ETAs en Argentina: Impacto de la Pandemia y el ASPO en Triquinosis, Botulismo y SUH.
La pandemia de COVID-19 no solo representó una crisis sanitaria global sin precedentes, sino que también alteró profundamente la dinámica de otras enfermedades, incluyendo las transmitidas por alimentos (ETA). Este artículo profundiza en el análisis de cómo las medidas de salud pública implementadas durante la pandemia, como el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), impactaron en la incidencia y patrones de ciertas ETAs en Argentina, específicamente la triquinosis, el botulismo alimentario y el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH). Buscamos comprender si la pandemia exacerbó vulnerabilidades preexistentes o generó nuevos desafíos en la seguridad alimentaria y la salud pública.
- Impacto de la Pandemia en la Vigilancia Epidemiológica de las ETA
- Triquinosis: Un Aumento Inesperado en Adolescentes durante el ASPO
- Botulismo Alimentario: Concentración de Casos durante el Aislamiento
- Síndrome Urémico Hemolítico (SUH): Impacto del Regreso a Clases en Adolescentes
- Determinantes Sociales de la Salud: Un Factor Clave en la Prevención de ETAs
- Adaptación de Estrategias de Prevención en Contextos de Crisis Sanitaria
Impacto de la Pandemia en la Vigilancia Epidemiológica de las ETA
La pandemia de COVID-19 ejerció una presión significativa sobre los sistemas de salud a nivel mundial, reasignando recursos y personal hacia la atención de la emergencia sanitaria. Esto inevitablemente afectó la capacidad de vigilancia epidemiológica de otras enfermedades, incluyendo las ETAs. La redirección de recursos humanos y financieros hacia la detección y control de la COVID-19 pudo haber resultado en una menor capacidad para detectar brotes de ETAs, investigar casos y realizar un seguimiento adecuado de las cadenas alimentarias.
Además, las restricciones de movilidad y las limitaciones en la capacidad de diagnóstico impuestas durante la pandemia pudieron haber dificultado la notificación oportuna de casos de ETAs. El temor a acudir a los centros de salud por miedo al contagio de COVID-19 también pudo haber contribuido a un subregistro de casos, especialmente en áreas rurales o con acceso limitado a la atención médica. La disponibilidad de datos epidemiológicos precisos y oportunos es crucial para comprender la verdadera magnitud del problema y diseñar intervenciones efectivas.
La interrupción de programas de control y prevención de ETAs, como la inspección de alimentos y la educación a la comunidad sobre prácticas seguras de manipulación de alimentos, también pudo haber contribuido al aumento de ciertos casos. La evaluación del impacto de la pandemia en la vigilancia epidemiológica de las ETAs requiere un análisis exhaustivo de los datos disponibles, considerando los posibles sesgos y limitaciones introducidos por la crisis sanitaria.
Triquinosis: Un Aumento Inesperado en Adolescentes durante el ASPO
Uno de los hallazgos más llamativos del estudio fue el aumento de casos de triquinosis en adolescentes de 10 a 14 años durante el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO). La triquinosis es una enfermedad parasitaria causada por el consumo de carne de cerdo cruda o mal cocida que contiene larvas del parásito Trichinella. Este aumento en adolescentes sugiere un cambio en los patrones de consumo y/o preparación de alimentos en los hogares durante el confinamiento.
Es posible que el cierre de escuelas y la mayor permanencia en el hogar hayan llevado a un mayor consumo de alimentos preparados en casa, con un posible relajamiento de las prácticas de higiene y cocción adecuadas. La compra de carne de cerdo de fuentes no confiables o informales, donde no se realizan controles sanitarios adecuados, también pudo haber contribuido al aumento de casos. La falta de supervisión de adultos durante la preparación de alimentos por parte de adolescentes también podría ser un factor relevante.
Este hallazgo subraya la importancia de fortalecer las estrategias de educación sobre seguridad alimentaria dirigidas a adolescentes y sus familias, especialmente en situaciones de crisis como la pandemia. Es fundamental promover el consumo de carne de cerdo proveniente de fuentes confiables, garantizar una cocción adecuada y fomentar prácticas de higiene en la manipulación de alimentos para prevenir la triquinosis.
Botulismo Alimentario: Concentración de Casos durante el Aislamiento
El estudio también reveló una concentración de casi la mitad de los casos de botulismo alimentario durante el período de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO). El botulismo alimentario es una enfermedad grave causada por la toxina producida por la bacteria Clostridium botulinum, que se encuentra en alimentos mal conservados. Esta concentración de casos durante el ASPO sugiere un posible aumento en el consumo de conservas caseras o alimentos procesados de manera inadecuada.
El confinamiento y las restricciones de movilidad pudieron haber llevado a las personas a elaborar sus propias conservas caseras para garantizar el suministro de alimentos a largo plazo. Sin embargo, la falta de conocimiento sobre las técnicas adecuadas de conservación y esterilización de alimentos pudo haber favorecido el crecimiento de la bacteria Clostridium botulinum y la producción de toxinas. El consumo de alimentos enlatados o embotellados de forma casera o artesanal, sin controles sanitarios rigurosos, también pudo haber contribuido al aumento de casos.
Es crucial reforzar las campañas de información y educación sobre las prácticas seguras de conservación de alimentos, destacando la importancia de la esterilización adecuada, el control de la acidez y la refrigeración adecuada. Se debe alertar a la población sobre los riesgos asociados al consumo de conservas caseras o artesanales de origen desconocido, enfatizando la importancia de adquirir productos de establecimientos habilitados y con controles sanitarios.
Síndrome Urémico Hemolítico (SUH): Impacto del Regreso a Clases en Adolescentes
La investigación identificó la presentación de casos de Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) en adolescentes de 15 a 19 años, especialmente tras la flexibilización de las medidas de confinamiento y el regreso a clases. El SUH es una enfermedad grave causada principalmente por la bacteria Escherichia coli productora de la toxina Shiga (STEC), que se encuentra en alimentos contaminados, especialmente carne vacuna mal cocida. La aparición de casos en adolescentes tras el regreso a clases sugiere un posible aumento en la exposición a fuentes de contaminación en el entorno escolar o social.
El consumo de alimentos preparados fuera del hogar, como sándwiches o hamburguesas, en establecimientos con higiene deficiente o con manipulación inadecuada de alimentos, pudo haber contribuido a la transmisión de la bacteria STEC. El contacto con animales en granjas o zoológicos escolares también podría ser una fuente de infección. La falta de lavado de manos adecuado antes de comer o después de manipular objetos contaminados también puede facilitar la transmisión de la bacteria.
Este hallazgo resalta la importancia de fortalecer las medidas de higiene y seguridad alimentaria en las escuelas y otros entornos donde los adolescentes se reúnen. Es fundamental promover el lavado de manos frecuente, el consumo de alimentos cocidos adecuadamente y la adquisición de alimentos en establecimientos confiables y con controles sanitarios. Se debe educar a los adolescentes sobre los riesgos asociados al consumo de carne vacuna mal cocida y la importancia de evitar el contacto con animales sin la debida protección.
Los resultados del estudio subrayan la importancia de considerar los Determinantes Sociales de la Salud (DSS) en la prevención y control de las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETAs). Los DSS son las condiciones sociales, económicas y ambientales en las que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen. Estos factores influyen en la salud de las personas y en su vulnerabilidad a las enfermedades, incluyendo las ETAs.
La pandemia de COVID-19 exacerbó las desigualdades sociales y económicas, aumentando la vulnerabilidad de ciertos grupos de población a las ETAs. Las personas con bajos ingresos, acceso limitado a la atención médica, vivienda precaria y falta de educación sobre seguridad alimentaria son más propensas a contraer ETAs. La falta de acceso a agua potable y saneamiento adecuado también aumenta el riesgo de contaminación de alimentos y la transmisión de enfermedades.
Para prevenir y controlar las ETAs de manera efectiva, es fundamental abordar los DSS. Esto implica implementar políticas y programas que promuevan la seguridad alimentaria, mejoren el acceso a la atención médica, fomenten la educación sobre higiene y manipulación de alimentos, y reduzcan las desigualdades sociales y económicas. La colaboración intersectorial entre salud, educación, agricultura, desarrollo social y otros sectores es esencial para abordar los DSS y mejorar la salud de la población.
Adaptación de Estrategias de Prevención en Contextos de Crisis Sanitaria
La pandemia de COVID-19 demostró la necesidad de adaptar las estrategias de prevención de las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETAs) en contextos de crisis sanitaria. Las medidas de control y prevención de ETAs deben ser flexibles y adaptables a las circunstancias cambiantes, considerando el impacto de la crisis en los sistemas de salud, la disponibilidad de recursos y el comportamiento de la población.
Es fundamental fortalecer la vigilancia epidemiológica de las ETAs, utilizando herramientas innovadoras y tecnologías de la información para la detección temprana de brotes y la investigación de casos. La comunicación efectiva con la población sobre los riesgos asociados a las ETAs y las medidas de prevención es crucial para promover prácticas seguras de manipulación de alimentos. La capacitación del personal de salud y de la industria alimentaria sobre las nuevas estrategias de prevención y control de ETAs es esencial para garantizar la seguridad alimentaria.
La colaboración con otros sectores, como la industria alimentaria, las organizaciones no gubernamentales y la comunidad, es fundamental para implementar estrategias de prevención efectivas y sostenibles. La evaluación continua de las estrategias de prevención y su adaptación a las nuevas realidades es esencial para garantizar su eficacia en la prevención y control de las ETAs en contextos de crisis sanitaria.
Fuente: https://argentina.gob.ar/noticias/nueva-publicacion-de-la-revista-cientifica-anmat-17
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