Estados Unidos: El origen de la crisis actual de alimentos ultraprocesados
La crisis actual de alimentos ultraprocesados tiene raíces en la "Gran Depresión" de EE. UU., cuando el gobierno buscó alimentar a una población hambrienta con opciones económicas, dando lugar a la dieta estándar estadounidense (SAD), rica en alimentos procesados.
La génesis de la "dieta triste"
Para combatir el hambre durante la Gran Depresión, el gobierno alentó a las compañías de alimentos a enriquecer los alimentos con vitaminas, lo que llevó a la disponibilidad generalizada de alimentos procesados en supermercados. Estos alimentos, aunque convenientes y económicos, carecían de valor nutricional, lo que llevó al surgimiento de la dieta SAD.
El auge de los alimentos ultraprocesados
Ante la inminente Segunda Guerra Mundial, el gobierno estadounidense priorizó la fortificación de alimentos para mejorar la salud y la energía de los ciudadanos. La industria alimentaria respondió reduciendo costos y agregando aditivos, sabores y grasas para mejorar el sabor. El resultado fueron los alimentos ultraprocesados, diseñados para la conveniencia y el consumo excesivo.
Los peligros de los alimentos ultraprocesados
Los alimentos ultraprocesados son altamente adictivos debido a sus altos niveles de sal, azúcar y grasa, estimulando las vías de recompensa del cerebro. Su consumo excesivo desplaza otros grupos de alimentos saludables y compromete la saciedad, lo que lleva a la obesidad y enfermedades crónicas.
La "adicción" alimentaria y sus consecuencias
Como señala Christopher Gardner, director del Centro de Investigación en Prevención de la Universidad de Stanford, los alimentos ultraprocesados engañan nuestra capacidad para sentirnos satisfechos, lo que lleva a comer en exceso. Esta "adicción" a los alimentos procesados tiene graves consecuencias para la salud, incluidas enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer.
Conclusión
La crisis actual de los alimentos ultraprocesados se remonta a la Gran Depresión, cuando el gobierno buscó soluciones rápidas para alimentar a una población hambrienta. Si bien la conveniencia y el bajo costo de los alimentos procesados brindaron un alivio temporal, crearon un legado de mala salud y adicción alimentaria.
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