Gernika y el Regreso del Autoritarismo: Lecciones para la Democracia Española

El eco de las bombas sobre Gernika resuena hoy con una inquietante familiaridad. La reciente visita del presidente alemán y el rey de España a la devastada localidad vasca, un acto de memoria y condena a la barbarie de 1937, se produce en un contexto alarmante: el resurgimiento de la extrema derecha y la normalización de discursos que amenazan los pilares de la democracia. Este artículo explora la conexión entre el pasado traumático de Gernika y los desafíos actuales que enfrenta la sociedad, analizando la ascensión de fuerzas políticas filofascistas, la erosión de los valores democráticos y la necesidad urgente de defender la memoria histórica como antídoto contra el autoritarismo.

Gernika: Un Símbolo de la Brutalidad Fascista

El 26 de abril de 1937, la pequeña villa de Gernika se convirtió en el escenario de uno de los actos más crueles y emblemáticos de la Guerra Civil Española. La Legión Cóndor alemana, en apoyo del bando franquista, sometió a la ciudad a un bombardeo indiscriminado que causó la muerte de cientos de civiles y la destrucción casi total de su infraestructura. Este ataque, que sirvió como campo de pruebas para las tácticas de guerra aérea que luego se emplearían en la Segunda Guerra Mundial, no solo representó una tragedia humana incalculable, sino también una violación flagrante de las leyes de la guerra y un presagio de los horrores que estaban por venir.

El bombardeo de Gernika no fue un acto aislado. Formó parte de una estrategia sistemática de terror dirigida a desmoralizar a la población republicana y allanar el camino para la victoria franquista. La colaboración de la Alemania nazi y la Italia fascista con el bando sublevado fue crucial para el desarrollo de la guerra y para el establecimiento de una dictadura que se prolongaría durante casi cuatro décadas. La memoria de Gernika, por lo tanto, no puede separarse del contexto más amplio de la lucha contra el fascismo y la defensa de la libertad y la democracia.

La reacción internacional al bombardeo de Gernika fue de consternación e indignación. Periodistas como George Steer, del periódico británico The Times, documentaron con detalle las atrocidades cometidas y difundieron la noticia por todo el mundo. Sus reportajes, junto con las imágenes de la destrucción, conmocionaron a la opinión pública y contribuyeron a generar un clima de solidaridad con la República Española. Sin embargo, la respuesta de las potencias democráticas fue limitada y tardía, lo que permitió al bando franquista seguir adelante con su plan de conquista.

El Resurgimiento de la Extrema Derecha en Europa y España

La visita a Gernika se produce en un momento de creciente preocupación por el auge de la extrema derecha en Europa y España. En Alemania, el partido neonazi AfD ha logrado avances significativos en las últimas elecciones, obligando a los partidos tradicionales a formar coaliciones inestables para evitar que los herederos del totalitarismo accedan al poder. En Francia, Marine Le Pen ha consolidado su posición como una fuerza política relevante, desafiando el sistema bipartidista y promoviendo un discurso nacionalista y xenófobo.

En España, la irrupción de VOX en el panorama político ha supuesto un giro a la derecha sin precedentes en la historia reciente. El partido, que se inspira en la ideología franquista y defiende políticas autoritarias y excluyentes, ha logrado obtener una representación significativa en el Congreso de los Diputados y en varias comunidades autónomas. Su ascenso ha sido posible gracias a la crisis económica, la desconfianza en los partidos tradicionales y la polarización social.

La estrategia de VOX se basa en la manipulación del miedo y la apelación a los instintos más primarios de la población. El partido difunde mensajes xenófobos, antiinmigrantes y homófobos, ataca los derechos de las mujeres y niega la memoria histórica de la Guerra Civil y la dictadura franquista. Su discurso, que se alimenta de la nostalgia por un pasado autoritario, ha encontrado eco en sectores de la sociedad española que se sienten descontentos con la situación actual.

La Normalización del Filofascismo y la Amenaza a la Democracia

Uno de los aspectos más preocupantes del resurgimiento de la extrema derecha es la normalización de discursos y actitudes filofascistas. La tolerancia hacia la apología del franquismo, la negación de los crímenes de la dictadura y la exaltación de símbolos y personajes asociados al régimen autoritario son cada vez más frecuentes en el debate público. Esta normalización, que se produce en parte gracias a la impunidad de los responsables y a la falta de una respuesta firme por parte de las instituciones, supone una amenaza directa a los valores democráticos.

La reciente elección de un presidente autonómico en Valencia gracias al apoyo de VOX es un ejemplo claro de esta normalización. El nuevo gobernante, en lugar de condenar los discursos de odio y las políticas excluyentes del partido de extrema derecha, ha optado por hacer concesiones y pactos que legitiman su presencia en el poder. Esta actitud, que refleja una falta de compromiso con los principios democráticos, ha generado una gran preocupación entre los sectores progresistas de la sociedad.

La pasividad del Partido Popular ante el auge de VOX es otro factor que contribuye a la normalización del filofascismo. En lugar de mantener un cordón sanitario en torno a la extrema derecha, como han hecho otros partidos conservadores en Europa, el PP ha optado por pactar con VOX para acceder al poder. Esta estrategia, que prioriza los intereses partidistas sobre los valores democráticos, ha debilitado la credibilidad del PP y ha abierto la puerta a la influencia de la extrema derecha en la política española.

La Memoria Histórica como Antídoto contra el Autoritarismo

En este contexto, la defensa de la memoria histórica se convierte en una tarea fundamental para preservar los valores democráticos y evitar la repetición de los errores del pasado. La memoria de Gernika, como símbolo de la brutalidad fascista y de la resistencia republicana, debe ser mantenida viva para que las nuevas generaciones conozcan los horrores de la guerra y la importancia de defender la libertad y la justicia.

La Ley de Memoria Democrática, aprobada en 2022, supone un paso importante en la reparación de las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura franquista. La ley, que reconoce el derecho a la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, establece medidas para la exhumación de fosas comunes, la anulación de sentencias dictadas por tribunales de excepción y la promoción de la educación en valores democráticos. Sin embargo, la aplicación de la ley ha encontrado resistencias por parte de los sectores conservadores y de la extrema derecha, que se oponen a cualquier intento de revisión del pasado.

La memoria histórica no es solo un asunto del pasado. Es una herramienta fundamental para comprender el presente y construir un futuro mejor. Al recordar las víctimas de la represión, al denunciar las injusticias y al defender los valores democráticos, estamos contribuyendo a fortalecer la sociedad y a prevenir el resurgimiento del autoritarismo. La visita del presidente alemán y el rey de España a Gernika es un recordatorio de que la memoria histórica es un compromiso colectivo que nos concierne a todos.

El Legado de la Guerra Civil y los Desafíos del Presente

La Guerra Civil Española sigue siendo una herida abierta en la sociedad española. Las divisiones y los rencores generados por el conflicto persisten hasta nuestros días, dificultando la reconciliación y el consenso. La negación de la memoria histórica, la exaltación del franquismo y la polarización política son síntomas de esta herida que no cicatriza.

Los desafíos que enfrenta la sociedad española en el siglo XXI son complejos y diversos. La crisis económica, el desempleo, la desigualdad social, el cambio climático y la inmigración son algunos de los problemas que requieren soluciones urgentes y eficaces. Sin embargo, la polarización política y la falta de liderazgo dificultan la búsqueda de soluciones consensuadas.

La defensa de la democracia, el Estado de Derecho y los derechos humanos es una tarea que nos compete a todos. Es necesario fortalecer las instituciones democráticas, promover la educación en valores cívicos y combatir la desinformación y el discurso de odio. Solo así podremos construir una sociedad más justa, libre y solidaria.

Fuente: https://www.huffingtonpost.es//opinion/gernika-memoria.html