Formación Técnica en Argentina: Desafíos, Brechas y Estrategias para un Futuro Laboral Conectado

El panorama educativo y laboral en Argentina se encuentra en un punto de inflexión. La rápida evolución tecnológica, las nuevas demandas del mercado y la necesidad de una formación más inclusiva exigen una revisión profunda de los sistemas tradicionales. El ciclo CAMARCO, celebrado el pasado 18 de junio, se erigió como un espacio crucial para abordar estos desafíos, congregando a expertos de diversos ámbitos para reflexionar sobre el futuro de la formación técnica, universitaria y profesional. Este artículo desglosa las principales ideas y propuestas que emergieron de este encuentro, ofreciendo una visión detallada de los retos y oportunidades que se presentan en el camino hacia una educación más conectada con la realidad productiva del país.

La Desconexión entre Academia, Empresa y Mercado Laboral

Uno de los temas centrales que resonó a lo largo del ciclo CAMARCO fue la persistente desconexión entre la producción de conocimiento académico y las necesidades reales del mercado laboral. Rodolfo Barrere, Coordinador del Observatorio de OEI, enfatizó que esta desconexión no se limita a un único tipo de demanda o estudiante, sino que se manifiesta en la dificultad de las instituciones educativas para adaptarse a la diversidad de perfiles y habilidades que requiere el mundo del trabajo actual. Esta brecha se agudiza por la falta de mecanismos de evaluación que reconozcan las trayectorias formativas no lineales y la experiencia adquirida fuera del ámbito académico formal.

La relación universidad-empresa, tradicionalmente distante, fue señalada como un punto crítico. La colaboración entre ambos sectores es fundamental para garantizar que los programas de estudio se ajusten a las demandas del mercado y que los estudiantes adquieran las competencias necesarias para desempeñarse con éxito en sus futuros empleos. Sin embargo, esta colaboración a menudo se ve obstaculizada por la falta de incentivos, la burocracia y la desconfianza mutua. Superar estas barreras requiere un cambio de mentalidad y la adopción de nuevas estrategias que fomenten la cooperación y el intercambio de conocimientos.

Microcredenciales y Flexibilidad Curricular: Nuevas Herramientas para la Inclusión

En respuesta a la necesidad de una formación más flexible e inclusiva, Mónica Marquina, Investigadora del CONICET, destacó el potencial de las microcredenciales como una herramienta para acreditar saberes acumulados, especialmente en grupos en desventaja. Estas credenciales, que reconocen habilidades y conocimientos específicos adquiridos a través de diversas experiencias, permiten a los individuos validar su aprendizaje informal y acceder a nuevas oportunidades laborales. Las microcredenciales representan una alternativa a los títulos tradicionales, que a menudo son inaccesibles para aquellos que no pueden completar un programa de estudio completo.

La flexibilidad curricular también fue identificada como un elemento clave para adaptar la formación a las necesidades de los estudiantes y del mercado laboral. Las modalidades de cursada más flexibles, como la educación a distancia y el aprendizaje híbrido, permiten a los estudiantes combinar sus estudios con otras responsabilidades, como el trabajo y la familia. Además, la incorporación de competencias blandas, como la comunicación, el trabajo en equipo y la resolución de problemas, en los programas de estudio es fundamental para preparar a los estudiantes para los desafíos del mundo laboral actual.

Construyendo una Estrategia Nacional de Desarrollo: Conexión entre Producción, Educación y Empleo

Esteban Torre, Director de Educación de CIPPEC, planteó la urgencia de construir una estrategia nacional de desarrollo que integre la producción, la educación y el empleo. Esta estrategia debe basarse en una visión a largo plazo que tenga en cuenta las tendencias globales y las necesidades específicas del país. La colaboración entre el sector público, el sector privado y las instituciones educativas es esencial para lograr esta integración. El sector empresarial, en particular, debe asumir un papel activo en la definición de las necesidades de formación y en la oferta de oportunidades de prácticas profesionalizantes.

Torre recomendó al sector empresarial “tejer redes con las instituciones educativas” para lograr una mayor sensibilidad y compromiso con la formación de los futuros profesionales. Estas redes pueden facilitar el intercambio de información, la colaboración en proyectos de investigación y el desarrollo de programas de estudio conjuntos. Además, el sector empresarial puede contribuir a la mejora de la calidad de la educación a través de la donación de equipos, la provisión de expertos y la participación en la evaluación de los programas de estudio.

Reconociendo Saberes Diversos: Trayectorias Laborales, Comunitarias e Informales

Graciela Clotilde Riquelme, Investigadora del CONICET, propuso un enfoque innovador para la formación: reconocer los saberes que emergen de las trayectorias laborales, comunitarias e informales. Esta propuesta se basa en la premisa de que el aprendizaje es un proceso continuo que ocurre en diversos contextos y que no se limita al ámbito académico formal. Reconocer estos saberes implica valorar la experiencia adquirida a través del trabajo, la participación en actividades comunitarias y el aprendizaje autodidacta.

Riquelme remarcó que los procesos de aprendizaje son heterogéneos y que “nadie aprende sino sobre la base de lo aprendido”. En ese sentido, llamó a construir una “ingeniería social” que permita diseminar y escalar las experiencias que ya están funcionando como puentes formativos. Esta ingeniería social debe basarse en la identificación de buenas prácticas, la creación de redes de colaboración y la promoción de la innovación educativa. El objetivo es crear un sistema de formación más flexible, inclusivo y adaptado a las necesidades de cada individuo.

La Brecha Tecnológica y la Necesidad de Prácticas Profesionalizantes

Pedro Angulo, Gerente de Desarrollo de YPF, abordó la creciente brecha entre el ecosistema empresarial y el sistema educativo, especialmente en relación con los avances tecnológicos. La rápida evolución de la tecnología exige una actualización constante de los programas de estudio y la incorporación de nuevas habilidades y conocimientos. Sin embargo, el sistema educativo a menudo se ve rezagado con respecto a los avances tecnológicos, lo que genera una falta de preparación de los futuros profesionales.

Angulo compartió casos exitosos de prácticas profesionalizantes que han permitido a los estudiantes adquirir experiencia práctica y desarrollar las habilidades necesarias para desempeñarse en el mundo laboral. Las prácticas profesionalizantes son una herramienta fundamental para cerrar la brecha entre la teoría y la práctica y para facilitar la transición de los estudiantes al mercado laboral. Valoró que tanto el sistema educativo como las empresas estén más abiertas al diálogo y la colaboración, lo que facilita la implementación de estas prácticas y la adaptación de los programas de estudio a las necesidades del mercado.

Hacia un Nuevo Paradigma Educativo: Flexibilidad, Inclusión y Conexión con la Realidad Productiva

El ciclo CAMARCO dejó en claro que existe un consenso creciente sobre la necesidad de repensar las formas de enseñar, aprender y reconocer saberes. La formación técnica, universitaria y profesional debe adaptarse a las nuevas demandas del mercado laboral y a las necesidades de una sociedad en constante cambio. Esto implica adoptar un enfoque más flexible, inclusivo y conectado con la realidad productiva del país.

La adopción de nuevas tecnologías, la promoción de la colaboración entre el sector público, el sector privado y las instituciones educativas, y el reconocimiento de los saberes diversos son elementos clave para construir un nuevo paradigma educativo que prepare a los futuros profesionales para los desafíos del siglo XXI. La inversión en educación y formación es fundamental para el desarrollo económico y social del país, y requiere un compromiso a largo plazo de todos los actores involucrados.

La importancia de generar más espacios de encuentro como el ciclo CAMARCO, que permitan escuchar, debatir y construir colectivamente una formación más pertinente y efectiva, fue reiteradamente enfatizada. Estos espacios de diálogo son esenciales para identificar los desafíos, compartir experiencias y diseñar soluciones innovadoras que permitan mejorar la calidad de la educación y la formación en Argentina.

Fuente: https://www.camarco.org.ar/2025/06/27/ciclo-camarco-educacion-y-formacion-para-el-trabajo/