Feria del Libro Santa Cruz: Cultura, Música y Resiliencia Patagónica
La trigésima primera edición de la Feria del Libro de Santa Cruz, un evento organizado por la Secretaría de Estado de Cultura, ha concluido dejando una profunda huella en la comunidad. Bajo el lema “El sur vive en las Letras”, la feria se erigió como un vibrante espacio de encuentro donde la literatura, el arte, la memoria y la música se entrelazaron para celebrar la rica identidad cultural de la provincia. Esta edición, marcada por una notable participación del público, ofreció una programación diversa y estimulante que abordó temas cruciales como el bienestar emocional, el futuro del acceso al conocimiento, la resiliencia ante la adversidad, la inclusión y la conciencia ambiental. A través de presentaciones de libros, talleres, charlas y espectáculos musicales, la feria no solo fomentó el amor por la lectura, sino que también promovió el diálogo, la reflexión y la construcción de comunidad.
- El Bienestar y el Conocimiento en el Centro del Debate
- El Cine y la Literatura: Narrativas que Conectan
- Nuevas Formas de Participación y la Celebración de la Diversidad
- Memoria, Identidad y Expresiones Comunitarias
- Voces Santacruceñas: Un Canto a la Identidad y la Comunidad
- Un Encuentro de Palabras, Memorias y Melodías
El Bienestar y el Conocimiento en el Centro del Debate
La jornada inaugural de la feria se centró en la exploración del poder transformador de la palabra y el conocimiento. El boletín digital “Lo que puede la escritura” abrió el camino, invitando a reflexionar sobre el potencial de la escritura como herramienta para el bienestar emocional y la autoexpresión. Este enfoque se complementó con el taller de IA para bibliotecas, impartido por Miriam Díaz y Diego Pérez de la UNPA, que planteó interrogantes fundamentales sobre el futuro del acceso al conocimiento en la era digital. La discusión giró en torno a las oportunidades y desafíos que presenta la inteligencia artificial para las bibliotecas y su papel en la democratización de la información.
La salud mental y la resiliencia también ocuparon un lugar destacado en la programación, con la charla “Prevención: Superando Temores” a cargo de Samuel Olivera. Esta intervención brindó herramientas y estrategias para afrontar los miedos y las ansiedades, promoviendo una cultura de cuidado y bienestar emocional. La combinación de estos temas –la escritura, el conocimiento y la salud mental– evidenció el compromiso de la feria con la promoción de una vida plena y significativa para sus participantes.
El Cine y la Literatura: Narrativas que Conectan
La feria no se limitó a las letras impresas, sino que también abrió sus puertas a otras formas de expresión artística, como el cine. El taller de guión cinematográfico, a cargo de Fabián Forte, atrajo a más de 50 personas interesadas en aprender los fundamentos de la escritura para el cine. Forte, reconocido director de género, compartió su experiencia y conocimientos, guiando a los participantes en el proceso de creación de historias visuales. Este taller no solo fomentó el desarrollo de habilidades técnicas, sino que también inspiró a los asistentes a explorar su creatividad y a contar sus propias historias a través del lenguaje cinematográfico.
La literatura, por supuesto, fue la protagonista indiscutible de la feria. La presentación del libro “Ecos de Ausencias, Reflexiones sobre el Abismo” de Claudia Ramos conmovió al público con su honestidad y profundidad. La autora compartió su experiencia personal durante la pandemia, explorando temas como el sufrimiento, el dolor, la desesperanza y la resiliencia. Sus relatos resonaron en el público, que encontró en sus palabras un espejo de sus propias vivencias y emociones. La capacidad de la literatura para conectar a las personas a través de experiencias compartidas quedó patente en este encuentro.
Nuevas Formas de Participación y la Celebración de la Diversidad
La feria también se caracterizó por su apertura a nuevas formas de participación cultural. La presentación de “Cartas para cuando sea demasiado tarde”, un proyecto colaborativo entre Juan Fernández y Hernán Casciari, demostró el potencial de la creación colectiva. Los autores explicaron que el libro se construye a partir de la colaboración y la corrección mutua, dando lugar a una obra en constante evolución. Esta propuesta autogestiva invitó a los participantes a involucrarse activamente en el proceso creativo y a explorar nuevas formas de expresión.
La diversidad y la inclusión fueron valores centrales de la feria. La obra inclusiva “Caperucita Sorda” de la Escuela Especial N.º 4 Emuyén celebró la diferencia y promovió la accesibilidad a la cultura para personas con discapacidad auditiva. Esta iniciativa demostró el compromiso de la feria con la creación de un espacio cultural inclusivo y equitativo. Asimismo, la charla de Gladys Guevara abordó temas ambientales, generando conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad y el cuidado del planeta.
Memoria, Identidad y Expresiones Comunitarias
La feria también se convirtió en un espacio para rescatar y preservar la memoria colectiva. La Caja de Previsión Social presentó “Tu historia, tu arte, tu lugar”, un libro que recopila memorias y expresiones comunitarias, dando voz a aquellos que a menudo son marginados o silenciados. Esta iniciativa contribuyó a fortalecer el sentido de pertenencia y a valorar la riqueza de la diversidad cultural. Por su parte, Lucila Carrizo compartió “El lado frío de la cama”, una obra que explora las complejidades de las relaciones humanas y las emociones.
La música, como expresión artística fundamental, también tuvo un papel destacado en la feria. El Ciclo Musical “Voces en escena”, enmarcado en el Programa Atlas Sonoro de Santa Cruz, ofreció un homenaje a Marcela Miranda a cargo de la cantante Selena Valdez. Este tributo musical celebró la vida y la obra de una figura emblemática de la cultura santacruceña. Asimismo, Martín Leoz reafirmó la memoria obrera y la identidad santacruceña con su repertorio, mientras que Juane Braccalenti compartió su propia historia de vida y su conexión con la raíz folclórica de la provincia.
Voces Santacruceñas: Un Canto a la Identidad y la Comunidad
Juane Braccalenti, antes de subir al escenario, expresó su deseo de compartir su historia de vida y sus canciones de raíz folclórica santacruceña, resaltando la importancia de la identidad, los paisajes y su vínculo con la Patagonia. Para él, el ciclo musical representaba una oportunidad para ampliar la experiencia de la feria más allá de los libros, invitando a la reflexión y al diálogo a través de la música. Su propuesta, como la de otros artistas locales, contribuyó a fortalecer el sentido de comunidad y a valorar la riqueza cultural de Santa Cruz.
Mariana Mallada, por su parte, adelantó que su presentación estaría marcada por la exploración personal y artística que la ha acompañado desde sus inicios. Destacó el valor de la comunidad de artistas Santacruceños del Viento, impulsada por Ariel Arroyo, que le ha permitido generar vínculos y abrir puertas. Esta comunidad se ha convertido en un espacio de intercambio y colaboración, enriqueciendo el panorama artístico de la provincia. La suma de las voces de Braccalenti y Mallada al ciclo musical reafirmó la vitalidad de la música santacruceña y su capacidad para construir identidad, memoria y comunidad.
Un Encuentro de Palabras, Memorias y Melodías
La trigésima primera edición de la Feria del Libro de Santa Cruz se consolidó como un espacio de encuentro donde la palabra, la memoria y la música se entrelazaron para dar vida a dos jornadas que reflejaron la riqueza cultural de la provincia y la fuerza de sus voces. La diversidad de propuestas, la notable participación del público y el compromiso con temas relevantes como el bienestar, el conocimiento, la inclusión y la sostenibilidad, convirtieron a esta edición en un evento memorable. La feria no solo fomentó el amor por la lectura, sino que también promovió el diálogo, la reflexión y la construcción de comunidad, reafirmando el papel fundamental de la cultura en el desarrollo social y humano.
La programación abarcó una amplia gama de disciplinas artísticas, desde la literatura y el cine hasta la música y las artes visuales, ofreciendo a los participantes una experiencia enriquecedora y estimulante. La presencia de autores locales, nacionales e internacionales, así como la participación de instituciones educativas y organizaciones comunitarias, contribuyeron a crear un ambiente vibrante y diverso. La feria se convirtió en un punto de encuentro para artistas, escritores, lectores y amantes de la cultura, fortaleciendo los lazos comunitarios y promoviendo el intercambio de ideas y experiencias.




Artículos relacionados