citado por la Fiscalía, en DAESH las mujeres eran responsables de "alumbrar y educar en las actitudes y creencias propias de la ideología del salafismo yihadista" a la siguiente generación de yihadistas. Este adoctrinamiento de menores es una forma de radicalización particularmente insidiosa, ya que perpetúa el ciclo de violencia y dificulta la reintegración de los niños en la sociedad.

Además de su papel en la educación de los hijos, las mujeres de DAESH también participaron en actividades de propaganda, reclutamiento, apoyo logístico y, en algunos casos, incluso en combate. Luna Fernández, en particular, fue señalada por la Fiscalía como una figura clave dentro de un grupo de mujeres vinculadas a la Brigada Al Andalus, lo que sugiere que desempeñó un papel activo en la organización yihadista. La participación de las mujeres en DAESH demuestra que el terrorismo yihadista no es un fenómeno exclusivamente masculino, y que las mujeres pueden ser tanto víctimas como perpetradoras de la violencia extremista. Comprender el papel de la mujer en DAESH es fundamental para desarrollar estrategias efectivas de prevención y desradicalización.

Implicaciones y Desafíos Futuros en la Gestión del Retorno de Yihadistas

El caso de Yolanda Martínez y Luna Fernández plantea importantes desafíos para la gestión del retorno de yihadistas y sus familias. La necesidad de equilibrar la seguridad nacional con los derechos humanos es una cuestión compleja que requiere un enfoque matizado y pragmático. La aplicación de penas de prisión, como en este caso, puede ser necesaria para sancionar los delitos cometidos y disuadir a otros de unirse a organizaciones terroristas. Sin embargo, la prisión por sí sola no es suficiente para abordar el problema del extremismo. La desradicalización y la reintegración social son componentes esenciales de una estrategia integral de lucha contra el terrorismo.

La experiencia de Martínez y Fernández también subraya la importancia de abordar las causas subyacentes del extremismo, como la marginación social, la discriminación y la falta de oportunidades. La prevención de la radicalización requiere un esfuerzo conjunto de las autoridades, las comunidades y las familias. Es fundamental promover la educación, el diálogo intercultural y la inclusión social, para construir sociedades más resilientes y cohesionadas. El retorno de combatientes y sus familias desde el territorio controlado por DAESH seguirá siendo un desafío importante para las naciones occidentales en los próximos años. La gestión de este desafío requerirá una combinación de medidas de seguridad, programas de desradicalización y políticas de integración social.

noticiaspuertosantacruz.com.ar - Imagen extraida de: https://www.huffingtonpost.es//politica/las-dos-espanolas-retornadas-califato-islamico-aceptan-tresnos-carcel.html

Fuente: https://www.huffingtonpost.es//politica/las-dos-espanolas-retornadas-califato-islamico-aceptan-tresnos-carcel.html

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