Gaza: ONU Acusa a Israel de Crímenes de Guerra y Amenaza a la Identidad Palestina
El reciente informe de la ONU, elaborado por la Comisión Independiente e Internacional para la Investigación en los Territorios Palestinos Ocupados, ha sacudido a la comunidad internacional con acusaciones contundentes contra Israel. El documento detalla una serie de presuntos crímenes contra la humanidad, centrados en ataques sistemáticos a infraestructuras civiles esenciales en Gaza: escuelas, universidades, mezquitas y otros edificios de valor cultural y religioso. La gravedad de las acusaciones, que incluyen el posible crimen de exterminio, exige un análisis profundo de las evidencias presentadas y sus implicaciones para el derecho internacional y la situación humanitaria en la región.
Acusaciones de Crímenes Contra la Humanidad: El Informe de la ONU
El informe de la ONU, presidido por Navi Pillay, exjueza de la Corte Penal Internacional, no se limita a documentar los daños materiales. La investigación apunta a una "campaña concertada" para acabar con la vida en Gaza, con el objetivo de causar un daño duradero a las generaciones presentes y futuras. La acusación más grave es la de exterminio, basada en la destrucción deliberada de lugares de culto y la afectación masiva a la población civil. Se documentan ataques específicos a mezquitas como Ihya al-Sunna y Saad al-Ghafari, así como crímenes de guerra relacionados con la destrucción de edificios religiosos y monumentos históricos. El impacto en la educación es particularmente alarmante, con 658.000 niños gazatíes privados de acceso a la escuela durante 20 meses.
El periodo analizado por la comisión abarca desde el 7 de octubre de 2023 hasta finales de febrero de 2025. Durante este tiempo, se registraron numerosos incidentes que sustentan las acusaciones. La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ha sido particularmente afectada, con ataques a escuelas que servían como refugio, resultando en la muerte de al menos 742 personas hasta febrero. El informe también denuncia la destrucción deliberada de escuelas, campus universitarios y otras infraestructuras educativas, así como su uso militar por parte de las fuerzas israelíes, lo que constituye una violación del derecho internacional.
El Uso Militar de Infraestructuras Civiles: Hamás e Israel Bajo Escrutinio
El informe no exime de responsabilidad a Hamás. Se documenta el uso militar de infraestructuras civiles por parte del grupo, incluyendo la transformación de parte del campus de la universidad Al-Azhar en una sinagoga para las tropas israelíes, así como en un almacén de munición y vehículos militares. Esta práctica, aunque condenada, se presenta en el contexto de un conflicto asimétrico y la necesidad de Hamás de proteger a sus combatientes y recursos. Sin embargo, la comisión enfatiza que el uso militar de infraestructuras civiles por parte de Hamás no justifica los ataques indiscriminados y desproporcionados por parte de Israel.
La clave del análisis reside en la proporcionalidad y la distinción. El derecho internacional humanitario exige que las partes en conflicto distingan entre objetivos militares legítimos y civiles, y que los ataques sean proporcionales a la ventaja militar esperada. El informe de la ONU sugiere que Israel ha fallado en ambos aspectos, causando daños excesivos a la población civil y a la infraestructura civil. La transformación de escuelas y universidades en bases militares, independientemente de quién lo haga, plantea serias preocupaciones sobre la protección de los civiles y el respeto al derecho internacional.
Impacto en la Educación en Cisjordania y el Acoso Académico
Los ataques a la educación no se limitan a Gaza. El informe denuncia un aumento de los controles de seguridad y los ataques a instalaciones educativas en Cisjordania, algunos perpetrados por colonos. Más de 141 escuelas han sido afectadas, resultando en el asesinato de 96 estudiantes y cuatro trabajadores educativos, así como en la detención de medio millar de alumnos y profesores. Este clima de violencia y hostigamiento está socavando el derecho a la educación de los niños palestinos y obstaculizando el desarrollo de la sociedad.
El informe también destaca el acoso a profesores y estudiantes israelíes y palestinos que expresan apoyo o preocupación por la situación en Gaza. Se han documentado despidos, expulsiones e incluso detenciones, especialmente contra educadoras y mujeres estudiantes. Esta represión de la libertad de expresión académica es una señal preocupante de la erosión de los valores democráticos y el respeto a los derechos humanos. La presión sobre el personal académico para que se autocensuren o se alineen con una determinada postura política crea un ambiente de miedo e intimidación que impide el debate abierto y el pensamiento crítico.
Destrucción del Patrimonio Cultural y Religioso: Un Ataque a la Identidad Palestina
La destrucción de lugares religiosos y culturales en Gaza es otro aspecto central del informe. La UNESCO ha verificado daños a 75 lugares culturales y religiosos, incluyendo sitios de gran valor histórico como un cementerio romano, la Mezquita Gran Omari y el Museo del Palacio Pasha. Estos ataques no solo representan una pérdida irreparable para el patrimonio cultural mundial, sino que también tienen un profundo impacto en la identidad y la memoria colectiva de los palestinos.
Además de los daños materiales, el informe denuncia limitaciones de acceso a lugares religiosos en Cisjordania y un aumento de las operaciones militares, las detenciones y el acoso a fieles y figuras religiosas en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén. Estas acciones restringen la libertad de culto y exacerban las tensiones religiosas. La destrucción del patrimonio histórico, el acceso limitado a él en Cisjordania y las restricciones a la libertad religiosa erosionan los lazos históricos de los palestinos con la tierra y debilitan su identidad colectiva.
Navi Pillay advierte que estos ataques y la destrucción del patrimonio histórico, junto con el acceso limitado en Cisjordania y las restricciones a la libertad religiosa, erosionan los lazos históricos de los palestinos con la tierra y debilitan su identidad colectiva. La preservación del patrimonio cultural y religioso es esencial para la construcción de una paz duradera y el respeto a los derechos humanos.
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