Gaza: Revelan datos impactantes sobre muertes civiles en ataques israelíes
La sombra de la duda se extiende sobre las operaciones militares israelíes en Gaza. Una investigación conjunta de The Guardian, +972 Magazine y Local Call ha revelado datos impactantes sobre la proporción de civiles muertos en los ataques israelíes desde el 7 de octubre. La información, extraída de una base de datos confidencial de la inteligencia militar israelí, sugiere que el 83% de los 53.000 palestinos asesinados hasta mayo no eran combatientes de Hamás, poniendo en tela de juicio las afirmaciones de precisión y selectividad del ejército israelí. Este artículo explora en profundidad los hallazgos de la investigación, las respuestas oficiales y las implicaciones de esta información para el conflicto en curso.
La Investigación Conjunta: Revelando las Cifras Ocultas
La investigación, fruto de meses de trabajo, se basa en el acceso a una base de datos interna de la inteligencia militar israelí que registra las bajas palestinas en Gaza y Cisjordania desde los ataques de Hamás del 7 de octubre hasta mayo de 2024. Los periodistas lograron obtener información sobre 53.000 palestinos asesinados durante este período. De estos, solo 8.900 fueron identificados como combatientes de Hamás o considerados "probablemente muertos" como tales. Esto significa que aproximadamente 44.100 palestinos, el 83% del total, eran civiles sin conexión conocida con la insurgencia. La metodología utilizada por la inteligencia israelí para clasificar a los fallecidos ha sido objeto de escrutinio, ya que se basa en gran medida en la recopilación de información de diversas fuentes, incluyendo documentos confiscados a Hamás y datos de inteligencia.
La base de datos también contiene un listado de 47.653 palestinos considerados activos militarmente, basándose en documentos internos supuestamente confiscados a Hamás. Fuentes familiarizadas con la base de datos revelaron que esta es la única fuente oficial dentro del ejército israelí para contabilizar las bajas de Hamás. Esta centralización de la información plantea interrogantes sobre la transparencia y la objetividad del proceso de conteo de bajas. La investigación destaca la discrepancia entre las afirmaciones públicas del ejército israelí sobre la precisión de sus ataques y los datos internos que revelan una alta proporción de víctimas civiles.
La Respuesta de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF)
Ante las revelaciones de la investigación, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) emitieron una declaración en la que calificaron las cifras presentadas como "incorrectas" y afirmaron que no reflejan los datos disponibles en sus sistemas. Sin embargo, la respuesta de las IDF fue notablemente evasiva en un aspecto crucial: no cuestionaron la existencia de la base de datos de inteligencia militar. De hecho, la respuesta inicial de las IDF implicaba un reconocimiento tácito de la existencia de la base de datos y de los datos contenidos en ella, ya que no negaron su autenticidad. Posteriormente, un portavoz de las IDF solicitó reformular la respuesta, pero no ofreció ninguna explicación para este cambio.
Esta falta de transparencia ha generado críticas y ha alimentado las sospechas de que las IDF están tratando de ocultar la verdadera magnitud del daño colateral causado por sus operaciones militares. La negativa a abordar directamente la existencia de la base de datos y la inconsistencia en las respuestas oficiales socavan la credibilidad de las IDF y plantean serias dudas sobre la precisión de sus informes sobre bajas civiles. La investigación también revela que las IDF utilizan las cifras de muertos proporcionadas por el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, a pesar de las constantes acusaciones de que estas cifras están infladas por motivos propagandísticos.
El Contexto del Conflicto y la Expulsión Forzada
La publicación de esta investigación coincide con un momento crítico en el conflicto israelí-palestino. El ejército israelí se prepara para lanzar una ofensiva terrestre en Ciudad de Gaza, lo que podría provocar la expulsión forzada de un millón de palestinos que ya son refugiados. La ONU ha advertido que esta operación podría resultar en otra matanza de civiles. El telón de fondo de esta escalada de violencia es la situación humanitaria desesperada en Gaza, donde la población civil se enfrenta a una grave escasez de alimentos, agua y medicinas. La investigación revela que las operaciones militares israelíes han contribuido significativamente a esta crisis humanitaria, al causar un número alarmante de víctimas civiles y destruir infraestructuras esenciales.
La investigación también pone de manifiesto la complejidad de la clasificación de las bajas en un conflicto armado. En un entorno urbano denso como Gaza, donde los combatientes de Hamás a menudo se mezclan con la población civil, es extremadamente difícil distinguir entre combatientes y no combatientes. La investigación sugiere que las IDF han adoptado un enfoque laxo en la identificación de objetivos, lo que ha resultado en un número inaceptablemente alto de víctimas civiles. La falta de rendición de cuentas por las muertes de civiles y la impunidad de las fuerzas israelíes han exacerbado la frustración y la ira entre los palestinos, alimentando el ciclo de violencia.
Implicaciones para el Derecho Internacional y la Opinión Pública
Los hallazgos de la investigación tienen importantes implicaciones para el derecho internacional y la opinión pública. El derecho internacional humanitario exige que las partes en un conflicto armado tomen todas las precauciones posibles para evitar causar daños a los civiles. La investigación sugiere que las IDF no han cumplido con esta obligación, al no tomar medidas suficientes para minimizar el daño colateral causado por sus operaciones militares. La alta proporción de víctimas civiles plantea serias dudas sobre si los ataques israelíes son proporcionales y distinguen adecuadamente entre objetivos militares y civiles.
La investigación también podría tener un impacto significativo en la opinión pública internacional. Las imágenes de civiles muertos y heridos en Gaza han generado indignación y protestas en todo el mundo. La revelación de que las IDF conocían la alta proporción de víctimas civiles podría erosionar aún más la confianza en Israel y aumentar la presión internacional para que se ponga fin a la violencia. La investigación también podría fortalecer los llamamientos a una investigación independiente sobre posibles crímenes de guerra cometidos por ambas partes en el conflicto. La transparencia y la rendición de cuentas son esenciales para garantizar la justicia y la reconciliación.
El Recuento de Bajas y la Desacreditación de Fuentes Palestinas
La investigación destaca una paradoja en la postura israelí con respecto al recuento de bajas. Mientras que Israel constantemente desacredita las cifras proporcionadas por las autoridades gazatíes, argumentando que están infladas por propaganda de Hamás, la base de datos interna de la inteligencia militar israelí, según la investigación, da por buenas las cifras del Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás. Esta contradicción plantea interrogantes sobre la motivación detrás de la deslegitimación de las fuentes palestinas y sugiere que Israel tiene acceso a información precisa sobre las bajas, pero elige no divulgarla públicamente.
Las cifras del Ministerio de Salud de Gaza, que ascendían a 52.928 muertos hasta mayo, han superado los 62.000 en la actualidad. A pesar de las críticas y los intentos de desacreditación, estas cifras son utilizadas internamente por las IDF para evaluar el impacto de sus operaciones militares. La investigación sugiere que la deslegitimación de las fuentes palestinas es una estrategia deliberada para controlar la narrativa y minimizar la percepción del daño causado a los civiles. Esta táctica socava la confianza en la información oficial y dificulta la evaluación independiente de la situación en Gaza.
Artículos relacionados