Fresqueros de Mar del Plata rechazan aumento en tarifas de estibaje y denuncian impacto en costos.
El puerto de Mar del Plata, corazón de la industria pesquera argentina, se encuentra en el centro de una creciente tensión. Un reciente aumento del 9% en las tarifas de estibaje, aplicado desde el 1 de agosto, ha desatado el rechazo de la Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera y Fresquera (AEPCyF), exponiendo las profundas diferencias y desafíos que enfrenta el sector. Este incremento, impulsado por las entidades que representan a las cooperativas y empresas prestadoras del servicio, ha encendido las alarmas entre los armadores de la pesca chica, quienes denuncian falta de participación en las negociaciones y un impacto desproporcionado en su ya precaria rentabilidad. El conflicto pone de manifiesto la necesidad de un diálogo constructivo y la búsqueda de soluciones que consideren las particularidades de cada segmento de la industria pesquera, evitando que los costos crecientes terminen por asfixiar a los pequeños productores.
El Aumento del Estibaje: Detalles y Contexto
El incremento del 9% en las tarifas de estibaje en el puerto de Mar del Plata fue anunciado por Fecoaport Ltda., la Cámara de Servicios Portuarios y CESAP, entidades que agrupan a las empresas y cooperativas encargadas de la carga y descarga de las embarcaciones. Si bien las entidades justifican el aumento como una medida necesaria para cubrir costos operativos y mantener la calidad del servicio, la AEPCyF denuncia que la decisión se tomó sin la participación de los representantes de la pesca costera y fresquera. Este hecho ha generado un fuerte resentimiento entre los armadores, quienes se sienten excluidos de las decisiones que afectan directamente a su actividad. El estibaje, que comprende las tareas de carga, descarga, estiba y desestiba de la mercadería en los buques, representa un costo significativo para los armadores, y su aumento impacta directamente en la rentabilidad de la actividad pesquera.
El contexto económico actual agrava aún más la situación. La inflación persistente, la devaluación del peso y el aumento de los costos de combustible y otros insumos han erosionado los márgenes de ganancia de los armadores. En este escenario, un aumento en las tarifas de estibaje, por pequeño que parezca, puede significar la diferencia entre operar con pérdidas o mantenerse a flote. La AEPCyF advierte que el estibaje se ha convertido en el segundo gasto más importante para los armadores, superado únicamente por el costo del gasoil, y que este incremento no se traduce en un mejor precio para el pescado fresco que se vende en la banquina.
La Diferencia entre Pesca Grande y Pesca Chica
Uno de los puntos centrales del conflicto radica en la marcada diferencia entre la pesca grande y la pesca chica. La AEPCyF enfatiza que las cámaras que acordaron el aumento representan principalmente a los buques congeladores, que operan a gran escala y tienen una mayor capacidad de absorción de costos. En contraste, los armadores de la pesca chica, que operan a diario, descargan en puerto y generan empleo en tierra, trabajan con márgenes mucho más ajustados y dependen de la venta en fresco. Esta diferencia estructural implica que un aumento en las tarifas de estibaje tiene un impacto mucho mayor en la rentabilidad de los pequeños productores.
Los buques congeladores, al operar a gran escala, pueden aprovechar economías de escala y negociar mejores condiciones con los proveedores de servicios portuarios. Además, al congelar el pescado a bordo, pueden almacenar el producto por períodos más prolongados y esperar mejores precios en el mercado. Los armadores de la pesca chica, en cambio, deben vender el pescado fresco en un corto período de tiempo, lo que los hace más vulnerables a las fluctuaciones del mercado y a los aumentos de costos. La falta de capacidad de almacenamiento y la dependencia de la venta en fresco limitan su poder de negociación y los obligan a asumir los costos adicionales sin poder trasladarlos a los consumidores.
Impacto en la Rentabilidad y la Sostenibilidad del Sector
La AEPCyF advierte que el nuevo incremento en las tarifas de estibaje no solo afecta la ya baja rentabilidad de los armadores de la pesca chica, sino que también agrava una situación insostenible para los más de cuarenta armadores que representan. La entidad denuncia que los costos crecientes están poniendo en riesgo la viabilidad de muchas empresas pesqueras, lo que podría tener consecuencias negativas para el empleo y la producción de pescado fresco en la región. La pesca chica es un componente fundamental de la economía local, y su declive podría afectar a toda la cadena de valor, desde los pescadores hasta los comerciantes y los consumidores.
La sostenibilidad del sector pesquero depende de la capacidad de los armadores para operar con rentabilidad y garantizar la conservación de los recursos naturales. Un aumento en los costos operativos, como el estibaje, puede desincentivar la inversión en tecnología y prácticas pesqueras sostenibles, lo que podría poner en peligro la salud de los ecosistemas marinos y la disponibilidad de pescado a largo plazo. Es fundamental que las autoridades y los actores del sector trabajen juntos para encontrar soluciones que permitan garantizar la viabilidad económica de la pesca chica y promover la sostenibilidad de la actividad pesquera en su conjunto.
Demandas y Propuestas de la AEPCyF
Ante esta situación, la AEPCyF ha solicitado a las empresas prestadoras de servicios portuarios y a las cámaras empresarias que mantengan la “solidaridad” demostrada hasta ahora con el sector de la pesca chica y no apliquen el aumento en las tarifas de estibaje. La entidad argumenta que los pequeños productores no tienen la capacidad de absorber los costos adicionales y que un aumento en las tarifas podría llevar a muchas empresas al cierre. Además, la AEPCyF ha solicitado ser incorporada en las reuniones y negociaciones futuras para consensuar ajustes que contemplen las particularidades y limitaciones de su actividad.
La AEPCyF propone buscar acuerdos que no impliquen solo incrementos tarifarios, sino también mejoras en la prestación de servicios y en las condiciones de trabajo en el puerto. La entidad sugiere explorar alternativas como la optimización de los procesos de carga y descarga, la reducción de los tiempos de espera y la mejora de la infraestructura portuaria. Estas medidas podrían contribuir a reducir los costos operativos y mejorar la eficiencia del puerto, beneficiando a todos los actores del sector. La AEPCyF también reclama mayor transparencia en la gestión de los servicios portuarios y una mayor participación de los armadores en la toma de decisiones.
La asociación enfatiza la necesidad de una mayor colaboración entre los diferentes segmentos de la industria pesquera y las autoridades gubernamentales. La AEPCyF considera que es fundamental establecer un diálogo constructivo y buscar soluciones conjuntas que permitan garantizar la sostenibilidad del sector y el bienestar de los trabajadores. La entidad concluye su comunicado reclamando “solidaridad con el sector más vulnerable de la actividad pesquera” y advirtiendo que “no resistimos un aumento más de corporaciones cartelizadas”.
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